Sermón: Proverbios 22:6 Propósito de la Escuela Bíblica de Verano

Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”

 

            Esta semana comienza la EBV de nuestra iglesia. Y como todos los años hay excitación, alegría, temores, preocupaciones y expectativas. No sabemos si solo van a venir 60 como el año pasado. O si van a venir 150 como hace dos años atrás y según tengo entendido como ha pasado muchas veces.

            Y meditando sobre esto me llevó a considerar cuál es el propósito de la EBV. ¿Cuál es el norte que debemos seguir en el trabajo y esfuerzo que año tras año se pone en la EBV? Creo que no hay mejor pasaje para considerar esta pregunta del propósito de la EBV que Proverbios 22:6. Así que, ¿cuál es el propósito de la EBV según Proverbios 22:6? El propósito es:

I. Entrenarlos para la vida eterna

            Lo primero que vamos a hacer es considerar la segunda oración del pasaje que dice: “Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Esta oración captura el propósito de lo que queremos hacer en la EBV. ¿Cuál es? Esperamos en fe que la enseñanza que reciban estos niños dure toda su vida. Ese es el propósito de lo que hacemos aquí. Es más, ese es el propósito de toda educación que lo que aprendan transforme sus vidas y les dure toda su vida. Este es el propósito de la crianza de nuestros hijos. Les educamos para la salvación. Y también les educamos para que lo que aprendan les sirva en el mañana.

            Este propósito no solo es de nuestros hijos, sino también de todo niño que Dios ponga en nuestras manos. Todos los adultos tenemos la responsabilidad de ser maestros de los niños: sean los nuestros o los ajenos. Claro está, no tenemos la misma responsabilidad que tenemos sobre nuestros hijos. Pero eso no excluye nuestro sentido de ser instrumentos para la educación y correcta enseñanza de todo aquel que necesite educación en los caminos de Dios. Somos ejemplo a todos aquellos que nos miran. Somos ejemplos para todos aquellos que nos conocen. Nuestras palabras, gestos, involucración son comentarios y ejemplos de lo que es ser un hombre y una mujer de Dios.

            Esto es importante hermanos.

            En otras palabras, el entrenamiento debe ser con un propósito.  Comentando sobre esto decía Matthew Henry: “Hay que entrenarlos para lo cual han sido designados”, el conocer a Dios salvadoramente. Hermanos, no debemos pensar que la EBV es que, pues, hay que hacer esto porque hay que hacerlo y punto. Se nos llamó para participar en una actividad de hacer bizcochos y pues vamos a hacerlo porque hay que hacerlo. Ese no es el propósito de la EBV el decir que hemos recibimos 60, 80 o 100 niños y por tanto hay que atenderlos. El propósito es sembrar la semilla de la Palabra, proveer, aunque sea una pequeña porción del entrenamiento que esos niños y todo niño debería recibir: ser instruidos en la Palabra de Dios para la gloria de Dios y su salvación. Sabemos, por experiencias pasadas, que algunos padres ven la EBV como un cuido de niños para que ellos puedan salir a “divertirse”. Esa es la visión de algunos padres, pero esa no es nuestra visión. Nuestra visión es evangelística, es salvadora. Es con miras a ser un medio en el cual la semilla de la Palabra es sembrada clamando al Señor que El prepare el campo para que esa semilla germine para vida eterna.

            Y esto conlleva mucha oración. Oración no solo por los niños sino por nosotros mismos, los sembradores. ¿Por qué? Porque solo Dios convierte a los pecadores. La obra es de Él y solo Él es quien hace germinar su semilla. Pero también hay que orar por nosotros mismos porque la tarea es gigante y necesitamos la gracia y el poder de Dios para hacerla. Y el no perder de perspectiva cuál es el propósito de la EBV.

            Ahora bien, ya hemos visto el propósito de la EBV y la educación cristiana de los niños. Pero el pasaje nos dice algo más. Nos dice desde cuál es la mejor manera de hacerlo. ¿Cuál es la mejor manera de entrenar a nuestros niños para la vida eterna? La mejor manera es…

II. Entrenarlos desde la niñez

            “Instruye al niño en su camino”. Lo primero que podemos ver en el pasaje es que el verbo instruir es un imperativo, es decir, es un mandato. Lo interesante de caso es que el verbo instruir conlleva la idea de consagración. Miremos el uso de ese verbo en la Biblia. En Deuteronomio 20:5 “Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? [consagrado, dedicado, no la ha separado aparte para vivir allí] Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la estrene.” Pero el ejemplo mejor del uso de esta palabra lo 1 Reyes 8:63 “Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová.” La casa de Jehová, es decir, el Templo fue consagrado a Jehová. Entonces cuando nosotros instruimos a nuestros niños nosotros buscamos con hecho consagrarlos a Dios. Es ponerlos en las manos de Dios por medio de su instrucción. Es como si dijéramos: Oh Señor que por medio de esta enseñanza estos niños se acerquen más y más a Ti.  

            Lo segundo que deseo que vean es desde cuándo debemos comenzar ese entrenamiento para la vida eterna. Nos dice desde la niñez: “Instruye al niño”. La palabra en hebreo es (na'ar) que tradicionalmente se traduce niño. Pero también se usa para referirse a un bebé. Éxodos 2:6 “Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.” Es decir, el niño (na'ar) tenía tres meses según el versículo 2. Es por eso que nosotros bautizamos a nuestros bebés porque su educación cristiana comienza desde su nacimiento. Pero la palabra también se usa en la Biblia para referirse a un joven. Génesis 37:2 “Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.” Inclusive la palabra (na'ar) se usa también de un joven en edad para casarse. Génesis 34:19 “Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más distinguido de toda la casa de su padre.” En otras palabras, el entrenamiento que nos ordena el autor de Proverbios no se limita a los niños per se, aunque no cabe la menor duda que la persona que el autor considera lo es propiamente un niño. Desde la niñez deben ser educados en el camino del Señor. Desde que nacen tienen que ser educados.

            Lo tercero que quiero que vean del pasaje es que nos dice que hay que instruirlos en el camino en que debe seguir. “Instruye al niño en su camino”. Hermanos, hay un camino a seguir. Hay un estándar al cual el niño y toda persona debe conformarse. La ventaja de tomarlos jóvenes es la posibilidad, desde la perspectiva humana, de impactar sus vidas desde el momento en que son más moldeables. El fruto de este trabajo es que cuando llegue a viejo, a mayor, no se aparte del camino.

            Hay algo importante que tener presente. El libro de Proverbios nos enseña que hay solo dos caminos en este mundo: el camino de la sabiduría y la justicia y el camino de la necedad y la impiedad. No hay un tercer camino. No hay un camino intermedio. Está el camino que lleva a la vida eterna y el camino que lleva a la perdición.

            Dios ha puesto en nuestras manos a estos niños para enseñarles cómo deben vivir, pensar y sobre todo sobre quién deben poner su fe para la salvación. Hay que enseñarles el camino correcto. Por tanto, la idea no es de educar o entrenar al niño según su personalidad, según su forma de ser, como algunos han dicho. Algunas de nuestras formas de ser: pensar y actuar son pecaminosas. Si no que el entrenamiento debe ser dirigido hacia lo que deben ser y hacia lo que deben pensar.

            Por eso hay que cuidarnos sobre cómo les hablamos, cómo reaccionamos cuando ellos pequen, cuando ellos nos den a entender que muchas de las coas que están aprendiendo en sus hogares son claramente opuestos a la Palabra de Dios. Aprovechemos esas oportunidades para orar específicamente por esas cosas e instruirlos en el camino correcto de pensar y actuar.

            Esto implica que somos modelos para ellos. No es el momento para gritarles, humillarlos, burlarnos, maltratarlos, quejarnos delante de ellos. A veces los niños reciben de los maestros burlas de otros niños o de otros maestros. Cuidémonos de hacer cosas semejantes.

Aplicaciones:

1. Jesús nos dice que debemos confesar a Cristo delante de los hombres. Mateo 10:32 “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.” Por tanto, lo que hacemos da testimonio de nuestra fe. Nosotros somos la cara del evangelio. Somos cartas abiertas de lo que Dios ha hecho en nosotros. Tu conducta y tus palabras revelan tu corazón. Revelan quién es el Señor de tu vida.

2. Nosotros somos también la cara de la iglesia Jesús es la Verdad. Damos testimonio acerca de nuestra iglesia. Y queremos dar un buen testimonio de nuestro Salvador y de nuestra iglesia. Lo que hacemos y hablamos y reaccionamos habla a favor o no de nuestra iglesia. Demos una buena cara, la cara de vidas transformadas por el evangelio.

3. Muchos de los niños no son cristianos ni de familias cristianas. Por tanto, revistámonos de paz, paciencia y amor. Firmeza no es sinónimo de gritar. Este es un ministerio de amor y de abnegación. Hay que negarnos a nosotros mismos por amor a las almas de los niños y sus padres. Oremos todos los días por ellos.

4. Si reconocemos que todos los seres humanos son pecadores y están totalmente depravados, entonces, no pueden quedarse solos por un momento. Hay que coordinar para que siempre haya un miembro Staff presente. Hay que mantener el orden y el control y no debemos dejar que los niños sean los que decidan cómo hacer las cosas.

            Que nos enseña Proverbios en este pasaje. Nos enseña que el propósito de instruir, educar y entrenar a los niños es para la vida eterna. Y que la mejor manera de hacerlo es instruirlo desde la niñez. Quiera Dios que todos cumplamos con esta misión lo mejor que podamos para la gloria de Dios.

Sermón: Los atributos de Dios, la absoluta verdad

Jeremías 10:10 “Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.” Tito 1:1-2 “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, [Biblia Textual: que no puede mentir] prometió desde antes del principio de los siglos,” 2 Timoteo 2:13 “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.”

 

            Cuan distinto es la fe cristiana al pensamiento del mundo. Si hay un área en la cual podemos decir que las diferencias son grandes lo es en el área del conocimiento. El pensamiento moderno dice que no hay verdad absoluta. Excepto, claro está, la verdad absoluta que no hay verdades absolutas. Dicen que existen muchas verdades. E incluso que no importa si esas “verdades” son contradictorias la una con la otra. No hay verdad absoluta, dicen, y por tanto no es importante si tu “verdad” choca con mi “verdad”, porque en última instancia: la verdad         depende de cómo veamos las cosas.

            En contra de tal mentalidad irracional, le fe cristiana descansa en una verdad absoluta: Dios. Dios es y Él se ha revelado. Él ha creado todo lo que existe. La realidad la ha definido Dios. Y como Dios se ha revelado nosotros conocemos la verdad. Es más, Dios es infinito, eterno e inmutable en su verdad. La verdad de Dios es el fundamento de todo conocimiento y el fundamento de nuestra fe. Ahora bien, ¿Qué significa que Dios es verdad? ¿Qué implica para nosotros y el mundo que Dios es verdad? Significa e implica que…

I. Dios es verdad en Sí mismo

            Cuando la Biblia nos habla de la verdad de Dios lo primero que señala es el hecho de que Jehová es el único Dios que existe. No existe ningún otro Dios que no sea Jehová. Él es el único Dios verdadero. Como dice Jeremías 10:10 “Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.” En el capítulo 10 de Jeremías se contrasta al Dios verdadero con los dioses falsos. Se nos dice en Jeremías 10:4-5 “Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.” Son dioses adornados con oro y plata. Se construyen con martillos y clavos. Hay que usar clavos para que no se caigan. Están derechos como las palmas, pero no pueden andar, por eso son llevados de aquí para allá. Tendrán boca, pero no pueden hablar. Esos son los dioses falsos. Pero dice Jeremías algo más. “No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.” Esos dioses no tienen poder contra nosotros para hacernos mal. Porque temerles. Porque temer a los amuletos, a las muñecas del vudú, a las cartas del Tarot. Ellos no tienen poder para hacernos daño. Ni tampoco pongamos nuestra esperanza en ellos, ni busquemos de ellos bien, prosperidad, éxito, fama, ni bienestar. No hay poder en ellos para hacernos bien.

            En cambio, Jehová es diferente a ellos. V. 6 “No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío. Nadie es igual a Jehová. Él es verdaderamente grande. Los dioses falsos no son grandes. Los harán grandes, pero realmente no lo son. Esos dioses son pequeños. En cambio, el poderío de Dios es grande. Como dice el corito: No hay Dios tan grande como tú, no lo hay, no lo hay, no hay Dios que pueda hacer las cosas como las que haces tú.

            Hermanos, no nos equivoquemos. El único Dios real, que realmente está vivo, es Jehová de los ejércitos. “Él es Dios vivo y Rey eterno”. Los demás dioses están muertos. Solo Él es eterno. No existe Alá, Brahama, Vishnu, ni cualquier otro que se mencione por allí. Solo Jehová es el “Dios verdadero”.

            Pero hermanos, aunque esto es así, no negamos que los seres humanos son creadores de muchos dioses falsos. Calvino decía: “que el corazón del hombre es una fábrica de dioses”. Todas las culturas y sociedades crean sus propios dioses. Dioses en los cuales buscan seguridad, paz, felicidad y prosperidad. Dios es en los cuales ponen su confianza. Algunos son hechos de palo y madera, bien anticuados. Pero hay otros más sofisticados. Y que podrían pasar desapercibidos. E incluso hacernos pensar que son tonterías. Que no hay nada de malo en tenerlos, usarlos y llenar nuestra vida de alegría con ellos. Tenemos que cuidarnos de los dioses de nuestros días. Sí hermanos, hoy día tenemos otros dioses. El pueblo de Israel tenía el templo en Jerusalén para adorar a Dios como Él ordenó. Pero aparte de eso, los israelitas también tenían los lugares altos; tenían miles de ellos. En las colinas, debajo de árboles frondosos, habían altares pequeños para adorar otros dioses. En esto tenemos que cuidarnos. Hay lugares altos en medio nuestro. Y tenemos que cuidarnos de no adorar en esos lugares. Solo Jehová es la Dios verdadero. Como le dijo Jesús a Satanás en Mateo 4:10 “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Es fácil pensar que es poca cosa tener lugares altos de adoración aparte de adorar exclusivamente a Jehová. ¿Cuáles son los lugares altos de nuestros tiempos? Los lugares altos de nuestros tiempos son: “Los malles y el materialismo asociado con ellos (el comprar, comprar, comprar). Los deportes, que compiten con la adoración a Dios ya que la mayoría se realizan los domingos. Los juegos de videos, el celular, las redes sociales, la televisión, la diversión. El vivir mi vida como yo quiera vivirla sin que Dios me diga cómo hacerlo”. Y hay miles más. Lo interesante del caso es que muchas de estas cosas no son malas en sí mismas. Pero ellas compiten contra nuestros deberes para con Dios. Ellas anhelan nuestro corazón, buscan nuestra felicidad y paz, en competencia con Dios.

            Pero solo Jehová es el Dios verdadero. Nada debe competir con nuestra íntima relación con Dios. Con nuestro deber de adorarle, servirle, leer su Palabra, orarle y trabajar en su reino. Solo Él puede llenar nuestra alma, darnos paz duradera y sólida, llenar nuestros corazones de alegría permanente, y librarnos de la esclavitud que esos dioses siempre traen con ellos. Solo Jehová es el verdadero Dios. Dios es verdad en Sí mismo. El único que realmente es Dios. Todos los demás dioses son fantasía.  Cuidémonos de no hacer de esas cosas nuestros dioses. La felicidad que venden es pasajera, es temporal, es terrenal. No tienen poder en sí mismos. Y nos esclavizan.

II. Dios es verdad en Su Palabra

            En segundo lugar, cuando hablamos de la verdad de Dios, la Biblia nos lleva a contemplar su Palabra. Todas las Palabras que Dios ha revelado son la verdad, porque Dios es verdad. Fue Jesús quien dijo en Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Porque Dios es un Dios de verdad todas sus Palabras son la verdad. Hay una sola verdad y es la verdad de Dios. Lo que Dios ha revelado es la verdad sobre cualquier otra aparente verdad. Y como es así, solo ella tiene un poder transformador. Jesús nos dice que somos santificados por la verdad y esa verdad es su Palabra. La Palabra tiene poder santificador, es decir, transformador, de adentro hacia afuera. No solo cambia nuestra conducta exterior, sino que cambia nuestro corazón. Transforma nuestra forma de pensar, nuestra voluntad, nuestras emociones. Cura la pecaminosidad de nuestra alma. Por eso solamente cuando vivimos bajo esa Palabra y llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo es que hay transformación que lleva a la vida eterna y encontramos verdadera felicidad. ¿Es esa tu fe? ¿Cuánto realmente confiamos en que lo que Dios revela en la Biblia es la verdad suprema?

            Solo los matrimonios fundados en obediencia a la Palabra de Dios son los que son verdaderamente felices. Pero me dirán: yo conozco matrimonios de cristianos que son infelices y conozco matrimonios entre no cristianos que son felices. ¿Qué respondemos a ello? Respondemos que el matrimonio infeliz de esos cristianos lo es porque no viven en obediencia a la Palabra de Dios. Cristo no es el centro de ese matrimonio. El poder transformador del evangelio no se experimenta allí. Y los matrimonios felices entre no cristianos se debe a la misericordia de Dios quien hace salir su sol sobre justos e injustos. Pero ellos no cumplen el fin por el cual Dios instituyó el matrimonio. ¿Cuál es? Que sean ayudas idóneas, ayudándose mutuamente a servir a Dios. En este camino a la ciudad celestial Dios nos da un compañero(a) de viaje para que juntos nos ayudemos a perseverar en obediencia y fidelidad a Dios. Ese es el propósito principal del matrimonio: la mutua ayuda.

            Solo cuando permitimos que la Palabra de Dios dirija nuestras vidas es que poseeremos la verdad y esa verdad nos hará libres. Juan 8:30-32 “Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Si permanecemos en la Palabra de Cristo… conoceréis la verdad. Además, si permanecemos en la Palabra de Dios, en obediencia, siguiendo sus directrices, seréis verdaderamente mis discípulos. Y cuando permanecemos en esa verdad seréis verdaderamente libres. ¿Libres de qué? Libres de la condenación del pecado y del poder reinante del pecado. Y libre en todas las áreas de la verdad.  

            Porque Dios es un Dios de verdad todas sus promesas se cumplen. Ninguna de sus Palabras y promesas caen por tierra. Si Dios lo prometió Él lo cumplirá, porque Dios es un Dios de verdad. ¡Si El no cumpliera con sus promesas El no sería Dios! El cumple todas sus promesas porque todas están fundadas en Cristo. Por eso Pablo dice en 2 Corintios 1:20 “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. Pero, aunque sus promesas siempre se cumplen, ellas se cumplen en el tiempo del Señor y de la manera que Dios considere es mejor para nosotros. Por ejemplo, una promesa temporal Dios puede “cambiarla” por una promesa espiritual. Puede que a este cristiano no llene sus bolsillos de dinero, pero llena su vida de la gracia de la fe, de paz en su alma, de humildad, etc. que son riquezas más grandes que el mismo dinero. Por eso el apóstol Juan dice en 1 Juan 5:4 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. Es la obra de Dios en nosotros la que vence el mundo, no las riquezas. Es la fe que Dios nos da la que vence el mundo. No las posesiones.

            Porque Dios es un Dios de verdad Sus juicios también se cumplen. Eso es lo que se implica en Jeremías 10:10 “Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.” ¿A qué ira se refiere? Al castigo que Dios dará a su pueblo por sus pecados. Dios es un Dios de paciencia. Pero su paciencia tiene un límite. Dios es un Dios de salvación, pero el día de salvación tiene un límite. Habrá un momento donde no habrá más salvación. Y habrá un momento donde Dios dirá basta, no soportaré más tu pecado. Eso fue lo que Dios le dijo al reino del Norte y del Sur. Y les dijo por medio del profeta Amos en el capítulo 7:8 “no lo toleraré más. El que Dios se “tarde” en castigar no significa que nunca vendrá el castigo, porque Dios es un Dios de verdad. Y así como Dios cumple sus promesas de igual forma el cumple sus castigos. Y Dios no solo disciplina a su pueblo. El visita con castigo a los pecadores. Porque Dios es un Dios de verdad Sus juicios también se cumplen. A su tiempo el pie de los pecadores resbalará.

III. Dios es fiel a su pacto

            Dios ha prometido ser nuestro Dios para siempre. Él ha prometido salvarnos, cuidarnos, socorrernos, guiarnos, protegernos, llevarnos a la gloria. Y El cumple su pacto. El siempre permanece fiel a su pacto. 2 Timoteo 2:13 “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.” Si fallaremos, Él nos disciplinará, pero jamás nos abandonará. ¿Por qué? Porque en su pacto, El prometió ser nuestro Dios eternamente y para siempre. Como dice Hebreos 13:5-6 “No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.” La obra de salvación que El comenzó la terminará (Filipenses 1:6). Pero junto con ello no nos olvidemos 2 Timoteo 2:12 “Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.” El que niega a Dios con su vida, su conducta, con su falta de perseverancia no verá la vida eterna, porque Dios es un Dios de verdad.

            Como Dios es fiel a su pacto El castiga la desobediencia de sus hijos. Amós 3:2 “A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. Porque ustedes son mis hijos yo os castigaré por vuestros pecados. Dios nos corrige cuando nos desviamos porque El es un Dios de verdad.

            Y como Dios es fiel a su pacto Él no puede mentir. Tito 1:1-2 “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, [Biblia Textual: que no puede mentir] prometió desde antes del principio de los siglos,” El pacto de gracia que Dios ha establecido con nosotros está fundado en la verdad de Dios. ¿Qué significa? Significa que todo lo que allí se contiene es verdadero. Su salvación es verdadera salvación, su paz verdadera paz, la felicidad en los cielos es real no fantasía. Por tanto, nos dice Pablo, la esperanza de la vida eterna es verdadera porque Dios no puede mentir. Nuestra fe no descansa en la fantasía, en un Dios que no existe, pero que se nos hace creer que sí existe. Nuestra fe descansa en el hecho de que Dios es y se ha revelado y nos ha revelado al Salvador Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna (1 Juan 5:20). 

 

Aplicaciones:

1. Porque Dios es verdad, Él nos llama a hablar la verdad. Efesios 5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Por tanto, desechamos toda mentira. 1 Pedro 2:1-3 “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor”. Una media verdad no es una verdad completa. No hay mentiras piadosas. Debemos ser sinceros unos con otros. Ser lo que profesamos ser. Todo engaño, falsedad, mentira, hipocresía debe ser desechado por nosotros. Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

2. Confía plenamente en el Señor. Dios es la Verdad. Confía en su Palabra, en sus doctrinas, en sus enseñanzas. Por encima de lo que dicen los hombres la Verdad de Dios es suprema. Ella te enseña lo que es la realidad de las cosas y cómo estas funcionan correctamente. Por ejemplo: somos criaturas de Dios no el producto del azar. Los hombres son la cabeza en la familia y las mujeres están llamadas a someterse a los maridos. Solo así seremos verdaderamente felices y libres, porque descansamos en el Dios de verdad.

 

Sermón: Marcos 7:9-13 Honrando a las Madres

Marcos 7:9-13 “Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.”

 

            No hay nada como el amor de una madre. La historia misma y las culturas de una manera u otra han procurado honrar a sus madres. Y la Biblia misma celebra y exalta el amor de una madre. Por ejemplo, en Isaías 66:13 nos describe el amor tierno, compasivo y consolador de las madres. “Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.” Así como las madres consuelan a sus hijos: que los toman entre sus brazos, los aprietan, ellos sienten el calor y la ternura de amor de ellas, saben que ese amor es sincero y desinteresado, de igual manera Dios consolará a su pueblo: los rescatará y los llevará de regreso a Jerusalén. ¿Por qué? Porque el amor de Dios es sincero, desinteresado, tierno y compasivo para sus hijos. Fíjate que Dios utilizó el amor de las madres para enseñarnos acerca del amor tierno y consolador de El mismo. En otras palabras, podemos decir que el amor de una madre es analógico al amor de Dios por su pueblo. ¿Por qué decimos que es analógico? Porque es parecido. No es 100% idéntico. El amor de Dios trasciende el amor de una madre.

            Pero la historia, las culturas y sobre todo la Biblia exaltan y dan honor a las madres. Y por tanto nos enseña la Biblia la gran responsabilidad de amor que tienen los hijos hacia sus madres. Pero, aunque eso es cierto y los hijos saben que deben honrar a sus madres y las madres se encargan de recordárselo de vez en cuando, a veces los hijos, tristemente buscan la manera de no cumplir fielmente con ese mandamiento. De eso trata el pasaje que tenemos aquí.

            En el pasaje de Marcos tenemos una denunciación de parte de Jesús. El acusa a los fariseos, escribas y a todos los judíos de este pecado. ¿Cuál pecado? El de invalidar el mandamiento de Dios por guardar sus tradiciones. V. 9 “Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.” Dios tiene autoridad sobre nosotros. Sus mandamientos son para ser obedecidos. Y nada debe de interponerse en el cumplimiento de los mismos.

            Pero los judíos estaban invalidando los mandamientos de Dios. Específicamente el 5to mandamiento que dice:  V. 10 “Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre;” No solo estaban invalidando el 5to mandamiento de la ley moral sino otros mandamientos semejantes, V. 13 “Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.” No era algo nuevo y no era algo que se limitaba al 5to mandamiento.

            Moisés dijo: “honra a tu padre y a tu madre”. Pero, aunque Moisés lo dijo, el mandamiento no es de Moisés sino de Dios. Moisés era un profeta de Dios y su deber era revelar las Palabras de Dios tal como Dios las reveló. Dios iba a poner sus Palabras en la boca de sus profetas y ellos iban a comunicar exactamente lo que Dios reveló. Esa era el oficio del profeta. Por eso en el pasaje paralelo en Mateo nos dice en Mateo 15:3-4 “Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre”. Fue Dios quien mandó u ordenó ese mandamiento. Pero Él lo hizo por medio de Moisés. El mandamiento es de Dios, pero fue predicado por el profeta, Moisés.

            Y como es de Dios, es revestido de toda la seriedad del mundo. Tan importante es para Dios este mandamiento que Dios mismo ordenó la pena de muerte sobre los hijos que maldijeren a sus padres. V. 10 “y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.” En el AT Dios ordenó la pena de muerte sobre los hijos que maldijeren a sus padres. Claro está, la pena de muerte no era sobre cualquier niño sino sobre hijos adultos que eran rebeldes, maltratantes hacia sus padres y que incluso hubieran intentado matar a sus padres. Tales actitudes eran llamadas “maldecir a los padres”. Así que no se limitaban a meramente decir maldiciones con la voz.  Entonces, en el AT maldecir a los padres era un crimen y también un pecado.

            Pero los judíos por medio de tradiciones inventadas por ellos mismos, no mandadas por Dios, buscaban invalidar el mandamiento de Dios. ¿Cómo así? V. 11-12 “Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre,” Los judíos habían inventado una tradición que dio paso a liberar a los hijos del deber de ayudar a sus padres. ¿En qué consistía? Si unos padres iban donde su hijo para pedirle ayuda económica, si el hijo decía: es Corbán, es decir, “es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte”, entonces, quedaba libre de ayudar económicamente a sus padres. Y lo interesante no es solo eso. La tradición no requería que el hijo entregara necesariamente ese dinero al templo o a alguna entidad religiosa. Él podía retener ese dinero incluso hasta la muerte y lo que sobrare, si sobraba algo, entonces podría ir al tesoro del templo. Solamente con decir: “Es Corbán”, quedaba libre de la responsabilidad de ayudar a sus padres.

            Jesús les dice: Dios no ha ordenado eso en su Palabra. Les dice que tal tradición busca invalidar la Palabra de Dios, el mandamiento de Dios. V. 13 “invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido.”

            Tal tradición daba la apariencia de ser piadosa. Daba la apariencia de santidad, pero era todo lo contrario. 

            ¿Qué eran las tradiciones de los judíos? Eran mandamientos en donde se buscaba aplicar en la vida práctica los mandamientos de Dios. Esto en sí mismo no es malo. Toda doctrina es para ser vivida. Pero, lamentablemente, los judíos llevaron esto al punto de hacer reglas y mandamientos para justificar el violar los mandamientos de Dios. Ese es el ejemplo que tenemos aquí. Pero hay otro conocido. Para los judíos el día de reposo es el séptimo día. Y como día de reposo es el deber de ellos descansar en ese día. Y la tradición decía que no se podía caminar distancias largas en ese día a menos que fuera a ir a una de tus hogares. ¿Cómo ellos lograban caminar grandes distancias en el día de reposo sin quebrantar el mandamiento? Fácil. Para ellos una prenda de vestir en un lugar era considerado su hogar. Así que el día viernes dejaban en ciertas partes del camino a recorrer una prenda de ellos: sea un zapato, un pañuelo, etc. y en el sábado iban a recogerlo y tal distancia era permitido porque era viajar a su hogar. Y de esa manera podía viajar largas distancias en el día de reposo sin quebrantar el mandamiento. Sus tradiciones vinieron a invalidar los mandamientos de Dios.

            Ahora bien, ¿Cómo aplicamos esto hoy día? Yo me temo que a veces nosotros hemos hecho algo semejante. A veces con nuestros actos invalidamos el mandamiento de Dios por las tradiciones de los hombres.

            Dios nos manda a honrar a nuestros padres. Y ya que estamos celebrando el Día de las Madres tomemos a las madres como ejemplo. Dios nos ha dado a nuestras madres. Somos el fruto de ellas. Y ellas han cuidado de nosotros: desde el mismo momento que estuvimos en el vientre ya éramos amados y cuidados por ellas. Y las que han adoptado han amado a sus hijos antes de haber llegado al hogar. Y han provisto para nosotros: nos han alimentado, vestido, añoñado, acariciado, estudiado con nosotros. Nos han bañado. Se han amanecido con nosotros cuando estábamos enfermos. Se han desvelado y se han consumido pensando qué pasará con nosotros cuando crezcamos. Y aun después de adultos siempre están pendientes de nosotros. Y ejemplos de estas cosas las podemos multiplicar fácilmente.

            Y Dios nos llama a honrarlas. ¿Qué significa honrarlas? Significa amarlas, respetarlas, cuidar de ellas, proveer económicamente para ellas, visitarlas, estar pendiente de sus necesidades.  Seguir sus consejos y mandamientos, etc.

            Veamos algunos pasajes que tratan sobre lo que significa honrar a nuestras madres.

            Levíticos 19:3 “Cada uno temerá a su madre…, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios.” Qué es temer sino respetar y obedecer a nuestras madres. No hay respeto si no hay obediencia. Ni hay respeto cuando obedecemos con malas crianzas.

            Proverbios 1:8 “Oye, hijo mío, …no desprecies la dirección de tu madre;” Es decir, no rechaces sus instrucciones. Ella busca tu bien. Y sus consejos debemos seguirlos, tomarlos con seriedad y respeto. No te creas que te lo sabes todo. Ellas han vivido más que tú. Sigue su dirección.

            Proverbios 23:22b “cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.” Cuando esté viejita no la menosprecies, no te burles de ella, no te quejes cuando te repite las cosas dos y tres veces. O que te cuente la misma historia una y otra vez. O que le tengas que repetir las cosa varias veces porque se les olvida con facilidad lo que les dijiste. No pienses que son una molestia al tener que llevarla dos y tres veces al médico. No pienses que es una carga para ti.

            Pero hay algo importante que tomar en cuenta. Jesús nos dice que es posible invalidar el mandamiento de Dios por medio de tradiciones inventadas. Hay prácticas que nos pueden llevar a invalidar los mandamientos de Dios. Hay acciones que pueden dar la apariencia de piedad, santidad y obediencia cuando realmente no es así. Por ejemplo, un hijo puede pensar que honrar a las madres es meramente hacer el CDT una vez al año. Y él o ella cree que honrar a las madres es hacer un CDT. ¿Qué es el CDT? El CDT es: carta, desayuno, te amo. Y puede pensar que si yo hago eso una vez al año y le escribo una cartita diciéndole lo mucho que la amo y el domingo del Día de las Madres me levanto temprano para hacerle su desayuno preferido y cuando le doy la carta y el desayuno le digo te amo, eso es suficiente para honrarlas. Si pensamos así también actuamos como los judíos quienes invalidaban el mandamiento de Dios por las tradiciones de los hombres. A veces las madres reciben un día de honra al año y 364 días de deshonra. ¿Es honrar a las madres el hacer cosas bellas para ella el Día de las Madres y pasarnos todo el año en desobediencia a ellas? ¿Borramos todas nuestras desobediencias con un mero CDT? Yo no lo creo así.

            Pero hay otras maneras sutiles de invalidar los mandamientos de Dios por medio de tradiciones inventadas. Un hijo o hija puede creer que honra a su madre por el hecho de que la llama de vez en cuando. Dice a su corazón: “Ella sabe que yo pienso en ella ya que la llamo de vez en cuando”. Claro está, no es malo llamarla, pero es mejor visitarla con regularidad. Creer que nuestra llamada telefónica sustituye el visitarla, el estar presente con ella, es invalidar el mandamiento de Dios por medio de tradiciones inventadas. O creer que meramente si le doy dinero de vez en cuando, eso es suficiente para honrarlas. Llevarla a cenar una vez al año tampoco es suficiente.

            A veces hay hijos que crecen pensando qué mami puede hacer por mí y pocas veces se preguntan qué debo estar haciendo por ella.

Aplicaciones adicionales:

1. El amor de una madre es grande, pero aun así no se compara con el amor de Dios por sus hijos. Mira como lo dice Isaías 49:15 “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.” La pregunta es retórica. Y la contestación es que difícilmente una madre se olvidará del hijo que dio a luz. Es casi imposible que así sea. Es algo que uno no se lo puede imaginar. Así que la comparación que usa Isaías es entre el amor de una madre por sus hijos. Su amor es tan grande, su apego a sus hijos es tan enorme que jamás uno pudiera pensar que una madre se olvidara y abandonara a su hijo. Es casi humanamente imposible que esto ocurra. Esta es la idea. Pero Dios revela a su pueblo que, aunque eso es casi imposible que ocurriera, aun así, si ocurriese, jamás me ocurrirá a mí, dice Jehová. “Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.” Dios nunca jamás olvida a su pueblo. Dios nunca abandona a su pueblo. El nunca deja de amarnos, protegernos, cuidarnos, consolarnos, rescatarnos, salvarnos. El amor de una madre es grande, pero el amor de Dios es superior. Nuestras madres están un tiempo limitado con nosotros, pero Dios es eterno. Su amor y presencia siempre está y estará con nosotros. Fue Jesús quien dijo: He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin (Mateo 28:20).

2. Hermanos, hay una madre que nunca debemos olvidar. Y esa madre es la iglesia. Por eso Cipriano, Agustín y Calvino dijeron: “Nadie puede tener a Dios como Padre si no tiene a la iglesia como su madre.” ¿De dónde Calvino sacó eso? De la Palabra de Dios. Dice Gálatas 4:26 “Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.” Somos hijos de la nueva Jerusalén celestial. La iglesia es la madre de todos nosotros. Fue en su vientre que Dios nos engendró por medio de la Palabra que ella predicó. Porque solo ella está autorizada a predicar la Palabra. Así que ella cuida de nosotros, nos alimenta por medio de la Palabra y los sacramentos. Ora por nosotros, llora con nosotros. Está pendiente de nosotros. Y ella espera pacientemente que la honren que la amen. Ella se goza que la visten con regularidad. Pero ella tiene necesidades también. Su techo tiene necesidad de mantenimiento porque se filtra el agua. Sus puertas tienen necesidad de reparación como la puerta del salón de los niños. Ella no pide mucho, sino que la amen. Es sufrida y espera pacientemente. Ella no quiere butacas de último modelo, pero quiere tener asientos decentes para que sus hijos se sienten allí. Ella necesita que le barran la casa porque ella sola no puede. A veces necesita que la lleven al médico, que le hagan compañía, que la visten, que sirvan la comida porque sus manos son débiles y son muchos los hijos. Podríamos pensar que hemos cumplido nuestro debe con nuestra madre al visitarla de vez de en cuando, ayudarla económicamente alguna que otra vez. Eso sería invalidar el mandamiento de Dios por medio de tradiciones humanas.

            Pero ella anhela su presencia. Ella anhela ver que sus hijos se amen, se busquen, se cuiden, se ayuden unos a otros, crezcan y maduren y sigan las enseñanzas que su madre con amor, aunque imperfectamente, les imparte.

            Siempre hay hijos e hijas que están pendientes de la madre. Ella sabe que puede contar con ellos en todo momento. Pero ella desea ver que todos sus hijos la amen igualmente, porque ella es igualmente madre de todos ellos. Y le gustaría que no solo pensaran que mi madre me va a dar sino también que yo voy a darle a mi madre. ¿Qué pide ella? Ella no pide nada. Y si pidiera algo pediría: que os améis unos a otros como Cristo los ha amado y dio su vida en la Cruz para salvarla (Juan 15:12). Amén.

Sermón: Salmo 119:68 Los atributos de Dios, la bondad

Salmo 119:68 “Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.”

            William Carey, 1761-1834, es conocido como el “padre de las misiones modernas”. Cuenta la historia que Carey predicaba mucho acerca de la importancia de llevar el evangelio a otras partes del mundo. Y un día decidió que ya había predicado mucho sobre ese tema y que lo único que le faltaba era poner las manos a la obra. Así que Carey se embarcó hacia la India en el 1793. Cuenta la historia que Carey se enfermó gravemente y una de las personas que fue a visitarlo le preguntó: Mr. Carey, ¿si esta enfermedad suya terminara, Dios no lo quiera, en su muerte, cuál pasaje bíblico le gustaría que se usara para el sermón del funeral? A lo cual Carey respondió: de esta pobre criatura pecadora no se debe decir nada, pero si fuera a escoger un pasaje para el sermón en mi funeral escogería Ten piedad de mí, oh Dios, del Salmo 51:1.  Sin olvidar lo que sigue diciendo el Salmo conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
En el mismo sentido de reconocer la bondad de Dios sobre su vida Carey pidió que se escribiera en su lápida lo siguiente: “William Carey, nació el 17 de abril de 1761, murió un pobre gusano indefenso. Caigo en Tus manos misericordiosas”.

            Hermanos, Dios es un Dios de misericordia porque Dios es un Dios de bondad. La misericordia, la gracia y el amor de Dios fluyen de su bondad. Fluyen de maneras diversas, pero fluyen de su bondad. La misericordia se extiende sobre el que está en miserias, y allí llega a socorrerlo. La gracia se extiende no meramente sobre el culpable, sino sobre aquel que no merece nada, porque lo que tiene es deméritos. En el amor, Dios no solo da cosas buenas, sino que Dios se da a Sí mismo. Todos estos atributos éticos y morales fluyen de la bondad de Dios.

            Ahora qué significa que Dios es bueno. Cuando le atribuimos bondad a Dios, como se le atribuye en el versículo 68, qué queremos decir.

 

I. Dios es bueno en Sí mismo

             Eso lo que dice claramente el versículo 68: Bueno eres tú. Y porque Dios es bueno El hace el bien. Ahora bien, qué quiere decir la Biblia cuando reconoce en Dios el atributo de bondad. Lo que hace es reconocer lo que Dios es en Sí mismo. Dios es en Sí mismo bueno. Su naturaleza esencial es pura bondad. Su naturaleza física es buena. Y su carácter moral es perfecta bondad. Y cuando hablamos así de Dios lo que estamos diciendo es que Dios es perfecto en Su ser. Por ejemplo: “cuándo preguntamos ¿y cómo está ese pernil? Y decimos: muchacho ese pernil está bueno, lo que queremos decir es que está como debe ser. Está en su punto. Está bien hecho como para chuparse los dedos. Se enfatiza, entonces, la perfección de ese objeto, de esa cosa.”

            Cuando decimos que Dios es bueno, lo que estamos diciendo es que Él es perfecto.  Que Dios es lo que debe ser. Que cuando pensamos cómo debe ser Dios o cómo debe ser un Ser al cual llamamos Dios, concluimos: ese no es otro que Jehová de los ejércitos. Todo lo que nosotros necesitamos de Dios: sea amor, bondad, protección, sabiduría, justicia, santidad, verdad, compañía, compasión, presencia, control, etc. todo esto lo encontramos, en ningún otro, solo en Jehová de los ejércitos. Solo Él es Dios. Solo Él es bueno.

            Por eso Jesús dijo en Mateo 19:17 “Ninguno hay bueno sino uno: Dios.” Dios es el único que es bueno en Sí mismo y por Sí mismo. Porque solo Él es perfecto en Su ser y en todo lo que hace.

            Generalmente se habla de que Dios es el Bien Supremo: Summum Bonus. Pero a la luz de la Biblia Él no es el Bien Supremo, Él es el único Bien. Él es el Bien absoluto. Por eso el tener a Dios como nuestro Dios es tenerlo todo, aunque no tengamos nada. No hay bien sino en El. Por eso dice el Salmo 16:2 “Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.” Fuera de Dios no hay bien, porque Él es el único bien. El bien que es perfecto. Y como bien perfecto que es El tenerlo como nuestro Señor y Salvador es lo mejor de la vida. Salmo 73:28 “Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.” El estar cerca de Dios es lo mejor que podemos hacer. Poner toda nuestra confianza, no en nosotros, sino en Jehová. Y como Dios es el único Bien en el mundo solo Él es el único que puede satisfacer todas nuestras necesidades. Nuestra felicidad se encuentra únicamente en El. Salmo 73:25-26 “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.”

            Nuestra felicidad reside en El. Nuestra verdadera, solida, permanente y plena satisfacción se encuentra solo en El. No se encuentra en las cosas: no se encuentra en los celulares, en los ipad, en los playstations, en los Nintendo wii o Nintendo switch, ni en la ropa, ni en los relojes, sin en las casas, los carros, los hijos, los cónyuges, etc. Nuestra plena felicidad se encuentra solo en poseer a Dios como nuestra Señor y Salvador y el único Bien de nuestra vida.   

            Pero la única manera de poseer a Dios lo es por medio de la fe salvadora en Cristo Jesús. Solo los que se rinden a Jesús como el Dios de sus vidas, para vivir para El y descansar en su sacrificio para el perdón de los pecados disfrutan a Dios como el único Bien en este mundo.

            El Salmo 119:68 nos dice algo más. Nos dice: “Bueno eres tú, y bienhechor”.  Dios no solo es Bueno en Sí mismo sino también El hace bien.

II. Dios es bueno en todo lo que hace

            Toda la sección desde el versículo 65 hasta el 72 menciona la bondad de Dios cinco veces.  Y su énfasis es el hecho de que Dios hace bien a su pueblo. Por ejemplo: V. 65 “Bien has hecho con tu siervo”. V. 68 “Bueno eres tú, y bienhechor”. V. 71 “Bueno me es haber sido humillado”.  

            Ahora bien, hay una bondad general, una bondad común sobre todas las criaturas. Dios hace bien a todas sus criaturas porque son sus criaturas. Como nos dice el Salmo 145:9 “Bueno es Jehová para con todos, Y sus misericordias sobre todas sus obras.” Y el Salmo 33:5 “El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la tierra.” Por tanto, no hay ninguna criatura que no reciba de parte de Dios cosas buenas. Por eso decimos que todo bien que encontramos en el mundo tiene su origen en Dios. Es Dios quien creó los alimentos, los árboles, las montañas, nuestro propio cuerpo, los colores que admiramos, los sonidos que nos deleitan, el fresco de la mañana, el rocío, el amanecer, el anochecer, el amor, el disfrute de las cosas creadas, el calor de la piel, etc. Todo tiene su origen en Dios porque El es bueno.

            Dios no solo nos da estas cosas, sino que nos la da para que incluso disfrutemos de ellas. 1 Timoteo 6:17 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Dios pudo haber hecho la comida para que la comamos y nada más. Pero Dios en su bondad no solo nos da la comida sino también las glándulas gustativas para que disfrutemos lo que comemos. Nos da variedad de colores, olores, sabores. Todo esto y mucho más para que las disfrutemos. Pero nuestra esperanza y felicidad solo en el Dios vivo. Todo lo demás es incierto. Solo Dios es permanente.

            Su bondad se extiende sobre todas las criaturas por ser sus criaturas. Y no solo eso. Dios hace bien incluso a las criaturas que le odian y aborrecen. En Mateo 5:45 “vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” Dios hace salir su sol sobre los malos y envía lluvia sobre los injustos. Nadie puede decir que no recibe cosas buenas de Dios.

            Pero sobre esa bondad general y común sobre todas las criaturas hay una bondad especial sobre sus hijos. Dios es bueno con todas sus criaturas, pero sobre sus hijos sus bendiciones son superiores. Porque los hijos reciben las cosas buenas de Dios como su Padre celestial que les ama y sobre los demás como el Dios Creador. Todo lo recibimos por amor a Cristo y de Cristo. Por eso es una bondad especial. Dice el  Salmo 73:1 “Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón.” Fíjate que el salmista describe quiénes son el Israel de Dios. El Israel de Dios son los de limpio corazón. Es decir, los que aman a Dios, viven para Dios, desean agradarle todos los días de su vida y viven en obediencia a sus mandamientos. Para ellos hay una bondad especial de parte de Dios. Por eso Dios no retiene nada bueno de sus hijos. Salmo 84:11 “Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.” Mateo 7:11 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”. Es más, Dios es bueno con sus hijos aun antes de ser convertidos. Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

            Todo lo que Dios hace en nuestra vida es bueno. David lo aprendió así en las palabras de esta sección del salmo. El aprendió que Dios le había hecho bien según Dios había prometido en su Palabra. Y que aún el ser humillado ante los hombres fue bueno para él. Porque Dios lo humilló para que aprendiera obediencia. V. 71-72 “Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos. Mejor me es la ley de tu boca Que millares de oro y plata.” Así que la aflicción que el salmista padeció fue algo bueno para él.

            De igual manera pasa con nosotros. Aflicciones vienen a nuestras vidas por diversas razones: por pecados nuestros, por pecados de otros, por el hecho de que hay pecado en el mundo, o porque Dios ha decidido probar nuestra fe más preciada que el oro. Y la tendencia normal es pedirle a Dios: oh, Dios quita de mí esta aflicción. Pero lo más sabio sería decir: “oh, Dios ayúdame a sobrellevar esta aflicción, ayúdame a aprender lo que deseas que aprenda, ayúdame a depender de ti, confiar en ti y recordar que soy extranjero y peregrino aquí en la tierra. Voy camino a Canaán y hay piedras en el camino.  Ayúdame a no tropezar, pero si tropiezo: levántame Señor, Auméntame la fe para que no dude de ti bondad para conmigo”. 

            El salmista dice “Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.” Hay una petición a Jehová en respuesta a reconocer que Dios es bueno en nuestras vidas. ¿Cuál es la respuesta a la bondad recibida de parte de Dios?

 

III. La Respuesta a la bondad de Dios

            La respuesta a la bondad de Dios es obediencia: “Enséñame tus estatutos”. Hermanos, la bondad de Dios, su misericordia sobre nosotros, incluso al disciplinarnos, es un incentivo a mayor amor a Dios y mayor obediencia a sus mandamientos.

            Pero no solo eso. David le pide a Dios que le enseñe sus estatutos: sus leyes, sus mandamientos, su Palabra. Y la petición no es meramente: ayúdame Señor a entender tu Palabra sino ayúdame a obedecer tu Palabra. David reconoce que no siempre ha sido fiel, que hay una tendencia a desobedecer la Palabra, que hay una tendencia a olvidarse de la misma. Aun cuando Dios es bueno y ha sido bueno todos los días de la vida de David y lo ha bendecido abundantemente, todavía hay desobediencia en su vida para no vivir en obediencia a la Palabra de Dios. Y él le suplica a Dios: hazme obediente. Enséñame tus estatutos, enséñame a guardar tu Palabra, a creer en ellos como la verdad absoluta, a guardarlos de todo corazón, aprenda a valorarlos más “Que millares de oro y plata. Nada tiene más valor en este mundo que “la ley de tu boca”, oh, Dios. En otras palabras, David ora por un corazón enseñable, humilde, obediencia, un corazón que crea a Dios.

            ¿Es esa tu oración constante? ¿Acaso Dios no ha sido bueno contigo? ¿Cómo le pagas por Su bondad?

Aplicaciones:

1. El que Dios haga su sol salir sobre los malos y que la lluvia caiga sobre los injustos no es evidencia de que ellos gozan del favor de Dios. El no creyente puede creer que Dios está de su lado porque Dios le ha enviado cosas buenas en su vida. Posiblemente Dios le ha prosperado en su trabajo, la ha dado una buena esposa, buenos hijos, buena salud. Y podría creer que Dios está de su lado. Pero eso no es cierto. Como el presidiario no debe pensar que el hecho de que le den comida tres veces al día o le den en su última cena antes de la ejecución un filete mingón con langosta, no es sinónimo de que él goza el favor del gobierno que lo va a ejecutar. De igual manera lo es el que Dios le envíe cosas buenas a los no creyentes. Ellos no gozan del favor de Dios. Mientras vivan en incredulidad están bajo su ira y maldición. Así lo enseña la Biblia. El ejemplo más claro lo tenemos en Adán y Eva. Dios los expulsó del jardín del Edén por su pecado. Indicando que perdieron la comunión con Dios. Y Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. La única solución es venir a Cristo en fe y arrepentimiento antes que sea demasiado tarde.

2. El que Dios a veces no haga salir su sol sobre los buenos ni que caiga lluvia sobre los justos no es evidencia de que no gozan del favor de Dios. Dios envía aflicciones sobre su pueblo: de diversas clases, tamaños y colores. Pero ninguna de ellas, en ningún momento testifican de que no gozan del favor salvador de Dios. Podrían testificar del desagrado paternal de Dios si estamos en pecado o por nuestros pecados pasados. Pero jamás testifican que no gozamos del favor salvador. ¿Por qué? Pablo nos dice en Romanos 11:29 “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

3. Sabemos que Dios es bueno. ¿Podemos creerlo cuando la aflicción nos visita? ¿O solo lo decimos cuando todo sale bien? Pon tu fe solo en Dios y confía en que todo lo que sucede en tu vida proviene de un Dios de bondad y fluyen del amor sacrificial de Cristo.

            Hermanos, Dios es bueno porque Él es perfecto. Y Él no puede sino hacer bien a todas sus criaturas, pero sobre todo a sus hijos. Cuenta las bendiciones que Dios te ha dado. Estas son un llamado amarle más y más en santa obediencia.

Sermón: Jehová es la Roca cuya obra es perfecta

Deuteronomio 32:4 “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.”

 

            Continuamos con nuestra serie de sermones acerca de los atributos de Dios. Hemos visto que Dios es un Espíritu infinito, eterno e inmutable en su ser: sabiduría, poder, santidad, bondad, justicia y verdad.

            ¡Cuán importante es esto para nuestras vidas! En medio del caos que podemos ver en nuestro país: la imposición de la junta fiscal, la huelga de la UPR, la pérdida de derechos adquiridos en el gobierno, el alza en las multas, la posibilidad de un paro nacional, alguien pudiera pensar que deberíamos estar predicando sobre otros temas. Este es el momento dirían para predicar acerca del deber del estado de ser justo con el pueblo, de la necesidad de luchar por nuestras habichuelas, la injusticia de los bonistas, la posible violación de la constitución al establecer COFINA, etc.

            Hermanos amados, en medio de todo esto Dios nos dice: Solo Yo soy Dios. Como dice Isaías 45:6-7 “para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,
que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.
Isaías 45:22 “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.

            En Puerto Rico y en los Estados Unidos hemos levantado otros dioses, tenemos otros baales llamados: el gobierno, el plan de salud, el retiro, el seguro social, la democracia. Si nuestra paz y tranquilidad descansa en ellos hemos hechos de ellos nuestros dioses. Pero hermanos, ninguno de ellos puede salvar. ¿Por qué? Porque todos ellos son arenas, son frágiles, son inciertos. Las riquezas son inciertas. Las democracias son inciertas, al igual que los gobiernos. Hoy están y mañana no.

            Dios nos está enseñando que solo Él es Dios, Él es el único que puede salvar. El único en quien podemos confiar plenamente. El único que es estable, que no cambia, que es firme, permanente, seguro. “Él es la Roca cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.” Amén. Salmo 20:7 “Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.” Es de El que nos acordaremos en medio de la batalla. Y correremos a Él antes que correr a nuestros legisladores, sean del partido que sean. “Solo Dios es la Roca, cuya obra es perfecta”.

            ¿Qué significa que Dios es la Roca? Significa que:

I. Solo Él es estable

            Esta es la primera vez que se llama a Dios en la Biblia: La Roca. Y en este capítulo 32 de Deuteronomio se menciona tres veces más. En los versículos 15, 18 y 30, Dios es llamado la Roca.

            La Biblia nos enseña que Dios es la Roca. Ese es su nombre. Lo podemos ver en Génesis 49:24 “Mas su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob (Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),”. 2 Samuel 23:3El Dios de Israel ha dicho, Me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne entre los hombres, Que gobierne en el temor de Dios.”

            ¿Y cuál es la idea detrás? La idea es que Dios es inamovible. Todas las cosas cambian, pero Dios es estable. Las riquezas aumentan o disminuyen. Nuestra salud mejora o empeora. Las cosas van y vienen, pero “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos.” Amén. (Hebreos 13:8)

            Por tanto, Dios es el único que da estabilidad a nuestra vida. Nuestra vida es segura en los brazos de Dios. A nosotros nos pueden mover fácilmente, nos pueden cambiar de un lugar a otro. Pueden tirarnos de aquí para allá. Pero nuestro Dios es firme. Y es El quien da seguridad a nuestra vida. En medio del tsunami que vemos en el país, Dios nos dice: “Yo soy la Roca” agárrate de mí por la fe sabiendo que jamás seremos movidos.

            Lo interesante es que todos tenemos nuestras rocas. Todos buscamos algo que nos da estabilidad y seguridad. Aun los paganos tienen su “roca” que es su dios. Por eso Moisés dice en Deuteronomio 32:31 “Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca, Y aun nuestros enemigos son de ello jueces.” La roca de ellos, de los paganos, no es como nuestra Roca. Aun los paganos mismo dicen que nuestra Roca no es como la roca de ellos. Para ellos, nuestra Roca es pura fantasía, porque no lo podemos ver, no lo podemos tocar. En cambio, ellos dicen que su roca es la única que da sostén. Todos tenemos algo o alguien en quien descansamos. Tenemos a algo o a alguien que nos da estabilidad.

            En cambio, Dios nos dice que solo Él es la Roca en este mundo y en la eternidad. 2 Samuel 22:32 “Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
El único Dios que existe es Jehová y la única Roca es nuestro Dios.

            Pero algunos no tienen a Dios como su Roca. Algunos ponen su fe, su paz, su seguridad, su tranquilidad en los bienes de este mundo. Miremos un ejemplo en Lucas 12:13-21 “13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. 14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? 15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. 16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. 17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? 18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.” Su roca no era Dios sino los bienes de este mundo. Hizo tesoros para sí. Creía que era rico, pero realmente era pobre. Lo importante es ser ricos para con Dios. Tener a Dios como nuestra Roca.

            Y yo te pregunto, ¿quién o qué es tu Roca? ¿Qué es lo que en tu vida te da estabilidad, seguridad, firmeza y paz? ¿Son tus padres, tu esposo(a), tus hijos(as), tu apellido, tú mismo(a), las cosas que posees, los bienes que tienes, en tu estatus social: el hecho de que puedes comprar lo que quieras, cuando quieras, dentro de un límite razonable? Todo eso es en última instancia arena. Sí, podemos alegrarnos y disfrutar en las cosas que Dios nos ha dado. Pero solo Dios es la Roca. ¿Quién es la Roca en tu vida? ¿Sobre quién te vas agarrar en medio de esta tormenta? Solo Dios es la Roca, cuya obra es perfecta. El único estable y permanente en este mundo y en la eternidad lo es Dios.

II. Solo Él es nuestro refugio

            En medio de las tormentas los seres humanos han buscado en las rocas un refugio firme y estable para sus vidas. Ellos sabían que sus casas eran frágiles, que los ríos podían inundar y poner en peligro sus vidas y sus pertenencias. Sabían que los árboles, aunque fuertes y firmemente enraizados en la tierra, también podían caerse. Por eso cuando venía una tormenta y cuando los ríos se desbordaban, corrían a las cuevas. Ese era su lugar de refugio.

            De ahí que todos consideran a sus dioses como el lugar de refugio en medio de la tormenta. Deuteronomio 32:37 “Y dirá: ¿Dónde están sus dioses,
La roca en que se refugiaban;
En este versículo 37 Dios habla de aquellos israelitas que buscaron refugio en otros dioses y no en el Dios de Israel. Cuando Dios los visite con castigo, ¿dónde estarán sus dioses, su roca en que se refugiaban? Y la respuesta es en ningún lugar.

            ¿Por qué? Porque solo Dios es nuestro refugio. Deuteronomio 33:27 “El eterno Dios es tu refugio”. Y no solo eso: nadie es como El.  1 Samuel 2:2 “No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro.” Y como Dios es mi refugio y nada ni nadie es como Él, nada malo me alcanzará.  Salmo 18:2 “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” Mi alto refugio significa que ningún enemigo me alcanzará. Nada podrá dañarme realmente porque Dios es más alto que todas las cosas. Por eso dice Isaías 43:1-2 “No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

            Hay una promesa en la Biblia para el pueblo de Dios en medio del caos y destrucción. Dios habló al pueblo de Israel por medio del profeta Isaías. Y les dijo que El enviaría a los asirios para destruir y castigar a su pueblo por sus pecados. Pero que en medio de ese caos Dios les dice en Isaías 3:10 “Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos. ¿Qué significa? Significa que en medio del caos y del juicio de Dios el creyente descansa en el hecho de que nada realmente no podrá hacer daño. Podemos estar tranquilos no importa lo que venga a nuestra vida. Si Dios es nuestro refugio, ¿a qué debemos temer? Jesús dijo en Mateo 10:28-31 “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. 29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados. 31 Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.”

            Pero hermanos, sobre el temor del futuro y la inestabilidad de la vida nuestra fe debe descansar en Jesús. Él es la Roca cuya obra es perfecta. Aquel que tiene a Cristo como su Roca, como su Salvador, como su Refugio de la ira venidera vive confiado y jamás será avergonzado. 1 Pedro 2:6 “Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado.”

            ¿Quién es tu refugio? ¿En quién te refugias: en el gobierno, en el partido, en el seguro social, en la pensión, en nuestros seres amados?

            Quiera que todos podamos hacer nuestras las palabras del Salmo 18:2 “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” Por tanto, Isaías 26:4 dice:Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. O como lo traduce LBLA Confiad en el Señor para siempre, porque en Dios el Señor, tenemos una Roca eterna”. Amén.

Sermón: Génesis 18:16-33 Los Atributos de Dios: Su justicia

Génesis 18:16-3316 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. 17 Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? 19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. 20 Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, 21 descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. 22 Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová. 23 Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? 24 Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? 25 Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? 26 Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. 27 Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. 28 Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. 29 Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. 30 Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. 31 Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. 32 Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. 33 Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.”

 

            ¡Qué divertido es bañarse en la lluvia! Me acuerdo cuando niño y adolescente el salir de mi casa bajo la lluvia para ir a la cancha de baloncesto y así disfrutar de la lluvia. ¿Lo has hecho alguna vez? Sentir lo frío del agua, el casi no poder ver porque el agua te baja por los ojos, el sentir cuando el aguacero aprieta y sientes los golpes del agua caer sobre ti. ¿Suena divertido?

            Piensa ahora cómo sería eso mismo, pero, en vez de caerte la lluvia del cielo, te cae fuego del cielo. Yo no sé lo que sintieron, pero me imagino que fue sentir estar en el mismo infierno. Eso fue lo que experimentaron las ciudades de Sodoma y Gomorra en los días de Abraham. Fuego y azufre cayó del cielo y esto por obra misma de Dios.

            Me imagino que alguien pudiera preguntar, pero, ¿acaso ese “castigo” no es algo extremo? ¿No es tal castigo exagerado rayando en la injusticia? La respuesta a estas preguntas es que no. Dios es siempre justo en su trato con sus criaturas. Lo vimos el domingo pasado con el pasaje de Deuteronomio 32:4 “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.” Aun Faraón reconoce que Dios es un Dios justo. Éxodos 9:27 “Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos.”

            Así que uno de los atributos de Dios que es esencial a su Ser lo es Su justicia. Abraham reconoce que Dios es el juez de toda la tierra, V. 25. Todos los seres humanos compareceremos ante Dios algún día. Él es el juez de toda la tierra: de los justos como de los injustos. Nadie escapa a ser juzgado por Dios. Es más, Dios ejecuta juicio aun ahora entre los hombres. Su castigo no se limita al juicio final. El visita la maldad de los hombres aun ahora. Aunque derramará su justicia total en el juicio final sobre los pecadores.

            Ahora bien, ¿cuáles son las características de la justicia y el juicio de Dios?

I. Su juicio se ejecuta con respecto al pecado

            V. 20 “Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo,” Hermanos, Dios toma nota de todo pecado que ocurre en el mundo. Toda injusticia va directamente ante los oídos de Dios. Lo vemos en el caso del asesinato de Abel en Génesis 4:10 “Y [Dios] le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.” Clama a mí por justicia. Por tanto, nos dice aquí la Biblia que Dios escuchó el clamor contra Sodoma y Gomorra por sus pecados. Su “pecado se ha agravado en extremo”. Sus pecados sexuales eran conocidos por todas partes. En el libro de Judas 1:7 “como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.”  Sus vicios o pecados eran contra naturaleza. Y no solo eso. Ellos eran un pueblo soberbio y abusaban de los pobres.  Ezequiel 16:49-50 “He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité.” Nadie es condenado sino por sus pecados. Dios no condena al justo. Nadie puede decir que iba caminando por la carretera, tranquilo, sin molestar a nadie, viendo honradamente y de momento cayó del cielo una piedra y lo mató y de momento despertó en el infierno y él no sabe por qué. ¿Por qué yo estoy aquí si yo soy una buena persona? Nadie es condenado sino por sus pecados. Eso es lo que nos enseña aquí Dios mismo.

II. Su juicio está basado en evidencias

            V. 21 “descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.” Hermanos, Dios conoce todas las cosas. Pero para que esté claro que El no juzga sin razón, la Biblia nos describe a Dios “descendiendo”, aunque Él está en todas partes, como diciendo: voy a ver si esto que oigo es cierto o no. Esto mismo se enseña en Génesis 11:5 “Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.” Sus juicios se basan en evidencias. Todo lo que hacemos, hablamos, pensamos y sentimos es conocido por Dios. Nada escapa a su ojo omnisciente. Y de todo esto vamos a dar cuenta delante de Dios.

III. Sus juicios son justos

            V. 23 “Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?” V. 25 “Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” Dios no trata al justo de la misma manera que trata con los impíos. ¿Por qué? Porque el justo ha sido justificado por la fe en las promesas de Dios y procura andar en obediencia a Dios. Pero los impíos no. Dios no trata a nadie injustamente. Los que son condenados lo son por sus pecados. Ellos merecen lo que han hecho. Pero los justos reciben misericordia de parte de Dios.

IV. Sus juicios no son contrarios a su misericordia

            V. 24 “Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él?”  V. 26 “Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos.” V. 28 “No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.” V. 29 “Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta.” V. 30 “Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta.” V. 31 “No la destruiré, respondió, por amor a los veinte.” V. 32 “No la destruiré, respondió, por amor a los diez.” Por amor a su pueblo, por amor a los justos, Dios estaba dispuesto a no destruir toda la ciudad. Sus juicios no contrarios a su misericordia. Lo interesante es que no había ni diez justos en la ciudad. Y debió haber habido bebés en la misma. Pero la Biblia nos dice que “no hay justo ni aún uno”. Ese es el testimonio del bautismo de niños. Aun ellos necesitan ser limpiados de todos sus pecados por medio de la sangre pura de Jesucristo.

            Dios había mostrado misericordia sobre Sodoma y Gomorra. En el capítulo 14 de Génesis vemos cómo Dios libera a Sodoma por medio de Abraham y su ejército. El justo Lot vivió en medio de ellos. Y nos dice 2 Pedro 2:7-8 los sufrimientos de Lot: “y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados
(porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),”
Pero Sodoma y Gomorra no se arrepintieron de sus pecados. El día de la paciencia de Dios tiene un límite. Y Dios los visitó con destrucción repentina. Y tal castigo nos dice Judas es símbolo del juicio eterno en el infierno. Donde los pecadores serán exquisitamente atormentados, en cuerpo y en el alma por toda la eternidad.

V. Dios retiene sus juicios por amor a los justos

            V. 23 “Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?” Dios le dice a Abraham no la destruiré por amor a los 40, 20, 10 justos. Por amor a los justos Dios retiene sus juicios sobre este mundo. El mundo piensa que Dios quien creó el oído: no escucha, que el Dios que creó los ojos: no ve. Pero este mundo es preservado por amor a los escogidos. Todas las cosas Dios las ha subordinado por amor a su pueblo. Hasta que la plenitud de los gentiles e Israel no se conviertan Dios espera pacientemente y no destruye a este mundo pecador. Pero llegará un día cuando Dios visite este mundo con ira. No está muy lejano ese día.

Aplicaciones:

1. Mira el ejemplo de Abraham. Mira su espíritu de amor y justicia. Él tiene compasión incluso de los pecadores. Ellos merecen el juicio de Dios, en cambio él intercede por ellos. Por amor a los justos él le pide a Dios que no destruya la ciudad. Dios nos llama a mostrar misericordia con los pecadores. Eso no significa que apoyamos sus prácticas, ni consideramos sus conducta inocente. Pero el amor y la justicia de Dios nos debe llevar a clamar por ellos y hacerles bien.

2. No te olvides que la razón por la cual tú y yo no somos condenados con el mundo es por la intercesión de Cristo. Nuestros pecados por sí mismos merecen la ira de Dios. Aun después de haber sido salvados, nuestros pecados merecen la ira de Dios. Pero Cristo es nuestra justicia. Él es la justicia de Dios para todo aquel que en él cree. Agradece a Dios cada día lo que Cristo ha hecho por ti. Él te ha dado la vida. Él te ha librado de la ira de Dios. Él te ha dado herencia entre los santificados.

3. Dios es un Dios de misericordia. Él es un Dios de perdón para todo tipo, clase y profundidad de pecado. La Palabra de Dios es enfatiza con eso. Por eso lo menciona de diversas formas y clase. El perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, con todo Él es muy justo y terrible en sus juicios, odiando todo pecado, pero también no declarará inocente al culpable. Ven a Cristo para que escapes de la ira venidera. Solo su sacrificio es el único que apacigua la ira de Dios. Solo los que están vestidos de la justicia de Cristo hayan el perdón de los pecados.

Sermón: 1 Corintios 15:1-8 La Resurrección de Jesús

Sermón: 1 Corintios 15:1-8 La Resurrección de Jesús1 Corintios 15:1-8 “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. 3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.”

 

            La doctrina de la resurrección física de Jesús ha sido reconocida por toda la iglesia como una doctrina fundamental y central de la fe cristiana. Es una doctrina esencial al cristianismo. Pablo nos dice que el evangelio que él les predicó a los Corintios se basó en la muerte y resurrección de Jesucristo. Y les dice a los Corintios que: si retienen este evangelio, si creen verdaderamente en este evangelio, seréis salvos. Por este evangelio sois salvos. Es lo que dice en los primeros dos versículos 1 Corintios 15:1-2 “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano”. Pablo conecta la verdad de la enseñanza con la salvación. “Si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos”.  Es decir, la doctrina de la resurrección física de Cristo es de la esencia de la salvación. El evangelio es el evangelio de la muerte y resurrección de Cristo. Si no creemos ambas no hay genuina conversión.

            Tan fundamental e importante es esto, que la doctrina de la resurrección de Cristo fue una de las doctrinas que acompañó en todo momento la predicación del evangelio desde sus mismos principios. Hechos 2:29-32 “Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.” En el primer sermón de la iglesia primitiva, en Pentecostés, la doctrina de la resurrección de Cristo fue parte esencial de la predicación del evangelio. Tan es así que Pablo, en Romanos, nos dice que creer en la resurrección física de Jesús es esencial para ser salvo. Nadie puede ser salvo sin creer en la resurrección física de Jesús. Romanos 10:9 “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Así debemos todos nosotros considerar la doctrina, como una parte esencial del evangelio y de la predicación del mismo.

            Ahora bien ¿Cómo sabemos que Jesús resucitó realmente? Hay una gran diferencia entre la resurrección de Cristo y la resurrección de otras personas en la Biblia. Por ejemplo, con respecto a Lázaro, todos lo pudieron ver y permaneció con ellos por algún tiempo. Le podían traer personas donde él estaba, y ellos corroborar por sí mismo la resurrección de Lázaro.

            ¿Quiénes, entonces, pueden probarlo? Pablo responde, nosotros, los testigos visuales de la resurrección. ¿Quiénes pueden ser testigos? Sólo son capaces de ser testigos los que tienen conocimiento personal de los hechos, lo testigos visuales de la resurrección. Si alguien le preguntara a Pablo: ¿Cómo tú sabes que Jesús resucitó? Y él contestara, yo lo sé porque yo lo escuché decir de Pedro. ¿Y de dónde pedro sacó eso? Él lo escuchó de Juan. ¿Y Juan de donde lo sacó? Lo escuchó de Andrés.  Pero eso no es lo que dice Pablo. Pablo nos dice: nosotros creemos en la resurrección porque vimos a Jesús resucitado. Tenemos conocimiento personal de que eso es así. Y nos dice que Jesús se le apareció a Cefas, es decir, a Pedro; y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”. ¿Pero, hay otras evidencias de la resurrección?

            La tumba vacía es una de las pruebas de la resurrección. Pero la tumba vacía no es la única prueba de que Jesús resucitó de los muertos. Es una prueba. Pero no es la única. Que la tumba vacía es una prueba de la resurrección lo vemos por varias razones:

            a. Algunos postulan que Jesús no había muerto, sino que estaba desmayado. Pero, Jesús fue confirmado que estaba muerto. El no se desmayó como algunos dicen y luego se despertó y salió de la cueva. ¡Qué absurdo! Sus manos estaban horadadas y sus pies también. El fue azotado hasta el agotamiento, sin alimentos ni descanso y con una herida en el costado. ¿Cómo es posible haber movido la piedra, haber burlado la guardia y haber caminado por el pueblo y llegado a donde estaban sus discípulos y esto sin ser visto?

            b. Los discípulos no pudieron robar su cuerpo. No hubieran podido burlar la guardia. Mover la roca de la cueva hubiera alertado a los guardias quienes fueron puestos allí expresamente para evitar que se lo robaran.

            c. Los enemigos de Dios no pudieron habérselo robado. Esto atentaría contra sus propósitos. Su orden fue, vigilen el sepulcro para evitar que se lo roben.

            d. La tumba no estaba vacía. Había ángeles que testificaron que Jesús había resucitado.

            e. Los discípulos no estaban preparados para la resurrección de Jesús. Los grandes apóstoles, que caminaron con Jesús por más de tres años, estaban escondiéndose de los judíos. No estaban esperando la resurrección. Las mujeres que fueron al sepulcro no fueron a buscar el cuerpo resucitado de Jesús. Iban con miras a encontrar el cuerpo muerto de Jesús. Iban con especias para ungir el cuerpo muerto de Jesús.

            Si te das cuenta los discípulos no eran personas crédulas. No eran personas que creían cualquier cosa milagrosa que le contaran. Ellos como tú y yo descansaban en la evidencia. Los testigos visuales garantizan que Jesús resucitó físicamente de entre los muertos.

            ¡Jesús resucitó de los muertos! ¡Jesús vive!

            ¿Cuál es la importancia de esto? ¿Qué importancia tiene que Jesús resucitara de entre los muertos? Varias:

1. Si Jesús resucitó de entre los muertos nos dice Pablo el evangelio es verdadero. Si Jesús no resucitó entonces el evangelio es falso. 1 Corintios 15:13-14 “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó; 14. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” Pero nosotros creemos, por el testimonio de los testigos que vieron que Jesús resucitó de los muertos. Entonces las buenas nuevas de salvación son verdaderas. El cristianismo es verdadero. Y si es verdadero es nuestro deber creerlo. Entonces, todos lo que no obedecen al evangelio serán condenados. Por no creer en el evangelio del Cristo resucitado.

2. Su resurrección demostró su victoria sobre el pecado y sobre la muerte. 1 Corintios 15:54-57 “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

3. Su resurrección confirmó que Jesús es Dios. Romanos 1:4 “que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”.

4. Su resurrección nos garantiza el perdón y justificación de nuestros pecados. Romanos 4:24-25 “creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.”. Hebreos 7:25 “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”

5. Su resurrección nos garantiza nuestra resurrección futura de entre los muertos. Juan 11:25 “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Es la base de nuestra glorificación.

6. Es la base, también, de nuestra santificación. Romanos 6:4 “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección”.

 

Aplicaciones:

1. La resurrección es parte del estado de exaltación de Jesucristo. Jesús fue exaltado, luego de ser humillado. Así también lo es con nosotros. El que quiera ser grande en el reino de los cielos debe primero ser un servidor. Lucas 14:11 “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.” Por tanto la humildad es parte de la vida del creyente. Es necesario que cultives en tu vida la gracia de la humildad.

2. Si Cristo resucitó, entonces nuestra ciudadanía está en los cielos. Allí es que debe estar tu corazón donde Cristo está sentado. Vive por fe y no por vista. Pon la mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra. Tienes que verte como lo que eres un peregrino y extranjero en esta tierra. Usa las cosas de este mundo, pero no pongas tu felicidad en las mismas.

3. Significa que como creyente habéis muerto al pecado y al mundo. No perteneces a él. No vivas cumpliendo los deseos de la carne.

4. Alégrate porque, así como Cristo resucitó al final de los tiempos serás resucitado con un cuerpo glorioso como el cuerpo glorioso del Señor Jesús. Amén

Sermón: Mateo 27:45-51 Libre acceso por Cristo

Mateo 27:45-51a “Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”.

 

            Es curioso que constantemente escuchamos que alguien salta la verga de la Casa Blanca. Aparentemente es relativamente fácil el saltarla. Hombres y mujeres lo han hecho. Uno esperaría que sería difícil tener acceso a los predios de la Casa Blanca. Aparentemente no es así. Pero aunque han logrado acceso a la Casa Blanca ninguno tiene acceso directo al Presidente de los EE.UU. Allí nadie se acerca sin un arreglo previo. Solo un grupo selecto tienen esa oportunidad. No todos tienen ese acceso. Pero algunos sí. Algunos dignatarios por el puesto político que tienen u otros por los logros realizados sea en el deporte, en las ciencias, etc. podrían lograr ese acceso ante la Casa Blanca.

            Pero en el caso de Dios es distinto. Delante de Dios ningún ser humano tiene acceso.  Ningún ser humano puede acercarse a Dios, ni por su puesto político, ni por sus habilidades sociales, ni por su dinero, ni por su justicia, ni por sus buenas obras puede ningún ser humano acercarse a Dios. ¿Por qué? ¿Por qué ningún ser humano puede tener acceso directo delante de Dios? La respuesta es…

 

I. Dios es inaccesible

            En primer lugar, por causa de nuestro pecado. Hermanos, nuestros pecados han puesto una barrera entre Dios y nosotros. Nuestros pecados nos separan de Dios. Dice Pablo en Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”. Nuestros pecados nos destituyen de entrar a los cielos. Dios es muy limpio de ojos para ver el mal, nos dice Habacuc 1:13.  Dios no soporta a los pecadores.

            El ejemplo más grafico lo tenemos aquí en el pasaje que tenemos presente. Mira a Jesús agonizando en la cruz del Calvario. Mira las palabras de Jesús que reconoce que se ha abierto una distancia entre el Padre y El. Dios Padre ha abandonado a su propio Hijo. A Su Hijo de quien decía en Mateo 3:17 “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” O Mateo 11:27 “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” Había una íntima relación entre el Hijo y su Padre, al punto de decir que nadie conoce al Padre sino el Hijo. Hay un conocimiento exclusivo entre ellos. Hay un amor íntimo entre el Padre y el Hijo. Pero vemos algo distinto en la cruz. ¿Por qué el Padre abandonó a su Hijo? ¿Por qué Jesús tuvo que clamar en angustia: V. 46 “Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado”? ¿Por qué cuando Jesús clamó al Padre no se oyó una respuesta de su Padre? La respuesta es: por causa de nuestros pecados. Nos dice Pablo en 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado”. Fíjate en la manera en cómo lo dice Pablo: Dios “lo hizo pecado”. Hay una unión entre Cristo y nuestros pecados de tal manera como si fuesen uno solo. Dios Padre hizo pecado a Cristo, es decir, puso toda la culpa de nuestros pecados sobre Jesús. El Padre imputó nuestros pecados sobre su Hijo. Y, por tanto, el Padre, como juez justo, no podía sino abandonar a Jesús en la cruz del Gólgota. Nuestros pecados nos separan de Dios. Dios es inaccesible por causa de nuestros pecados.

            ¡Qué cosa más horrible! Dos que se aman profundamente, con un amor puro y santo, con un amor de puro deleite, no pueden estar juntos. Ese era el corazón de su agonía, estar separado del amor de su vida Su padre. Nuestros pecados nos separan de Dios.

            Pero hay algo más. ¿Por qué nuestros pecados nos separan de Dios? Nuestros pecados nos separan de Dios por causa de su santidad. Hay un problema serio: nosotros somos pecadores y Dios es santo. Esto es como el agua y el aceite: jamás se unen.

            Dios es santo. Él es separado de todo lo que es común. Él es infinitamente puro. Y como Dios santo y juez justo, Él no puede sino condenar el pecado y a los pecadores. El Padre no puede sino condenar a su propio Hijo en la cruz. Condenar a Su propio Hijo quien nunca hizo pecado, pero quien llevaba sobre el madero nuestros pecados.

            Por eso vemos en la narración en Mateo 27:45 “Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.” Las tinieblas no solo es señal de que algo terrible va a suceder sino en primer lugar del juicio de Dios. La ira de Dios vino sobre Jesús. Yo sé que se habla de la muerte de Cristo como una manifestación del amor de Dios. Y eso es cierto. Pero antes que eso, la muerte de Jesús es la revelación de la santidad de Dios y su aborrecimiento sobre el pecado. Si no lo vemos así, no hemos entendido el evangelio.

            Nuestros pecados nos separan de Dios. Dios es inaccesible por causa de nuestros pecados y por causa de su santidad.  

            Pero, aunque esto es cierto, por la cruz Jesús hizo algo.

II. Cristo nos da acceso a Dios

            Jesús en la cruz estaba reconciliando a Dios con el mundo. 2 Corintios 5:19 “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo”. Dios mismo logró la reconciliación del mundo por medio de Jesús. Jesús es nuestra reconciliación con Dios. Y la obra de reconciliación es la obra de su mediación. En la cruz Jesús estaba mediando entre Dios y nosotros.

            Hay enemistad entre Dios y nosotros. Por naturaleza no queremos que Dios reine en nuestra vida. Y Dios aborrece no solo nuestros pecados sino también nuestras vidas porque somos pecadores. Pero Jesús se presenta en la cruz como nuestro mediador. Se presenta como aquel que busca reconciliar a los enemigos. ¿Cómo lo sabemos? Toda la semana de la pasión nos enseña que Cristo muere no por ser pecador por sí mismo sino por llevar nuestros pecados. Por su mediación El busca reconciliarnos con Dios.

            Y por su sacrificio en la cruz Jesús nos da acceso a Dios. Lo podemos ver claramente en los versículos 50-51 “Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”. Cuando Jesús clamó a gran voz, posiblemente Mateo se refiera a las palabras “Consumado es”. Luego de haber entregado el espíritu, es decir, haber muerto, nos dice Mateo que “el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”. Esto es importante.

            El velo del templo se refiere al a la cortina que separa el Lugar Santo del Lugar Santísimo, en donde estaba el arca del pacto símbolo de la presencia de Dios. El velo representaba lo inaccesible de entrar ante la presencia de Dios. Nadie podía entrar al Lugar Santísimo excepto el Sumo Sacerdote una sola vez al año en el Día de la Expiación. Y solo podía entrar si ofrecía un sacrificio por sus pecados y por los pecados del pueblo. Hebreos 9:6-7 nos dice: “Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;”

            Pero Mateo nos dice que cuando Jesús murió “el velo del templo se rasgó de arriba abajo”. De arriba abajo indica que fue algo que Dios mismo hizo. La muerte de Jesús, su sacrificio por nuestros pecados, logró el acceso directo ante la misma presencia de Dios. Su muerte nos dio acceso a Dios mismo. Tenemos libertad para entrar en el Lugar Santísimo. Nadie puede acercarse a Dios sino por medio del sacrificio de Jesús. Por eso Hebreos 10:19-22 “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.

            Hermanos, Jesús ha abierto un acceso directo ante Dios. Tenemos libre acceso. ¿A qué tenemos libre acceso?

III. Tenemos libre acceso

            En primer lugar, a su presencia. Eso es lo que simboliza el rasgar el velo. Hermanos, no necesitamos ningún otro mediador, sean ángeles, santos, o a María para acercarnos a Dios. Ya Cristo nos dio libre acceso. Todos los que vienen a Jesús por la fe tienen acceso directo ante la misma presencia de Dios. Él está cerca a los que le invocan. ¡Qué privilegio tan grande! No meramente le oramos y sabemos que El escucha nuestra oración, sino que oramos delante de su presencia. Le adoramos delante de su presencia. No necesitamos ningún otro intermediario sino a Jesús. Por medio de Jesús entramos a puertas anchas ante el trono de Dios.   

            En segundo lugar, a su familia. Con su muerte Jesús compró para nosotros la adopción de hijos. Dios no solo nos recibe ante su presencia, sino también os adopta en su misma familia. Nosotros que éramos sus enemigos ahora somos sus hijos por la fe en Jesús. No solo tenemos franca entrada al trono de Dios sino al mismo seno de Dios. A sentarnos con Él como un hijo se sienta a la mesa de su Padre.  

            Y en tercer lugar, a la vida eterna. No solo tenemos acceso ante la presencia de Dios, hemos sido adoptados como hijos por el Hijo, también tenemos derechos de morar con El por toda la eternidad. Allí en los cielos donde mora la justicia, donde la santidad brilla en su pureza sinigual, donde la paz, el amor reinan. Y en donde no habrá más llanto ni dolor, ni preocupaciones, ni la lucha contra el pecado, ni la lucha contra la falta de Dios. Allí Dios será todo en todo. Jesús logró esto con su muerte.

 

Aplicaciones:

1. No hay más sacrificio por el pecado. Yo no tengo que ofrecer sacrificios. Yo no tengo que ofrecer sacrificios de buenas obras, ni sacrificios de obediencia, ni sacrificios de oraciones, ni de votos. Cristo ya ofreció el sacrificio perfecto que da libre acceso al Padre de todos los que creen en El. Solo por la fe en Cristo como Profeta, Sacerdote y Rey me hace partícipe del sacrifico perfecto que me da acceso a Dios y la vida eterna. No busques hacer sacrificios para satisfacer por tus pecados. Cree en Jesús. Cree en su perfecto sacrificio. Y descansa en El. Ven a Cristo.

2. Todo creyente tiene libre acceso directo ante Dios. Disfruta tal privilegio. Agárrate por la fe de ese privilegio. Camina con la libertad de los hijos de Dios. Somos libre en Cristo para acercarnos a Dios con plena confianza. Disfruta de la libertad con la cual Cristo nos ha hecho libre. Disfruta de ser hijo de Dios. Alégrate de tan gran privilegio. Mantente fiel a quien te llamó.

            Hermanos, el pecado nos aleja de Dios por el hecho de que Dios es santo. Pero Jesús, con su muerte nos abrió el camino a Dios. ¡Cuán privilegiados somos! ¿No es así?

Sermón: Mateo 21:1-11 La Entrada Triunfal

Mateo 21:1-11 “Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga. Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste? Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.”

 

            Saddam Hussein fue el quinto Presidente de Iraq. Y como tenía muchos enemigos él tenía varios dobles. Cuando fue capturado en la guerra de Iraq y le preguntan quién era él, su respuesta fue Yo soy Saddam Hussein, el Presidente de Iraq. Pero por causa de los dobles era necesario cerciorarse de que en realidad era Saddam Hussein. Le tomaron las huellas digitales, le sacaron sangre, incluso lo afeitaron para corroborar su rostro. Era importante certificar su identidad.

            Eso es lo que Jesús hace en la Entrada Triunfal. Jesús con este acto certifica su identidad. ¿Quién es Jesús? Jesús es el Rey. Pero este Rey es un rey distinto a los reyes de este mundo. Posee unas cualidades que lo llevan a distinguirse y diferenciarse de todos los demás. Y que nos llevan, por tanto, a poner toda nuestra fe y salvación exclusivamente en El. ¿Cuáles son estas cualidades que lo hacen distinto a los demás? Jesús es distinto porque…

I.  Él es Dios

            V. 1-2 “Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos.” Jesús sabía de ante mano que habría una asna atada y un pollino en el lugar específico que Él les dijo que estarían. No era una conjetura. Era conocimiento cierto del futuro. Y su conocimiento del futuro prueba que Jesús era divino, porque solo Dios, solo El conoce el futuro.

            Pero alguien diría que si eso fuera así ellos también serían divinos. Porque ellos saben que a las 5:30 pm su esposa tiene su carro estacionado en la marquesina de su casa. ¿Cómo lo saben? Porque ella hace lo mismo todos los días. Pero eso no es cierto. El que ella lo haga todos los días no es garantía que ella lo hará tal día en específico. Pudo ella haber chocado y así evitado que el carro estuviera allí a esa hora. Pudo ese día haberle dado pon a una amiga y haberse desviado y llegar a otra hora. Nadie tiene una garantía que ella o él estará a tal hora en tal lugar porque así lo haya hecho por muchos años. Pero Jesús sabía de ante mano que esos animales habrían de estar allí porque El los necesitaba. De lo contrario su mensaje no se daría.

            Jesús conoce el futuro porque Él es Dios. Y esto lo hace distinto a todos los demás reyes de la tierra. Ninguno de ellos es divino. Solo el Rey Jesús lo es.

            Jesús es distinto porque…

II. Él es el Dueño de todo

            V. 3 “Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará.” Los discípulos son enviados a desatar, sin preguntar, una asna y su pollino. Vayan y tráiganlos. “Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita”, pero una traducción literal sería: “El Señor de ellos los necesita”. El Señor de los animales los necesita. Jesús es en última instancia el dueño de todo lo que existe. Los animales “tenían” un dueño inmediato, pero sobre ese dueño Jesús se para como el Dueño absoluto de todo.

            En última instancia nada es nuestro. Lo único que somos es mayordomos de los bienes de Dios. No nos debemos olvidar de eso. No debemos actuar como si nosotros fuéramos los dueños de las cosas. No somos dueños de nuestra vida, por eso no podemos disponer de ella como queramos. No somos dueños de nuestros cuerpos para hacer de ellos lo que nos plazca. Ni somos dueños de nuestra boca para hablar sin pensar, o para ofender. Ni somos dueños de nuestro dinero para disponer de él sin tomar en consideración a los necesitados, o a la iglesia.

            Jesús es Dueño de todo por derecho propio porque como dice Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Y Colosenses 1:16 “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” ¿Es Jesús tu Dueño? ¿Vives como uno que reconoce que todo lo que tienes es de Jesús: sea mi esposa, mis hijos, mi casa, mi dinero, mi tiempo, mis habilidades y destrezas, mis juegos?

            No hay rey en la tierra que sea dueño de todo excepto Jesús. Eso lo hace distinto de todos.

            Jesús es distinto porque…

III. El espera obediencia por quién es en Sí mismo

            V. 6 “Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó;”.  Los discípulos obedecieron con prontitud lo que les ordenó Jesús. El esperaba obediencia y recibió obediencia. Pero alguien diría, “pero yo soy padre y también espero obediencia de mis hijos. Eso no prueba nada acerca de Jesús.” Eso es cierto, pero si tomamos la totalidad de la narración bíblica vemos que la cosa es distinta. Los discípulos rinden obediencia a Jesús por el hecho de quién es El en sí mismo. Los padres deben esperar obediencia de sus hijos no por sí mismos sino porque Dios les dio el título y privilegio de ser padres. Nadie tiene autoridad sobre ningún ser humano excepto por permiso de Dios. Porque el único que tiene derecho y autoridad sobre los hombres es Dios.

            Todos procreamos por necesidad. Pero Dios crea, no por necesidad, sino de la abundancia de su bondad.

            Esa obediencia de los discípulos pone a Jesús sobre todos los demás reyes y personas en autoridad en el mundo. Los reyes del mundo reciben obediencia por causa de su oficio y por delegación de Dios. Jesús recibe obediencia por quién es El en Sí mismo: Él es Señor. Él es Dios sobre todas las cosas: Dios bendito por toda la eternidad.

            ¿Obedecemos los mandamientos de Jesús con prontitud? ¿Le damos obediencia por quién es Él? ¿O pensamos que ser cristianos es portarse bien? ¿Qué te motiva a obedecer y vivir como cristiano?

            Jesús es distinto porque…

IV. El recibe adoración

            V. 8-9 “Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” Toda la ocasión nos recuerda las celebraciones que se hacían para recibir y honrar a un nuevo rey. Por ejemplo, 2 Reyes 9:12b-13 “Así ha dicho Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Entonces cada uno tomó apresuradamente su manto, y lo puso debajo de Jehú en un trono alto, y tocaron corneta, y dijeron: Jehú es rey.” Pero aquí hay algo distinto. ¿Qué es? La multitud rinde adoración a Jesús. ¿Cómo lo sabemos? Por las palabras de adoración: “¡Hosanna al Hijo de David!” esta alabanza es una cita del Salmo 118:25-26 “Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; Te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora. Bendito el que viene en el nombre de Jehová; Desde la casa de Jehová os bendecimos." La oración: “Oh Jehová, sálvanos”, es una sola palabra: Hosanna. En otras palabras, la multitud adora a Jesús al decirle: Jehová, sálvanos. Claro está, para la época de Jesús la palabra Hosanna había adquirido una nueva connotación de mera alabanza. Es a Jesús quien dirigen la alabanza. “¡Hosanna al Hijo de David!

            Jesús es alabado por la multitud al reconocer a Jesús como el Mesías quien posee sangre real. Él es llamado Hijo de David. Por tanto, heredero del trono de David como Rey. Lucas 19:38 así lo reconoce directamente: “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!” Jesús es Rey. Y digno de adoración.

            Ningún rey es digno de adoración. Serán dignos de respeto y deferencia por su oficio, pero jamás dignos de adoración. Esto hace a Jesús distinto a todos los demás. ¿Adoras a Jesús? ¿Le adoras con todo tu ser? ¿Haces las cosas con miras a adorar a Jesús?

            Jesús es distinto porque…

 

 

V. Su carácter es puro

            V. 4-5 “Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga.” El apóstol Juan nos dice que Jesús había llegado a Betania una semana antes de la pascua. Jesús llegó un viernes. Y esperó hasta el domingo para realizar la famosa Entrada Triunfal.  El escoge entrar a Jerusalén montado, no en un caballo, señal de poder militar, sino en un pollino, en un burro. Y esto en cumplimiento de la profecía de Zacarías 9:9. ¿Por qué lo hizo así? Porque Él deseaba mandar un mensaje: yo soy Rey, pero no un rey como los reyes de este mundo. Mi reino no es de este mundo. Mi reino es distinto a los reinos del mundo porque yo soy distinto a los reyes de este mundo. ¿Cuán distintos? Él es manso y humilde. Él es Rey y por tanto Dueño de todo. Él es Dios y por tanto merece obediencia y adoración. Pero Él es un Rey manso y humilde. Eso lo hace distinto a todos los reyes del mundo. Lo hace distinto a todos los “mesías” del mundo.

            Pero, ¿acaso Mahatma Gandhi no fue “manso y humilde” como lo fue Jesús? ¿No es Gandhi el “padre” de la desobediencia civil pacífica? ¿No fue Gandhi un hombre que vivió en la pobreza, que ayunó hasta casi el punto de la muerte? ¿No habla eso de la increíble humildad de Gandhi? ¿Y qué es esto distinto de Jesús?

            Jesús es distinto por el carácter de su persona. Jesús fue sin pecado no así Gandhi. Gandhi practicaba los ayunos para purificarse a sí mismo. Pero Jesús es puro en Sí mismo.

            Jesús es distinto por el propósito de sus actos. Gandhi buscaba dar libertad política y económica al pueblo de la India. Jesús vino a dar su vida para salvar al mundo de su pecado y de la destrucción eterna en el infierno.

            Jesús es distinto por el poder de su obra. La obra de Jesús es una obra que trasciende los tiempos, trasciende las razas y los pueblos y alcanza dimensiones universales. Su obra de salvación se aplica a los santos de todas las eras del mundo desde la misma fundación del mundo. Adán y Eva se salvaron por el poder de la muerte y resurrección de Cristo. Y todos los creyentes de todas las eras pasadas y las futuras se salvan por la virtud infinita la muerte y resurrección de Cristo. Todo esto y mucho más hacen a Jesús distinto y único en este mundo.

            Además, mira la mansedumbre y humildad de Jesús. 1 Pedro 2:21-23 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;”. ¡Cuán distinto es el cristianismo al pensamiento del mundo que nos invita a la venganza, que rechaza la humildad como debilidad! ¡Cuán distinto es el cristianismo al islamismo! El islamismo siempre se ha caracterizado por ser una religión violenta. Mahoma tuvo un ejército, literalmente. Jesús jamás. Él es manso y humilde.

            Y por el hecho de que Jesús es el Salvador de su pueblo, El llama a su pueblo a ser mansos y humildes como Él es. Mateo 11:28-30 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. He ahí la clave para vivir como mansos y humildes: aprender de Jesús. Pon tu mirada en Jesús. Mira cómo vivió, cómo habló, cómo reaccionó ante los insultos. Mira a Jesús y serás manso y humilde. Al mirar a Jesús en fe, Dios Espíritu Santo impartirá esas gracias sobre nuestras vidas. Yo creo que la poca mansedumbre y humildad entre el pueblo de Dios hoy día, se debe a que no miramos a Jesús, no aprendemos de Él. ¿Es Jesús el estudio de tu vida? ¿Es Jesús el ejemplo a seguir?

            Hermanos, Jesús es Rey, pero es un rey distinto a cualquier rey en el mundo. Él es distinto a todos los demás, por eso, Jesús es el único Salvador de la humanidad. Solo Él es Dios, es Dueño de todo, merece obediencia por quién es en Sí mismo, merece adoración y es puro en su Ser. ¿Es ese Jesús a quien tú amas? ¿Es Jesús tu Rey y Salvador?

Sermón: Los atributos de Dios, el poder de Dios

Jeremías 32:17 “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;”

 

            El verso bíblico que tenemos delante de nosotros nos habla acerca del poder de Dios. Es una oración la que tenemos aquí de parte de Jeremías. Cuando el profeta hace esta oración Dios le había revelado que el pueblo de Dios iba a sufrir un exilio. Dios le ordena al profeta que comprara un campo, una heredad. El iba a comprar un campo en Jerusalén antes de la destrucción de la misma y la llegada del exilio. ¿Por qué Dios le ordenó al profeta que comprara un campo? Con este acto de comprar un campo, Dios le decía que, aunque el pueblo iba a sufrir un exilio por parte de los babilonios, llegaría un día en el cual Dios restauraría al pueblo de Israel del exilio. La compra de este campo es la certeza de que Dios, al final, restaurará a su pueblo. Dios es Dios. Es decir, Dios es un Dios justo. El es juez justo que castiga la maldad. Pero también El es un Dios misericordioso. Un Dios dispuesto a perdonar a todo aquel que con arrepentimiento viene a El.

            Jeremías comienza esta oración, de la cual sólo hemos leído una parte, invocando a Dios como Señor. La palabra en el hebreo es Adonai, la cual se traduce como Señor. La idea de este título es la de enfatizar el Señorío de Dios. Tu oh Dios eres Señor de todo. Todo te pertenece por derecho. Dios tiene poder sobre todas las cosas. Es decir, El tiene autoridad sobre todo lo que existe porque todo le pertenece. El es Adonai de todo, es decir, El es Dueño y Señor de todo. Así que cuando hablamos del poder de Dios, la Biblia a veces lo usa para enseñarnos acerca de su autoridad. Su autoridad o poder sobre sus criaturas es absoluto. El tiene Señorío sobre nosotros. Y porque El es Adonai, es Señor, y tiene poder y autoridad sobre todo, Él no tiene que dar cuenta a nadie de lo que hace. Nadie tiene el derecho de cuestionar a Dios el por qué El hace lo que hace. A veces no entendemos lo que El hace. ¿Por qué Dios permite que una niña de tres años de edad muera a manos de su padrastro? ¿Por qué Dios permite que niños vengan al mundo a sufrir de hambre y luego morir? Muchos de nosotros nos hacemos estás preguntas y muchas más. ¿De verdad Dios existe? Y si El es todo poderoso por qué permite tanto mal en el mundo. Y si Dios ama a su pueblo como es posible que El determinara que su pueblo sufra el ataque de sus enemigos y el ser llevados cautivos.

            A lo cual Jeremías en su oración nos enseña a pensar correctamente. Tú, oh Dios, eres soberano. Tú sólo eres Adonai. Y por tanto tienes el derecho y el poder de hacer tu santa voluntad. De hacer cualquier cosa que te plazca. Y esto es suficiente para que callemos ante Dios y le adoremos. Job nos enseña esto mismo. Nadie puede pelear contra Dios y vencer. El hace lo que le plazca. Job. 9:12 “He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: ¿Qué haces?” Job reconoce que Dios es soberano y sabio. El tiene el derecho de hacer lo que le plazca y nadie tiene el derecho de pelear contra El. Aún el justo y El inocente no pueden reclamarle a Dios. ¿Por qué? Job. 9:3 “Si quisiere contender con él, No le podrá responder a una cosa entre mil.” ¿Hay alguien en este mundo completamente justo? No. No hay hombre que no peque. Y por tanto nadie tiene el derecho de cuestionar a Dios. Dios hace lo que le plazca y qué bueno que sea así. Para nosotros los cristianos el que Dios haga lo que le plazca debe movernos, no a asustarnos, sino a alegrarnos. ¿Por qué?  Porque sabemos que todo lo que Dios hace es bueno. El jamás se equivoca. Todo lo que hace es excelente. Todo lo que hace es perfecto. Y qué deseamos Oh Dios tú que eres perfecto y no hay maldad en ti haz lo que te plazca porque sabemos que es lo mejor. Sigue haciéndolo. Y qué bueno que lo haces. Nosotros muchas veces no sabemos lo que hacemos y esperamos haber hecho lo mejor. Pero no tú Dios. Tú nunca te equivocas. Sigue haciendo tu voluntad que nosotros confiamos incondicionalmente en ti. Debemos tener más respeto a Dios. Debemos reconocerlo por lo que El es, un Dios soberano. Daniel 4:35 “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” Así lo expresó el rey Nabucodonosor. Pero alguien dirá ese es el Dios del AT. Para quien piense así mira las palabras de Jesús acerca de sí mismo. En Mateo 20:15a “¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío?” Jesús reconoce y declara que El es Adonai. El es Señor. Y tiene el poder y la autoridad de hacer lo que bien le plazca con lo suyo. En el contexto de Mateo Jesús habla acerca de hacer que los primeros que entren al reino de los cielos recibirán la misma herencia que los últimos que entran al reino. Los primeros creyentes no son más salvos ni más amados por Dios que los últimos creyentes. Todos ellos, los primeros y los últimos reciben la misma salvación. ¿Por qué? Porque Jesús es soberano. El hace lo que quiera con lo suyo.

            Entonces, cuando Jeremías comienza a orar él comienza adorando a Dios. Y así deben comenzar todas nuestras oraciones. Antes de traer delante de Dios tus peticiones, tus sufrimientos, tus necesidades, adora al Rey de los siglos. Reconócelo como Señor de la historia. Como el Señor que dirige este mundo y tu vida. Como aquel que tiene el derecho de juzgar y castigar el pecado. Y hacer y deshacer reinos. El es Adonai.

            Luego, Jeremías reconoce que este Señor es Jehová. El es el Dios eterno. El Dios inmutable. El Dios que no miente. Que cumple sus promesas. El Dios que para sus hijos no es un Dios de lejos sino de cerca. No es un ser extraño sino su Padre celestial. El Dios en quien estamos unidos. El Dios del pacto. Jeremías además reconoce que Dios es omnipotente. El es el creador de los cielos y de la tierra. Y por tanto su poder es infinito. “¡He aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido! Y nada hay difícil para ti.  Jeremías le atribuye a Dios poder sin límite.

Doctrina: Dios es un ser absoluto poder.

I. ¿En qué consiste el poder de Dios?

II. ¿Qué cosas Dios no puede hacer?

III. Aplicaciones prácticas

Veamos:

I. ¿En qué consiste el poder de Dios?

            Por el poder de Dios debemos entender su omnipotencia. Dios puede hacer cualquier cosa que desee. Dios es infinito. Y por tanto su poder no puede incrementar ni disminuir. Es decir, Dios puede hacer cualquier cosa que El desee en la forma en la cual El desee. Las Escrituras le atribuyen a Dios poder sin límite. Veamos.

            En Génesis 18:14 “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” Y la respuesta es NO. No hay nada difícil para Dios. Para El hacer cualquier cosa es algo extremadamente fácil. Salmo 115:3 “Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.” Apocalipsis 19:6 “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” Y podríamos seguir multiplicando pasajes tras pasaje en los cuales se dice de forma positiva o de forma negativa que Dios es omnipotente.

            Hermanos, cuan importante es esto. La doctrina de la omnipotencia de Dios nos enseña que el Cristianismo es una religión sobrenatural. Hablar de milagros es parte esencial del Cristianismo. Un Cristianismo en el cual el poder de sanar enfermos, de resucitar muertos, de convertir agua en vino, de caminar sobre las aguas no es posible, no es el Cristianismo bíblico. Algunos nos preguntarán cómo es posible que un mero hombre camine por las aguas. A lo cual les debemos responder un mero hombre no puede hacerlo. Pero Dios sí puede porque El es omnipotente. No es cosa difícil que Dios camine por las aguas. Creer que Dios puede resucitar a los muertos es algo totalmente racional. Creer que un mero hombre puede convertir el agua en vino es ser irracional. Porque el hombre no es omnipotente. El Cristianismo es consistente al postular que Cristo ofreció un sacrificio de valor infinito, que El resucitó de los muertos, que El subió a los cielos y vendrá por segunda vez y todo ojo lo verá, porque nada es imposible para Dios. Para ti y para mí hay cosas imposibles no así para Dios.

            ¿Cómo es el poder de Dios?

1. Su poder es irresistible. Cuando Dios dijo hágase la luz, esta no podía resistir al poder de la voz de Dios. Por eso nos dice la Biblia y fue la luz. Cuando Jesús llamó a Lázaro a salir de la tumba Lázaro no podía resistir. Cuando Jesús con su voz gritó a la tormenta: calla enmudece, ella no podía hacer otra cosa que callar y enmudecer. Porque Jesús es Dios y su poder es irresistible.

2. Su poder no necesita medios. Dios puede hacer su voluntad con medios, sobre los medios, contra los medios o sin medios. Cuando decimos esto lo que queremos decir es que Dios tiene la más perfecta libertad para hacer cualquier cosa. Nosotros necesitamos de materiales para poder hacer las cosas. Dios puede crear de la nada sin utilizar materiales. El puede usar de los medios como utilizó el agua para hacer vino. Puede ir en contra de los medios cuando hizo que un muerto resucitara. O puede no utilizar ninguna como cuando creó. Romanos 4:17 “[Dios] llama las cosas que no son, como si fuesen.”

II. ¿Qué cosas Dios no puede hacer?

            Cuando hablamos de la omnipotencia de Dios nosotros no queremos decir que Dios puede hacerlo todo. El no puede hacer nada que sea contrario a su ser y nada que sea contrario a su naturaleza santa. El no puede mentir, Tito 1:2 “Dios… no miente”; El no puede romper sus promesas, 2 Corintios. 1:20 “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén,”; el no puede negarse así mismo, 2 Timoteo 2:13 “Él no puede negarse a sí mismo”; ni puede cambiar, Números 23:19 “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”.

            Además, Dios no puede hacer lo irracional o lo que se contradice así mismo. Esto es importante. Me imagino que te has encontrado con gente burlona acerca de Dios. Ellos les gusta atacar el cristianismo. Sobre todo, en las universidades. Algunas personas que no saben lo que dicen y se creen muy inteligentes procurarán confundirte y confundir a tus hijos o familiares acerca de Dios. Y algunas de sus burlas lo es en contra el poder de Dios. Y nos dicen que, si Dios todo lo puede, entonces ¿puede hacer un círculo cuadrado? ¿Puede Dios hacer una piedra tan y tan grande que El mismo no la pueda cargar? ¿Puede Dios hacer que dos más dos sean cinco? Hermanos, me tomo el tiempo en esto porque necesitamos estar preparados para responder a tales ataques. Y la respuesta es que Dios no hace cosas irracionales. Dios no hace cosas contradictorias. ¿Por qué? Porque Dios es absoluta razón. Su mente es perfecta y una mente perfecta no acepta como correcto lo irracional, lo que se contradice. Cuando decimos que Dios es omnipotente no queremos decir que Dios lo puede hacer todo. Sino que todo lo que Dios quiere hacer El lo puede hacer con suma facilidad. Dios puede hacer y hace toda su santa voluntad y nadie puede detener su mano y cuestionarle lo que hace.

            No solamente eso. Dios tiene el poder de hacer aún lo que El no quiere hacer. Repito: Dios tiene el poder de hacer aún lo que El no quiere hacer. Y la única razón del por qué Dios no hace algunas cosas, es que El, por razones soberanas, no ha querido hacerlas. Dios tiene autoridad y control sobre su propio poder. Pero cualquier cosa que El quiera hacer El tiene el poder absoluto para hacerlo. Nada es difícil para El. Dios tiene el poder de eliminar el pecado y el sufrimiento del mundo si El quisiera. Dios tiene el poder de salvar a todos los seres humanos y llevarlos a todos a los cielos, pero El no lo hace. Por sabias y santas razones El determinó desde antes de la fundación del mundo, que El no quiere hacerlo.

III. Aplicaciones prácticas.

1. Rechazamos el arminianismo. Si Dios no puede cumplir su voluntad El no es Dios. Si alguien o algo pueden detener o frustrar su propósito entonces Dios no es digno de respeto. Si la criatura puede determinar los planes de Dios, entonces, Dios no es Dios. Es por eso que decimos sin equivocarnos que todas las doctrinas que presenten a un Dios débil, incapaz de hacer algo a menos que se le dé permiso llevan al ateísmo. Es por eso que no podemos aceptar el arminianismo. Esa doctrina que predomina en casi todas las iglesias de Puerto Rico es una doctrina que deshonra a Dios. Niega que Dios sea soberano. O limita la soberanía a los animales o las cosas inanimadas. Si cae un rayo sobre una palma Dios lo envió. Pero si cae sobre una persona fue casualidad. O dicen Dios no puede entrar a mi corazón a menos que yo le dé permiso. Dios puede hacer muchas cosas, pero no puede convertirme. Cristo es un caballero y El no puede entrar a la casa de mi corazón sin que yo se lo permita. ¿Qué clase de Dios es ese? Tal dios nos es digno se ser amado, temido, adorado y servido. Tal dios es un dios que da lástima. Hermanos, Dios es soberano. El es omnipotente. Nada ni nadie puede detener su mano. No hay corazón humano que le resista. No hay voluntad humana que le pueda frenar. Todos los corazones, todas las voluntades están bajo su control y El hace lo que le plazca en el ejército de los cielos y en la tierra. Por eso dice Proverbios 21:1 “Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina.” Mira además Proverbios 16:1 “Del hombre son las disposiciones del corazón; Mas de Jehová es la respuesta de la lengua.”

2. Para los no cristianos. Teme a Dios. Porque el Dios omnipotente está en contra tuya. Tú no puedes vencer contra Dios. ¡Qué locura echarse al Dios omnipotente de enemigo! No hay lugar en el mundo en que te puedas esconder de Dios. Nada ni nadie te puede proteger de este Dios airado contigo. Dios está airado contra el impío todos los días. Y El busca hacer justicia. El busca castigar a los malvados por amor a su nombre. Hebreos 10:31 “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” ¡Qué horror, que terrible, es la ira vengativa de Dios!

3. Para los cristianos. No te olvides de la omnipotencia de Dios. Y consuélate en El. Si Dios es contigo quién es contra ti. Romanos 8:37 “Antes, en todas estas cosas [tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada] somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” En toda necesidad Dios tiene el poder de hacer más de lo que pedimos. Aunque no haya medios disponibles Dios puede hacer las cosas sin medios o contra los medios, El es omnipotente. Ten siempre presente esta verdad que Abraham nos enseña en Génesis 22:14 “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.” Hay algo difícil para Dios. No la hay. Pero nosotros debemos aprender a esperar en Dios. Aunque no veas solución a tus problemas El puede darte los deseos de tu corazón con una sola palabra. Refúgiate en el Señor.

 

 

Sermón: Romanos 16:27 Los Atributos de Dios: Perfecto en Sabiduría (6 de 10)

Romanos 16:27 “al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.”

 

            La semana pasada estuve con Irma en la playa de Jobos, cerca de las cabañas de Hau. El día estaba precioso: claro, fresco, ventoso. Y el agua tenía un color bello: era un azul verdoso. Verdaderamente espectacular. Merecía un momento Kodak.  Parecía de postales.

            Y hace poco estuvimos en Orocovis, en el miradero. La vista era espectacular. Valía la pena estar allí y venir desde Isabela para contemplar las cosas hermosas que hay en Puerto Rico. Podíamos habernos quedado horas contemplando la hermosura de la creación.

            Verdaderamente podemos decir con el salmista en el Salmo 104:24 “¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios.” Todo lo que Dios ha hecho lo ha hecho con sabiduría. ¿Por qué? Porque Dios es sabio. Más aún, Él es el único sabio Dios. Romanos nos dice que por el hecho de que Dios es el único sabio Dios El merece ser adorado. Entonces, su sabiduría nos debe llevar a admirarlo, buscar de Él la sabiduría que necesitamos y confiar plenamente en todo lo que Él hace en el mundo y en nuestras vidas. 

            Ahora bien, ¿qué significa que Dios es sabio? ¿Y que todo lo que Él hace en el mundo es hecho con sabiduría? Significa que…

I. Dios siempre escoge los mejores fines posibles

            Todo lo que Dios ha planificado tiene un fin que no puede ser mejorado. Todo lo que Dios se propone hacer es lo mejor que debe ser hecho. El no actúa alocadamente. Él tiene un fin claro, definido y que es el mejor fin entre otros fines. Su propósito al hacer las cosas en el mundo y en nuestras vidas es perfecto, porque son hechas en sabiduría. Él es el único sabio Dios.

            El fin último por el cual El hace todas las cosas es su propia gloria. Mejor fin no puede haber. Así como el fin principal de todo ser humano es el de glorificar a Dios. El fin último de Dios al hacer todas las cosas es buscar su propia gloria.

            Pero aparte de ese fin último, Dios tiene otros fines secundarios. Aun estos fines secundarios, subordinados al fin supremo, son los mejores fines que pueden existir. Mira el ejemplo de Job. El fin último en todo lo que le sucedió a Job lo fue la gloria de Dios. Pero, hay otros fines secundarios. Dios buscó probar la fe de Job. ¿Con qué fin? Con el fin de que descubriera cuán frágil es él, con el fin de fortalecer su fe, confirmarlo, entre otros fines o propósitos. Dios no saca nada de la manga. El no improvisa. ¿Por qué? Porque Él es sabio e infinito en su entendimiento. Salmo 147:5 “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito.” Él sabe lo que hace.

            Porque su entendimiento es infinito El conoce todas las cosas. El conoce todas las cosas que son posibles en la vida. Por lo infinito de su entendimiento El conoce todas las posibilidades. Pero Él también sabe todas las cosas que son y las que serán. El futuro es desconocido para nosotros, pero no para Él. Dios conoce el futuro porque Él lo ha decretado. Él lo ha planificado. Por tanto, el fin último y los fines secundarios son los mejores que pudo haber escogido. Y yo te pregunto: crees esto. ¿Crees que todo lo que Dios ha planificado en el mundo y en tu vida ha sido planificado sabiamente por Dios? Nada de lo que sucede en tu vida está fuera el propósito de Dios. Absolutamente todo está bajo el propósito de Aquel que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, incluso el permitir nuestros pecados. No para justificarlos sino misteriosamente para su gloria.

            ¿Qué significa que Dios es sabio? Significa que…

II. Dios siempre escoge los mejores medios para lograr sus fines

            Dios no solo escoge los mejores fines que puedan existir sino también escoge los mejores medios posibles para alcanzar sus propósitos. Todo es hecho de una manera armoniosa. Dios es el único sabio en el mundo. 

            Por ejemplo, Dios determinó que el mejor medio para probar a Job lo era por medio de Satanás. Impresionante. Para nosotros parece increíble. Para nosotros eso es incomprensible que Dios utilice incluso a Satanás para llevar a cabo su propósito sin que Dios se contamine con el uso de ese terrible instrumento que es Satanás. Hermanos, Dios es sabio en lo que hace y en cómo lo hace. Para nosotros es incomprensible, pero no para Dios. ¿Por qué? Porque sus pensamientos son superiores a los nuestros. Dice Isaías 55:8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”

            Hermanos, en nuestra vida hay muchas cosas que no podemos entender. Es normal que sea así. Ninguno de nosotros es Dios para comprenderlo todo exhaustivamente. Solo Dios posee tal conocimiento. Pero tenemos que entender que Dios es sabio en todo lo que Él hace y permite que suceda en nuestra vida y en lo que hace en el mundo.

            Ayer estaba leyendo que el actor español Antonio Bandera había sufrido un ataque al corazón el 26 de enero de este año. Él tiene 56 años. Pero esto que parece terrible y lo es le sirvió a él de lección. Dijo él: “he venido castigando mi cuerpo por 37 años porque soy un adicto al trabajo”. Su cuerpo le pagó la factura. Su cuerpo le estaba diciendo esa no es la mejor manera de tratarme y este es el resultado. Ahora aprendió a cuidarse como debía. Tuvo que pasar una experiencia así para que recapacitara. Para que pusiera su vida en orden.

            En la vida de nosotros Dios hace eso y mucho más. Sabes porqué, porque el fin de lo que Dios hace en nuestra vida y en el mundo es el mejor fin posible. Y los medios, la manera en que Dios hace lo que hace es revestido de sabiduría. Por tanto, por qué dudar lo que Dios hace. Él sabe lo que hace. Él sabe el por qué lo hace de esa manera.  Y en esto no debemos dudar.

            A Dios no tenemos que darle el beneficio de la duda. Todo lo que Dios hace es fundado en sabiduría. Ese es el testimonio de toda la Biblia.

            Job 9:4 “Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?”.

            Job 12:13 “Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia.”

            Salmo 19:7 “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.”

            Apocalipsis 7:12 “La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

            En la creación, en la providencia y gobierno del mundo y en nuestra salvación Dios revela su sabiduría. Por tanto, Dios merece toda gloria. Como dice Pablo en Romanos 11:33-36 “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”

 

Aplicación:

1. Proverbios 3:5-8 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.” Que es lo que dice Proverbios. Nos dice cuatro cosas:

            1. Cree.  Confía plenamente en Dios, de todo corazón, no parcialmente, ríndete completamente a Él. No descanses en tu aparente sabiduría. No te creas sabio, reconoce tu debilidad y el hecho de que por naturaleza no somos sabios. Aprende a desconfiar en ti.

            2. Ora. Pon todos tus planes delante de Él. Antes de cada plan lleva a Dios en oración. Pregúntate si lo que haces está basado en la voluntad de Dios. Porque si no lo está, no disfrutarás de la bendición de Dios.

            3. Agradece. Confía que en lo que no sabes que deparará del futuro has puesto tus planes en sus manos y El pondrá en orden todas las cosas.

            4. Humilde sumisión. Teme a Dios, busca agradarle en todo lo que haces, vive para Dios y conságrate a Él, apártate del mal.

            5. Cosecha. Y si haces esto recuérdate que si así vives esto te dará aliento para seguir adelante y sanará los males en tu vida. Esa es la verdadera terapia que necesitamos. La salud mental depende de una vida en obediencia a los mandamientos de Dios.

            Quiera Dios que nosotros creamos y descansemos en el hecho de que Dios es sabio en este universo y admiremos su sabiduría, la busquemos de Él y adoremos al único sabio Dios con un corazón que confía plenamente en El para siempre.

Sermón: Los atributos de Dios, la santidad de Dios (5 de 10)

Isaías 6:1-5 “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.”

 

            Tenemos delante de nosotros la visión de la presencia de Dios que tuvo el profeta Isaías.

            El profeta Isaías vivió en Jerusalén en el siglo 8 a. de C. El es llamado el “profeta evangélico” porque en su libro habla mucho acerca de la venida del Mesías, del nacimiento del Mesías de una virgen, de su sabiduría, de su reino glorioso y de su muerte violenta.

            En este capítulo tenemos a Isaías diciendo que él tuvo una visión de Dios en el año en que murió el rey Uzías. Este rey murió para el año 740 a.C. Este Uzías era el rey leproso. Lo interesante de este hombre y su lepra es el por qué Uzías padecía de lepra. Esa lepra fue el castigo de Dios por su pecado. Uzías comienza a reinar en Judea cuando tenía 16 años. Y él era un joven temeroso de Dios. El fue un rey que obedecía a la voz de Dios. El fue un rey que trajo mucho bien a las tribus del sur. Y Dios lo prosperó mucho. Recibió de parte de Dios mucha bendición. Pero lamentablemente como muchas veces pasa el rey en vez de mantenerse humilde y agradecido de las bendiciones de Dios se llenó de orgullo. Creía que él era lo más grande. Y como él era el rey creía que tenía derecho a hacer cualquier cosa que quisiera. Y quiso hacer las funciones de sacerdote. El quería ofrecer el incienso a Dios que les correspondía solamente a los sacerdotes. Y cuando él trató de hacerlo los sacerdotes se le cuadraron delante. Y le dijeron que él no tenía tal derecho. Y aún así él quería hacerlo y fue así que Dios le castigo con lepra. Y de esa lepra él muere. ¿Por qué Dios castigo al rey Uzías con lepra? La respuesta es sencilla porque Dios es santo. Dios aborrece el pecado. Y Dios se separa de toda maldad.

            Y fue en ese año, en que murió el rey Uzías, que Isaías “vio al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.”  El vio una teofanía o una manifestación visible de Dios. El vio al Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad, según Juan 12:38-4 “para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane. Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.” Jesús es el Señor sentado sobre un trono alto y sublime y sus faldas, o más bien la parte de abajo de la toga o manto de un juez, que llenaban el templo. Que la referencia lo es a la ropa de un juez en vez de un rey o de un rey actuando como juez, se basa en el hecho de que Dios envía a Isaías a traer juicio de endurecimiento al pueblo de Dios por su pecado.

            Y “por encima de él [Dios] había serafines [ángeles]; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban”. Estos serafines son ángeles de pie ante Dios en espera de sus órdenes, dispuestos a cumplir sus mandamientos a toda prisa, como todo hijo de Dios debe hacer, debe obedecer los mandamientos de Dios sin tardar. Y aunque tenían seis alas volaban con dos, se cubrían el rostro con dos alas y con las otras dos cubrían sus pies. No podían tolerar la gloria del Hijo de Dios. Tenían que cubrir sus caras por el increíble resplandor de su gloria. Pero además cubrían sus pies, lo cual puede significar su condición de criaturas o sus partes privadas como a veces así se utiliza en las Escrituras.

            “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.” Los ángeles daban voces diciendo que Jehová de los ejércitos de tres veces santo, y los encajes de las puertas del templo se estremecieron al clamor del ángel. Y tan pronto Isaías vio al Señor él se sintió morir y dice: “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.” Al ver la santidad de Dios y conociendo que era un pecador pensó que moriría. Y esto es verdaderamente importante para nosotros. Nos da una enseñanza impresionante. Cuando una persona ve realmente a Dios, no con los ojos de nuestras caras, sino a través del espejo de las Escrituras es inevitable que vea también su pecado. Se reconozca como pecador e indigno de estar delante de la presencia de Dios. Toda soberbia es destruida y un sentido de que Dios es lo más grande que existe y no ser nada delante de Dios es el resultado. Un hombre distinto sale de allí. Un hombre humilde, dependiente de Dios, un vaso dispuesto a ser usado por el Señor. Todo eso produce la santidad de Dios. Dios es santo. Es más, Dios es un Espíritu infinito, eterno e inmutable en su santidad. Pero, ¿Qué es la santidad de Dios? ¿En qué cosas Dios manifiesta su santidad? Y, ¿qué aplicaciones prácticas podemos extraer de esta doctrina? De eso trata el sermón de hoy. Veamos.

I. ¿Qué es la santidad de Dios?

            Cuando hablamos de la santidad de Dios hablamos de la perfección ética y moral de Dios. Y generalmente hablamos acerca de la pureza de Dios. Pero antes de hablar de eso es importante entender que la palabra santo en hebreo proviene de una palabra que significa cortar, separar. Por tanto, por la santidad de Dios debemos entender primeramente su separación de todo lo que existe. Dios es separado de todo. Dios es distinto de todo. Nada ni nadie es igual a Dios. El es único. Busquemos Isaías 40:25 “¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.Lo mismo dijo Moisés en Éxodo 15:11 “¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” En última instancia Dios no puede ser comparado con nada ni nadie. Dios no está a la par con nadie. La gente se cree que conoce a Dios. Pero si esa fe no descansa en la Palabra de Dios, en su auto-revelación jamás conocerán correctamente a Dios porque Dios es santo, Él es distinto a todo lo que existe.  

            Este atributo o esta perfección de su ser enfatiza la trascendencia de Dios. El es más allá de este mundo. Él es exaltado sobre todo lo que existe en infinita majestad.  Él es separado de todas sus criaturas. Esto lo podemos ver en el pasaje de Isaías. Lo impresionante de esta visión es el hecho de lo que hacen los ángeles. Los ángeles son seres sin pecado. No hay maldad en ellos. Y aún así tienen que cubrir sus rostros ante el resplandor de la santidad del Hijo de Dios. Para ellos, la santidad de Dios fue la separación, que la presencia del ser de Dios produce en las criaturas.

            La santidad de Dios es, en un sentido, su propio nombre. En su santidad Él es Dios. Habacuc 3:3 “Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de Parán. Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza.” No solo eso. El pasaje nos dice que su santidad es su gloria. La santidad de Dios es Dios mismo.

            La santidad de Dios es también su separación del pecado. Dios es éticamente santo. Dios es separado de todo mal moral. Y en virtud de eso Dios no tiene comunión con el pecado. En Habacuc 1:13 “Muy limpio eres de ojos para ver el mal”. Dios no ve el mal, es decir, El no lo aprueba, ni se deleita en el pecado. El no cree que el pecado sea una tontería. Dios no sólo detesta el pecado, El lo aborrece con todo su ser. Salmo 5:4-6 “Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti. 5 Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad. 6 Destruirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.” 1 Juan 1:5 “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas [maldad] en él.”

            La santidad de Dios es también su excelencia moral y perfección ética. E implica su absoluta pureza. Por tanto, Dios eternamente desea, busca y se consagra a Sí mismo como el único bien que existe. Dios no solo es el bien supremo sino el único bien.

II. ¿En qué cosas Dios manifiesta su santidad?

            Dios revela su santidad de diversas maneras. El revela su santidad en todas sus obras. Como, por ejemplo:

1. En la creación del hombre. En Eclesiastés 7:29 “Dios hizo al hombre recto”. Y Moisés nos dice que Dios creó al hombre en su imagen. Y Pablo nos dice que esa imagen consiste en conocimiento, justicia y santidad. Y es de ese estado de santidad que todos nosotros caímos.

2. En su Providencia, en el gobierno de este universo. Dios muestra su santidad en el castigo con el cual El visita a los pecadores. Thomas Boston: “Todos los terribles juicios los cuales El ha derramado sobre los pecadores surgen de la santidad de Dios y su odio al pecado. Todas las terribles tormentas, enfermedades, guerras, pestilencias, plagas, etc. son enviadas con el propósito de vindicar su santidad y odio al pecado”. El odio al pecado lo vemos cuando Dios decide no salvar a los ángeles que pecaron. No hay salvación para su pecado. Lo vemos también en condenar al infierno de fuego, para ser atormentados, perfectamente, de día y noche, por toda la eternidad, a los pecadores: a los que no creen en Cristo como su Señor y Salvador o no obedecen al evangelio.

            Su odio al pecado lo vemos cuando Dios visita a su propio pueblo con castigo disciplinario. Dios disciplina a sus propios hijos. Dios no tolera el pecado en sus hijos. A veces Dios castiga, en esta vida, más fuertemente, a sus hijos, que a los no creyentes. Mira las vidas de David, Salomón y Jonás. Mira a Moisés, incapaz de entrar a la Tierra Prometida por su pecado. El castigo de Dios sobre su propio pueblo demuestra que Dios odia el pecado como pecado y no porque fue hecho por los peores hombres.

3. En la obra de salvación hecha por Jesús. Aunque Jesús era el Hijo de Dios, El castigo a su Hijo por nuestros pecados. Jesús sufrió. El fue torturado, escupido, azotado, burlado, y asesinado en la cruz del Calvario. ¿Y por qué? Porque El llevó sobre Sí mismo nuestros pecados. 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.. Y porque por nosotros fue hecho pecador, Dios castigo el pecado en su carne. El murió agonizando. El murió sufriendo. El fue abandonado judicialmente por su Padre. Y tal separación fue tan horrible que le llevó a exclamar: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”. Jesús sufrió el infierno por nosotros. Sus sufrimientos equivalen a los que sufren los que están en el infierno. Dios odia el pecado. Lo odia porque El es santo.

III. Aplicaciones prácticas.

1. La santidad de Dios me recuerda que yo no soy santo. Me recuerda que yo soy pecador. Y que ningún pecador podrá estar en la presencia de Dios. Me recuerda que jamás podré ofrecer por mí mismo un sacrificio perfecto para poder expiar, cubrir, limpiar y pagar por mi pecado. La santidad de Dios nos debe llevar a la santidad de Jesús. Es porque Jesús es Dios verdadera, hombre verdadero y perfectamente santo que su sacrificio en la Cruz satisface la justicia de Dios. Solo vestido de su santidad, sus méritos, su justicia es que podemos estar presentes delante de Dios.

2. Y esto me recuerda la misericordia de Dios. Yo no puedo ofrecer un sacrificio puro y santo que pague mi deuda de pecado delante de Dios. Porque solo contra Dios pecamos. Pero Dios en su misericordia proveyó un sacrificio, el sacrificio de Cristo en la Cruz. Él no tenía que hacerlo. ¿Por qué tenía que hacerlo? Él nos debe algo. ¿Acaso no caímos y caemos en pecado libre y voluntariamente? ¿No es el pecado rebelión contra Dios? Todo eso es cierto, pero Dios es misericordioso. Podemos caer lo más bajo que alguien se pueda imaginar. Aun allí su misericordia nos puede alcanzar.

3. La santidad de Dios me recuerda lo pequeño e insignificante que somos nosotros en comparación con Dios. Y esto debe producir en nosotros un sentido de humildad y mansedumbre. Isaías 29:19 “Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel. Esa es la actitud correcta ante la santidad de Dios. Y nos debe llevar a preguntar, ¿Quién soy yo para que Dios tenga de mí memoria? ¿Quién soy yo para que Dios me provea de alimento y me colme de bienes todos los días? ¿Quién soy yo para exaltarme por encima de los demás como superiores a mi prójimo, o mi hermano en la fe? Ellos son tan insignificantes que yo en comparación con Dios.

4. La santidad de Dios me debe llevar a vivir una vida consagrada a Dios. Dios se consagra a Sí mismo. Y nosotros, como sus hijos, debemos vivir vidas consagradas, es decir, separadas del pecado y orientadas hacia Dios. Dios requiere esto de nosotros. “Sed santos, porque Yo soy santo” (1 Pedro 1:16).  Y esto implica que mi vida debe girar en torno a Dios. Todo lo que hago, lo que hablo, lo que vivo debe ser consagrado a Dios. Él debe ser la prioridad en mi vida. Su reino, su Palabra, su adoración, su servicio, debe ser lo primero. ¿Es así en tu vida?

            Quiera Dios que así sea en la vida de cada uno de nosotros.

 

Sermón: Los atributos de Dios, su inmutabilidad (4 de 10)

Malaquías 3:6 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.”

 

            El profeta Malaquías es el último profeta del AT. El escribe durante el ministerio de Esdras y Nehemías. Durante ese tiempo el pueblo de Dios había regresado de su exilio. Y en vez de estar alegres por haber regresado a su tierra natal el pueblo está desmotivado. Están viviendo en la tierra prometida, pero es un pueblo deprimido. El profeta Malaquías los llama a renovar su fe en Dios.

            El pueblo de Dios era un pueblo corrompido por el pecado y fue por eso que fueron llevados en cautiverio durante 70 años. Malaquías les anuncia que el Mesías vendría. Y que este Mesías vendría a purificar la nación. Aunque el pueblo de Dios era un pueblo rebelde Dios prometió perdón de pecados. El Mesías purificaría la nación, pero también castigaría al impío. El justo recibirá la recompensa de Dios, pero el impío recibirá el justo castigo de Dios.

            Fíjate cómo se revela Dios. El se revela como un Dios dispuesto a perdonar a su pueblo. Un Dios dispuesto a bendecir a su pueblo. ¿Y Por qué? ¿Por qué Dios actúa de esa manera con un pueblo rebelde, de dura cerviz, un pueblo que le ha fallado a Dios miles de veces? ¿Por qué Dios está dispuesto a tener misericordia del pueblo de Israel?  El profeta nos dice: porque nuestro Dios es Jehová.  ¡Dios es Jehová! El es el Dios eterno y más aún El es el Dios inmutable. “Porque yo Jehová no cambio”. Jehová es el nombre del Dios del pacto. Dios ha hecho una promesa de ser el Dios de su pueblo para siempre. Aunque el pueblo le abandonó, Dios no abandonó a su pueblo. Dios castiga a su pueblo, pero jamás lo abandona. Su castigo parecerá como un abandono. Pero realmente no es así. Dios es el mismo. El no cambia ni puede ser cambiado. El es inmutable. El es el Dios del pacto. Y es por eso que ustedes hijos de Jacob no habéis sido consumidos. Es porque nuestro Dios es fiel a sus promesas que ustedes no han sido destruidos de la faz de la tierra. Dios no es inconsistente sino todo lo contrario. Dios posee una inmutable constancia.

            Esta expresión es en respuesta a una queja del pueblo de Dios. El pueblo de Israel se estaba quejando de Dios. Quejándose de porqué Dios tardó en rescatarlos de la tierra de cautividad. El pueblo estaba acusando a Dios de crueldad y de negligencia. Dios te tardaste tanto es sacarnos de nuestro sufrir. A lo cual Dios les responde: ¿Tú sabes porque tú estás vivo todavía?, ¿Tú sabes el por qué tú respiras todavía? Tú estás vivo porque yo soy Jehová. Asómbrate de que no hayas sido destruido del todo o fulminado terminantemente. Yo no te he dado lo que tú mereces por tu pecado. Tú estás aquí hoy en la tierra prometida no porque tú eras excelente como pueblo, no porque te has portado bien conmigo sino porque yo soy Jehová que no cambio. Y tú en vez de humillarte ante mí te crees que eres la última coca-cola del mundo.  Estás vivo hoy porque yo soy Jehová. Yo soy inmutable en mi ser, en mis atributos y en mis propósitos.

I. Dios es inmutable en su esencia

II. Dios es inmutable en sus atributos

III. Dios es inmutable en sus propósitos

IV. Aplicación práctica.

 

I. Dios es inmutable en su ser o esencia:

            Todo lo que Dios es hoy El siempre lo ha sido. Dios no puede crecer, desarrollarse o mejorarse, El es inmutable. El no puede cambiar porque si cambia o sería para lo mejor, pero esto no es necesario porque El es perfecto. El no puede cambiar porque si cambia podría ser para lo peor, lo cual es imposible porque El es perfecto. Nada puede cambiar a Dios. Nadie puede cambiar a Dios. Su esencia es perfecta. No puede envejecerse. No puede deteriorarse. El no puede matarse así mismo. El es inmutable en su esencia.

            No solo no hay cambio en Dios, sino que no hay posibilidad alguna de cambio en Dios. ¿Por qué? Porque Él es bueno, es decir, perfecto. La bondad absoluta significa la absoluta perfección de su ser.  

            Todo cambia nuestro alrededor. Hay cambio, hay crecimiento y desarrollo. Inclusive la naturaleza humana de Jesús cambió. El como Dios, en su naturaleza divina no cambia. Hebreos 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Pero Jesús sí cambió en su naturaleza humana. El nació como bebé, se hizo niño y creció hasta convertirse en adulto. No solo su cuerpo creció sino también su alma maduró. Nos dice Lucas 2:52 “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Pero en su naturaleza divina Jesús no cambia porque Él es Dios sobre todas las cosas y bendito por toda la eternidad.

                       

II. Dios es in mutable en sus atributos:

            Todos los atributos o perfecciones de Dios son siempre los mismos. Es imposible que Dios sea algo distinto de lo que El es hoy. Es imposible que Dios deje de ser misericordioso. Nosotros cambiamos. Constantemente cambiamos. Hoy estamos bien mañana mal. Hoy hacemos el bien y mañana hacemos el mal. Hoy prometemos algo y mañana rompemos nuestras promesas. Pero Dios no es así. Dios es santo y siempre será santo. Dios es justo y perpetuamente será así. Dios es fuego consumidor, ira destructora y El siempre permanecerá así. El no puede llamar hoy pecado a lo malo y mañana llamar bueno al pecado. Eso es lo que el mundo espera de Dios que El llame a lo bueno malo y a lo malo bueno. El mundo no soporta la inmutabilidad de Dios. El mundo no puede vivir con ella, porque sabe que la perfección moral de Dios les alcanzará.

            Pero para la Iglesia es un consuelo el saber que Dios no cambia en sus atributos y perfecciones. Su amor es el mismo, su santidad es la misma, su bondad es la misma y jamás se agotará. Nada de lo que El hace agota sus perfecciones. Cuando el creó los cielos y la tierra El no se cansó. Cuando El usa de su omnipotencia El no agota su poder. Todo para El es extremadamente fácil. El no cambia. Cuando trabajamos nos fatigamos, cuando practicamos un deporte por igual. Pero en Dios no existe el cansancio. Nada fatiga a Dios. El es inmutable en sus atributos. Es por eso que la Biblia dice que su verdad permanece para siempre. Salmo 119:89 “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.” Y su misericordia es para siempre, Salmo 100:5 “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.”

III. El es inmutable en su propósito:

            La voluntad de Dios no cambia. Sus propósitos jamás pueden ser cambiados. No pueden ser cambiados por El ni por nadie. Sus propósitos son eternos. Como Dios es perfecto entonces no hay necesidad de que cambie sus planes.  Salmo 33:11 “El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.” Isaías 46:9-10Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;”

            Pero si el consejo de Jehová no cambia, entonces sus propósitos no cambian. Pero si esto es así cómo explicamos que la Biblia nos habla del arrepentimiento de Dios. Y esto implica frustración de parte de Dios. Por ejemplo, en Génesis 6:6 “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.” Algunos toman estas palabras literalmente y dicen que Génesis da a entender que Dios se arrepintió como si después de haber hecho al hombre y el hombre pecar Dios dijera me equivoqué al crear al hombre. Dios estuvo frustrado.

            Para poder entender este pasaje es importante tener presente toda la Biblia. La Biblia habla de que Dios no cambia. De que sus propósitos no cambian, porque Dios es prefecto en todo lo que hace. Y un pasaje explícitamente dice que es imposible que Dios se arrepienta verdaderamente. Números 23:19Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta [lit. para que El cambie su mente]. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”.  Este pasaje confirma lo que estamos diciendo que Dios es inmutable en sus propósitos. El no cambia su mente. Lo que El dice El lo cumple. El no miente y por tanto no se arrepiente porque no puede hacer nada malo. Teniendo esto presente, entonces, cuando Génesis habla del arrepentimiento de Dios no podemos entenderlo de un arrepentimiento en el sentido de frustración en Dios o cambio en el ser de Dios o en sus planes. Moisés habla metafóricamente, figuradamente. Y lo que quiere decir es Dios en su plan eterno e inmutable había incluido un cambio en sus tratos con el hombre, y Dios describe ese cambio en lenguaje humano como si fuera un arrepentimiento. Hermanos, en su propósito eterno Dios incluye muchos cambios en el mismo. Hablamos de antes de Cristo o después de Cristo. Hablamos del pacto de la circuncisión y la abolición del pacto de la circuncisión. Tales cambios fueron cambios establecidos en el plan eterno de Dios. Algunos parecen contradictorios para nosotros, como crear al hombre y después destruirlo. Pero tal cambio no ocurre ni el ser de Dios, ni en sus atributos ni en sus propósitos, porque Dios es inmutable.

IV. Aplicaciones prácticas:

1. Mira el amor tan grande que Dios tiene por su pueblo. Su amor por nosotros es inmutable. Su plan de redimirnos y llevarnos a la gloria es inmutable. Dios nunca nos desechará. Aunque nosotros merecemos que nos deseche. Fíjate lo que Dios le dice al pueblo de Israel. Malaquías 3:6-7 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?” Dios nos destruyó a su pueblo, aunque tenía razones suficientes para hacerlo. Durante toda su vida el pueblo de Israel ha sido desobediente. “Desde el día de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes y no las guardasteis”. ¿Acaso no tenía razones Dios para desechar a un pueblo rebelde y de dura cerviz, es decir, orgulloso? Y la respuesta es que sí. Aun así, Dios es fiel a su pacto. Él es fiel a sus promesas. ¿Y acaso no podemos decir lo mismo de nosotros? ¿Acaso no tiene Dios razones para desecharnos? ¿Le amamos con todo nuestro, corazón nuestra mente, nuestra alma y nuestras fuerzas? ¿Acaso Dios no soporta las veces que le hemos dado una adoración superficial cuando nuestro cuerpo está aquí, pero estamos distraídos mirando a los niños, hablando con el hermano en el culto de adoración cuando deberíamos estar atentos a lo que se hace? ¿Acaso Dios no tiene razón para desecharnos cuando no leemos su Palabra que nos ha dejado para que la estudiemos? ¿Acaso no tiene razón Dios para desecharnos cuando no hemos trabajado con nuestros pecados de orgullo, impaciencia, envidia, vanagloria, pecados sexuales, descontento, mundanalidad, falta de compromiso, inconsistencia en la asistencia a la iglesia, falta de apoyo económico a la iglesia, falta de apoyo a los cultos de la iglesia, insumisión de las esposas y falta de ejercer un liderato fiel, amoroso y respetuoso a nuestras esposas, falta de oración, etc.? ¿No le damos razones todos los días para que nos abandone totalmente? La respuesta es que sí. Dios demuestra su enojo cuando no nos bendice. Si buscamos la bendición de Dios debemos buscarla acompañada de obediencia. Pero, aunque todos los días le damos razones a Dios para que nos deseche, Él ha dicho: Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Nuestra salvación descansa exclusivamente en su misericordia. ¡Cómo no debemos darle a Dios la mayor consagración de vida que Él se merece! ¡Cómo esto nos debe llevar a servirle, a servir a su Iglesia, a trabajar por el Señor, a buscar ganar almas para Cristo, a darle a Él lo mejor de nuestro esfuerzo, de nuestro tiempo, nuestros talentos! ¿Cuán agradecidos somos de su misericordia? ¿De su paciencia con nosotros? Todo esto debe impulsarnos a vivir para Dios porque su inmutabilidad implica favor eterno.

            Dios es inmutable en su ser, sus atributos y en sus propósitos. Y porque Dios es así nosotros debemos confiar plenamente en El, viviendo para Él.

 

Sermón: Los Atributos de Dios: la eternidad de Dios (3 de 10)

Salmo 90:1-17 “1. Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación.  2. Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. 3. Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres. 4. Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche. 5. Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana. 6. En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca. 7. Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados. 8. Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro. 9. Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento. 10. Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. 11. ¿Quién conoce el poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido? 12. Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. 13. Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. 14. De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. 15. Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal. 16. Aparezca en tus siervos tu obra, Y tu gloria sobre sus hijos. 17. Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.”

 

            Enseñarles a los niños es una cosa maravillosa para hacer. Es una de las cosas más difíciles también. Nos retan para que tratemos de buscar la forma más sencilla y clara de enseñanza. Y la sabiduría que muchas veces revelan es algo que penetra el corazón. Sus preguntas a veces son preguntas que nosotros mismos no nos hemos hecho. Tal vez ni siquiera habíamos considerado lo que los niños consideran. Y si somos honestos a veces sus preguntas revelan que nosotros hemos aceptados las cosas porque se nos han dicho que ellas son así, aunque no las hayamos analizado mucho.

            Una de las doctrinas más difícil de explicar, a parte de la doctrina de la Trinidad, es la doctrina de la eternidad de Dios. Dios es eterno. Suena tan fácil, suena tan sencillo que a veces creemos que comprendemos lo que estamos diciendo. Y cuando le explicamos a nuestros los niños sobre la eternidad de Dios nos damos cuentas que es un tema difícil.

            ¿Qué significa que Dios es eterno? ¿En qué consiste la doctrina bíblica de la eternidad de Dios? ¿Qué valor práctico tiene esta doctrina? De eso vamos a hablar en el día de hoy.

I. ¿Qué significa que Dios es eterno?

            El salmo 90 es el salmo clásico para tratar acerca de la doctrina bíblica de la eternidad. Fue escrito por Moisés, según nos dice el subtítulo del salmo. Esto significa que es el salmo más antiguo del salterio. E implica que fue escrito para los años de 1446-1406 A.C. escrito durante el tiempo de la peregrinación del pueblo de Israel, posiblemente, después del reporte negativo de los 12 espías.

            Moisés escribe como uno que ha tenido que ver la muerte de la generación del pueblo de Dios. Hoy estaban con él, pero mañana no. La muerte perseguía a Moisés durante esos 40 años en el desierto. Y en medio de esa calamidad y esa desestabilidad de la vida Moisés eleva una oración a Dios. Eso es lo que es este salmo, una oración a Dios sobre la eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre. Y nos dice en esa oración que Dios es eterno. V. 2 “Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.” Fíjate la manera tan concreta en la cual la cultura oriental define las cosas. Moisés describe la eternidad de Dios es relación a la doctrina de la creación. Antes que los montes y la tierra fuera creada ya tú, oh Dios existías. Desde el siglo pasado y hasta el siglo futuro, tú eres y tú permaneces Dios.

            Filosóficamente lo podemos decir así: si algo existe ahora, algo ha existido por toda la eternidad. Si algo existe ahora es porque antes ha existido algo. Porque si no hubiera existido algo antes nada existiría. ¿Por qué? Porque de la nada nada sale. Por tanto, si algo existe ahora, algo o alguien ha existido desde la eternidad pasada. Es inevitable entonces, que algo o alguien estable, firme, auto-definido y que exista por sí mismo debe ser. Y por tanto que sea necesariamente la primera causa de todas las cosas.  Moisés nos dice que ese alguien lo es Dios.

            ¿Qué significa que Dios es eterno? Significa:

            1. Dios nunca ha tenido un comienzo. Dios siempre ha sido. Todos nosotros venimos de alguien. Hubo un momento en el mundo en el cual ni tú ni yo existíamos. Pero no es así con Dios. Él siempre ha sido porque Él es auto-existente. El existe necesariamente. Él es un ser necesario, pero nosotros no lo somos. Salmo 93:2 “Tú eres eternamente.”

            2. Dios nunca tendrá fin. Dios vive para siempre. Dios es inmortal. Salmo 105:25-27 “Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; Como un vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán”.

            Moisés nos dice qué consuelo es el hecho de que Dios es eterno. ¿Meditas en la eternidad de Dios? Eso es lo que llevó a Moisés a esta oración. Fue la eternidad de Dios lo que le dio consuelo. ¿Por qué?

II. La eternidad de Dios nos enseña a estar seguros

            El mundo es inestable. Las cosas del mundo cambian. El hombre cambia. Hoy están con nosotros y a nuestro favor, pero maña tal vez no. Pero Dios es eterno. Y su favor con nosotros es para siempre. V. 1 “Señor, tú nos has sido refugio
De generación en generación.”
La palabra aquí para Señor es en hebreo Adonai y esta significa Señor, Dueño y Amo. Él no es una deidad débil y frágil. El posee toda autoridad y señorío.

            Dios es para nosotros, nos dice Moisés, nuestro refugio. O en otras versiones que recogen mejor el original hebreo: Dios es nuestro lugar de morada, nuestra casa, nuestro hogar. En el hogar en donde yo encuentro paz, tranquilidad, sosiego, reposo y protección. Todas estas ideas están asociadas con la idea de morada.  Eso es lo que Dios es para nosotros. En otras palabras, no debemos tener temor si estamos solos, si las tormentas azotan nuestra vida, si hay la posibilidad de que enfermedades catastróficas vengan a nuestra vida, Dios es nuestro lugar de refugio. En Él y solo en El no encuentro tal seguridad que nada ni nadie me puede dar. No tengamos temor de nada Dios es nuestro refugio perpetuo porque Él es eterno. Y es a El dónde siempre podremos recurrir. Salmo 71:3 “Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.” Salmo 91:9-10 “Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, 10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada”. En otras palabras, nada puede realmente dañar a los hijos de Dios. Podrán tocar nuestros cuerpos, pero jamás tocar nuestra alma.

            No solo eso, la eternidad de Dios nos enseña que Dios ha sido nuestro hogar “De generación en generación”, es decir, por toda la historia de nuestra vida. Dios ha sido nuestro refugio desde antes de nosotros haber nacido. Más aun desde la misma eternidad. Desde antes de nuestra conversión Dios ha cuidado a sus elegidos. Y Dios ordenó todas las cosas en nuestra vida y nos llamó en el día que Él ha planificado. Y nos sigue cuidando de tal manera que ninguno de los elegidos se perderá, sino que llegará a la gloria eterna.

III. La eternidad de Dios nos enseña lo breve y frágil que es la vida

            La eternidad de Dios nos enseña que nuestra vida aquí en la tierra es breve. La vida de Dios es eterna, pero nuestra vida aquí es corta. Nuestro tiempo de vida es limitado. Nuestros días son pocos y están todos contados. Nuestra vida es como el polvo. V. 3 “Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.” LBLA nos da una mejor traducción V. 3 “Haces que el hombre vuelva a ser polvo, y dices: Volved, hijos de los hombres.”  

            La eternidad de Dios pone en justa perspectiva la brevedad de la vida. Cuando comparado con Dios la vida humana es nada, unas pocas horas. V. 4 “Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.” Las vigilias de la noche eran de 4 horas. Un milenio para Dios es como 4 horas del tiempo del ser humano. Las vigilias duraban 4 horas. Somos como una hierba que hoy es mañana no está. V. 5-6 “Como la hierba que crece en la mañana. En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca.” Así de corta y frágil es nuestra vida.

            Pero, aunque la vida aquí es corta, la vida después de la muerte es eterna. Hay algunos que despertarán a vida eterna, al gozo del Señor, al disfrute de Dios y la vida abundante porque han puesto su fe en Jesucristo. Han hecho de Cristo su refugio eterno. Pero hay otros que despertarán a la muerte eterna. Y esto nos dice Moisés os debe dar temor.

IV. La eternidad de Dios nos enseña a temer su ira

            ¿Por qué la eternidad nos enseña a temer su ira? Porque su ira es eterna. Su ira es justa. V. 7-8 “Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados. Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro”. Dios es justo cuando castiga. Y su ira es fuerte. Toda la generación que salió con Moisés de Egipto, murió en el desierto, excepto Josué y Caleb. Inclusive Moisés y Aarón no entraron a la Tierra Prometida por causa de su pecado.

            Por eso Moisés nos enseña que la ira de Dios es algo incomprensible. No lo podemos entender plenamente. V. 11 “¿Quién conoce el poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido?” La respuesta es nadie. Nadie conoce el poder de la ira de Dios. Solo los que están en el infierno conocen algo de la ira de Dios. Pero nadie conoce a cabalidad el poder de su ira. Y porque Dios es eterno su ira es eterna. No habrá un momento de descanso en el infierno. No habrá la más mínima mitigación de su ira allí. Lázaro fue recibido en el seno de Abraham y allí fue consolado, pero el rico ni siquiera recibirá una gota de agua que calme el ardor de su sed, en otras palabras, no habrá la más mínima misericordia en el infierno para los pecadores.

            Pero Jesús es nuestro refugio de la ira de Dios. En la Cruz Jesús recibió la descarga de la ira de Dios por los pecados. El murió en lugar de los pecadores. Y todos los que ponen su fe en El como su Señor y Salvador son librados de la ira de Dios.

            La eternidad de Dios nos debe llevar, entonces, a temer su ira.

            Pero también la eternidad de Dios nos lleva a postrarnos delante de Él.

V. La eternidad de Dios nos enseña a orar

            A orar por sabiduría para entender sobre la brevedad de la vida. V. 12 “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.” La tendencia de los seres humanos es a actuar como si nunca fuéramos a morir. Como si el tiempo es algo barato y podemos desperdiciarlo como si nada. Pero Moisés nos enseña a que debemos contar nuestros días, discernir lo breve que es. Ver la vida con la seriedad que debemos verla.

            Solo tenemos 168 horas a la semana, 52 semanas al año y como una regla general entre 70 a 80 años de vida. Y en ese tiempo debemos hacer lo que realmente es importante. Por eso debemos orar por sabiduría para hacer lo que verdaderamente cuenta. No tenemos tiempos para perder sino para redimir.

 

            Debemos orar también para que Dios balancee nuestras aflicciones con su bendición. V. 13-15 “13. Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. 14. De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. 15. Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal.” En otras palabras, orémosle a Dios que en su misericordia nos envíe bendiciones y alegría a nuestras vidas. Cuando entendemos lo corto que es nuestra vida entonces apreciaremos el beneficio de una vida tranquila y quieta, vivida en santidad y piedad. Entonces apreciamos a disfrutar de las bendiciones de Dios y a evitar todo revolú innecesario. Entonces nos damos cuenta que la vida es muy corta para pelear por tonterías. Dejar de hacer de cosas pequeñas una montaña.

            Y, por último, debemos orar que Dios bendiga a nuestros hijos y perpetúe nuestra obra. V. 16-17 “16. Aparezca en tus siervos tu obra, Y tu gloria sobre sus hijos. 17. Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.” Cuando partimos de este mundo nosotros no tenemos control de lo que dejamos ahí. Podemos dejar un testamento para que se disponga nuestra última voluntad. Pero en última instancia nosotros no tenemos control de lo que sucede después. Y es nuestro anhelo que nuestros planes permanezcan. Que los nuestros estén bien. Que nuestros hijos sigan por el buen camino. Que la obra de la iglesia siga adelante. Pero, aunque ese es nuestro anhelo, nada de lo que hagamos lo podrá garantizar. Solo Dios puede perpetuar su bendición sobre nuestros hijos porque Dios es eterno.

            Por eso Moisés ora a Dios que El confirme, establezca y preserve a nuestros hijos. Oh Dios, preserva a nuestros hijos en tus caminos. Que sigan el camino recto que les hemos enseñados. Que sean hombres y mujeres de bien. Que sean hombres y mujeres trabajadores. Que se conviertan en los líderes de la iglesia. Que luchen por la verdad del evangelio. Que perseveren en el camino que lleva a la vida eterna. Que Jesús sea para ellos un refugio eterno. Solo Dios puede garantizar esto, porque Él es eterno.

Aplicaciones:

1. La eternidad de Dios nos enseña que Dios interviene en el tiempo. Y que Él tiene un tiempo señalado para todo. Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Por tanto, aprendamos a esperar pacientemente el tiempo del Señor. Salmo 40:1-4 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,”.

2. Este es el tiempo de salvación y no hay otro más. Este es el tiempo que cuenta para la vida eterna o la muerte eterna. Lo que hagas ahora cuenta para siempre. ¿Es Cristo Jesús tu único refugio? ¿Es Cristo Jesús en quién te escudas de la ira de Dios sobre el pecado? Así como creer en Él es vida eterna, el rechazarle es muerte eterna. Solo hay dos caminos: vida eterna y muerte eterna. Ven a Jesús.

3. Jesús es refugio eterno a todos lo que en El confían. No temamos el mañana. No temamos la soledad. No temamos las enfermedades. No temamos las tormentas de problemas. Dios ha sido nuestro refugio de generación en generación. Él siempre ha estado con nosotros aun sin ni siquiera nosotros saberlo.  Por tanto, búscalo. Él es tu paz, tu seguridad, tu protección, tu descanso para siempre, porque Él es eterno.

Sermón: Los Atributos de Dios, La infinitud de Dios (2 de 10)

 1 Reyes 8:27 “Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?”

 

            Te gustaría tener el poder de estar en cualquier sitio sólo con el chasquido de tus dedos. Te gustaría tener el poder de estar hoy aquí y en un par de segundos en España, o en Paris, o en Italia, o en Japón. Te gustaría tal poder. Estamos aquí ahora, pero si mi hijo, que vive en Alemania, me necesitara, me gustaría tener el poder de estar allí en segundos. O si mi padre o mi madre me necesitan, poder estar allí para socorrerlos con tan sólo tronar los dedos. 

            Te gustaría que hubiera dos tú. Dos Roberto, dos Irma, dos Frank, dos Daly, dos Juanita. A veces pensamos: no tengo tiempo, tengo tantas cosas que hacer, si hubiera otro yo entonces podríaa la misma vez estudiar con mi hijo, fregar los trastes, hacer la compra, lavar los carros, leer para divertirme, etc. ¿Te gustaría poseer tales poderes?

            Bueno de algo parecido vamos a hablar hoy.

            Estamos estudiando la pregunta y respuesta del Catecismo Menor de Fe de Westminster. Este catecismo fue escrito para los niños y las personas nuevas en la fe. Contiene todo lo que debemos conocer y creer, como creyentes bíblicos y también todo lo que necesitamos conocer para poder crecer como cristianos maduros en la fe.

            La pregunta y respuesta 4 dice: ¿Qué es Dios? R. Dios es un Espíritu infinito, eterno e inmutable en su ser, sabiduría, poder, santidad, justicia, bondad y verdad.

            Aprendimos que Dios es Espíritu. El no tiene un cuerpo como nosotros. Pero si los ángeles son espíritus también y nuestras almas son espíritus qué distingue entonces a Dios quien es también Espíritu. Lo que lo distingue es que El es un Espíritu infinito, eterno e inmutable en su ser y perfecciones. Y por tanto los tres adjetivos: infinito, eterno e inmutable distinguen y cualifican los 7 nombres que se mencionan en esta respuesta. Es decir, Dios es infinito, eterno e inmutable en su ser y en todas sus perfecciones. El es infinito, eterno e inmutable, en su sabiduría; El es infinito, eterno e inmutable en su poder, en su amor, etc. El es infinito, eterno e inmutable en todas sus perfecciones. Ese es el Dios que adoramos. Ese es el Dios creador de los cielos y de la tierra. Ese es el Dios que servimos.

            Por lo tanto, para poder formar una idea correcta de lo qué es Dios debemos, en primer lugar, quitarle a Él toda imperfección que nosotros vemos en la criatura. Y al hacerlo así adquirimos los atributos incomunicables de Dios, es decir, estas perfecciones que sólo Dios posee y nadie más. Sólo Dios es infinito, eterno e inmutable. Estos son los atributos incomunicables porque no son dados a la criatura. Sólo Dios los posee. Sólo Dios es infinito, solo El es eterno y solo El es inmutable. El es distinto de nosotros. El posee atributos incomunicables.

            En segundo lugar, para formar una idea correcta acerca de lo que es Dios debemos otorgarle a Dios todas las cosas hermosas que vemos en las criaturas. Pero, se las otorgamos en un grado sin límite, en grado superlativo. Entonces decimos que Dios sabio, pero su sabiduría es infinita. Decimos que El es justo, pero su justicia es infinita. Estos son los atributos comunicables de Dios porque la criatura posee estas virtudes: conocimiento, poder, bondad, etc. aunque en grado infinitamente menor de lo que se encuentran en Dios.

            Una nota importante acerca de este ser maravilloso el cual es Dios. ¿Cuál es la relación entre el ser de Dios y sus atributos? ¿Cómo se relacionan? Decimos que todos los atributos o perfecciones en Dios son Dios mismo. Es decir, su sabiduría es Dios mismo conociendo. Su poder es Dios mismo actuando. Su amor es Dios mismo amando. Su bondad es Dios mismo siendo bondadoso. Dios y sus perfecciones son uno y lo mismo.

            Ahora bien, habiendo estudiado acerca de la espiritualidad de Dios, nuestro catecismo o manual de enseñanza, nos dice que Dios es infinito. Hoy vamos a estudiar acerca de la infinitud de Dios a la luz de la Biblia. ¿Qué nos quiere enseñar la Biblia, la Palabra de Dios, cuando dice que Dios es infinito?

I. Dios no tiene límites

            Dios no tiene límites, no tiene barreras. Nada ni nadie puede contener a Dios. Nada ni nadie puede medirle. El es sin límites. Eso es lo que nos enseña 1 Reyes 8:27. En esta oración de Salomón, él reconoce la misericordia de Dios. Dios en su misericordia habita en medio de su pueblo. Dios “desciende” para hacer su morada entre nosotros. Dios “monta” su tienda en medio de su familia. Y esto es un acto de misericordia. Por eso en asombro decía el salmista en el Salmo 8 ¿Qué es el hombre para que tengas de El memoria? No somos nada para que Dios tenga memoria de nosotros. Somos tan insignificantes en comparación con Dios para que El se preocupe por nosotros. A nosotros, que somos menos que nada, que somos como el polvo de la tierra, que somos cenizas, Dios se digna en vivir en medio nuestro y dentro de nosotros. Dios es misericordioso.

            Pero después de reconocer la misericordia y compasión de Dios Salomón reconoce que Dios es más grande que todo lo que existe. El templo construido como casa de adoración no puede contenerle. Si los cielos mismos no pueden contener a Dios cuanto menos este templo construido por nosotros mismos. Dios es infinito. El trasciende todas las cosas. Él es más allá de todo lo creado.

II. Dios es inmenso           

            El catecismo más específicamente nos dice que Dios es infinito en su ser. Y esto significa hermanos que su ser o esencia no tiene límites. Y el término teológico es que Dios es inmenso. Hablamos de la inmensidad de Dios. ¿Qué significa? Significa que Dios lo llena todo. No hay lugar en este universo donde Dios no esté. Él está en estos momentos en este lugar. Él está en su esencia en este lugar. Él está “físicamente” en este lugar. El no solo sabe lo que hacemos aquí, sino que Él está aquí en su ser. Él lo llena todo, Él es inmenso en su ser. No es que Él está en el universo sino todo lo contrario: “En el vivimos, nos movemos y somos” Hechos 17:28.

            No debemos ver esta inmensidad de Dios como cuando uno se acuesta en la cama. Por ejemplo, cuando yo me acuesto en la cama, por el hecho de que soy alto, yo “lleno” la cama con todo mi cuerpo. Pero hay partes de la cama que yo no todo y hay partes de la cama que yo toco más que otras partes. Mis brazos ocupan menos espacio que mi torso. Pero no es así con Dios. Él lo llena todo con la totalidad de su ser.  Dice Jeremías 23:24 “¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?”

            Salmo 145:3 “Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable.” Porque Dios es grande, es digno de suprema adoración. Mira la grandeza de Dios y adórale. Algunos nos consideran tontos o ignorantes por adorar a Dios. Pero acaso no es lógico adorar lo perfecto. Acaso no es lógico adorar lo que es infinito en su ser y perfecciones. Es racional adorar a un Dios infinito. Es irracional adorar a la criatura, porque ésta no es perfecta, ni infinita en su ser.

III. Dios es omnipresente

            Porque Dios es infinito, no sólo en su ser, sino también en relación al espacio, Él es omnipresente. El está presente en todo lugar de este universo. Dios está en todas partes. El está presente en los cielos, los cielos son el trono de Dios. El está presente en la tierra, la tierra es el estrado de sus pies. El está presente en lo profundo de la mar. En medio de la iglesia El está. Dios está aun en el infierno, como el fuego de la ira que devora a los que son castigados allí. El está en todas partes. El está presente con su misma esencia, con su propio ser. Salmo 139:7-12 “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.” Realmente no es que Dios está en todas partes, sino que todas las cosas están delante de Él. Hebreos 4: 13 “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Todo lo que hacemos, todo lo que pensamos, sentimos, lo hacemos delante de Él, frente a Él. Nada escapa a su ojo omnisciente.

IV. Dios es infinito en todos sus atributos    

            El catecismo nos enseña que Dios es infinito en todas sus perfecciones. El es infinito en su sabiduría, en su poder, en su justicia, en todas sus perfecciones. Todo lo que Dios es y posee Él lo posee a la perfección. Su poder es perfecto, su misericordia es perfecta. Él es perfecto.

            El hecho de que Dios es infinito en su ser y perfecciones nos enseña que Dios es incomprensible. No podemos entender plenamente y a capacidad a Dios. Esta doctrina de la incomprensibilidad de Dios es importante, sobre todo en nuestra tarea de confesar a Cristo delante de los hombres. Cada uno de nosotros debe de estar procurando compartir a otras personas lo que está aprendiendo de la Biblia. Hermanos, no podemos entender plenamente a Dios. Por ejemplo: cuando nos encontramos con una persona que no cree en la doctrina de la Trinidad o nos dice que no cree en la doctrina de la Trinidad porque no la entiende, es nuestro deber decirle: Nosotros podemos entender la doctrina de la Trinidad: que Dios es uno en esencia y tres en persona. Pero, aunque lo podemos entender no lo podemos comprender. Dios es infinito es su ser y perfecciones. Y nuestra mente es finita. Nuestra mente es como un vaso de siete onzas y el ser de Dios es como los cinco océanos que hay en este planeta. Es imposible poner toda el agua de los océanos en un vaso de siete onzas. De igual manera es imposible que nuestra mente finita pueda entender a plenitud el ser de Dios. Así que la incomprensibilidad de Dios es un argumento válido en nuestra defensa de la fe y en nuestra tarea evangelística. No nos olvidemos de las palabras de Jonathan Edwards: “no te extrañes que encuentres cosas difíciles de entender acerca de Dios. Dios es infinito en su ser y perfecciones. Es lógico que si tratamos del ser de Dios haya cosas difíciles de entender”.

Aplicación:

1. Es importante el tener una concepción correcta acerca de Dios. Dios no es glorificado si tenemos una idea equivocada acerca de quién es El y cómo es El. Hoy día muchos tienen ideas distorsionadas acerca de Dios. Por eso estamos dedicando tiempo para aprender acerca de Él y así penetrar en una mayor intimidad con Dios. Mientras más conocemos a Dios más le admiramos y más le amaremos. Si nuestras ideas acerca de Dios son errores estaremos sirviendo a un dios desconocido que no el Dios verdadero. Hoy día predomina varias ideas equivocadas acerca de Dios. Para unos Dios es el verdugo que está esperando con ansias el que las personas pequen para castigarlos en el infierno. Para otros, Dios es el abuelito que lo permite todo y no quiere que sus criaturas sufran lo más mínimo. Dios no solo permite que pasemos por tribulaciones, El determina esas tribulaciones, según su sabiduría. Dios no ha prometido que tu vida será color de rosas. Que estará libre de enfermedades, injusticias, sufrimientos. Pero Dios es señor sobre todas estas cosas. Otros piensan que como todas las cosas cambian y evolucionan, Dios también cambia y evoluciona. (Teología del Proceso). Tales ideas son contrarias a la Palabra de Dios. Tal dios no es el Dios de la Biblia. Y estas personas se destruyen a sí mismos con ideas erróneas acerca de Dios. Dios es perfecto en su ser y perfecciones porque Él es infinito. Nuestra meta es conocerle cada día más según Él se nos ha revelado. Nadie tiene derecho de pensar cómo es Dios según su placer. Nuestro deber es pensar y creer acerca de Dios como Dios mismo se ha revelado en la Palabra de Dios. ¿Es tu concepto de Dios uno bíblico?

2. Dios es infinito en su Ser y perfecciones. Por eso cuando vamos delante de el en oración cree que Dios tiene el poder, la sabiduría y la misericordia perfecta para cada una de nuestras necesidades. No dudemos de lo que Dios es y de lo que Él puede hacer. Pero no te olvides, Él es un ser personal. Y Él es soberano en lo que hace. Él no es una máquina que se le pedimos las cosas tres veces El hará lo que le pedimos. Sometámonos a su señorío con la confianza de Dios todo lo puede porque Él es infinito. Pero reconozcamos que como Rey que es El decide lo mejor para nosotros. Y en esto debemos descansar.

3. No hay día que nosotros pequemos. No hay días que nosotros no nos desvíes de la Palabra de Dios. Y nuestros pecados por ser contra Dios en primer y último lugar nos separan de Dios. Pero que consuelo el saber que Dios es infinito en misericordia. No hay pecado tan grande que Dios no pueda perdonar si con verdadero arrepentimiento lo confesamos y nos apartamos de El. La sangre de Jesús es infinita para limpiarnos de toda maldad. El perdón salvador de Dios es “infinito”. El ha dicho que tomará nuestros pecados y los hundirá en lo profundo de la mar. Y dice y no me acordaré más de ellos. No me acordaré jamás de ellos.

4. El Espíritu Santo es infinito en su ser y perfecciones. Nadie puede purificar nuestra mente ni nuestro corazón sino El. Nuestra mayor lucha lo es contra el pecado. Nuestra mente tiene pensamientos impuros. Nuestro corazón deseos carnales. Y nuestros sentimientos emociones pecaminosas. En medio de nuestras tentaciones, impaciencias, temores exagerados, furias, odios, envidias, violencia, depresiones, Dios Espíritu Santo es el agente de la santidad. Busca en el Espíritu infinito la liberación del poder del pecado. Sólo El te santifica. Solo El te ilumina hacia la verdad. Solo El vence el pecado en tu vida. Solo Él te guía hacia la ciudad celestial donde había nuestro Dios infinito.

Sermón: Juan 4:24 Los Atributos de Dios: la espiritualidad de Dios (1 de 10)

 Juan 4:24 “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

 

            El contexto de este pasaje es increíble. Nos revela que Jesucristo era un verdadero cura. El es un verdadero médico del alma.            Jesús está en Samaria y se encuentra con una mujer y conversa con ella. ¿Y qué tiene de interesante eso? Mucho. Era la costumbre de la sociedad que los hombres no hablaran con las mujeres. Era mal visto socialmente. En esa cultura machista hablar con una mujer en público era socialmente reprendido. Y de todos modos vemos a Jesús hablando con una mujer en público. Jesús no se dejaba controlar por las costumbres de la sociedad que fueran en contra de la Palabra de Dios.

            Los discípulos se preguntarían, pero… qué le pasa a Jesús. ¡Nadie en la sociedad judía hace eso! ¿Por qué tú hablas con una mujer en público? A lo cual Jesús les pudo preguntar, aquí yo imaginándome la escena, ¿y dónde en la Biblia dice que yo no puedo hablar con una mujer en público? ¿Dónde en la Biblia se enseña eso? Hermanos nosotros somos llamados a imitar a Jesús en esto. Nuestra mente debe ser bíblica. Dios no nos manda a que sigamos las costumbres de la sociedad que sean contrarias a la Palabra de Dios. De aquí vemos hermanos, ¡cuán liberador es el evangelio de Jesucristo! ¡Cuán justo, compasivo, y tierno es Jesucristo! Digo es porque Jesús vive para siempre. El evangelio nos libera del pensamiento esclavista de la sociedad.

            No sólo eso. Lo interesante lo acentúa el hecho de que la mujer era samaritana. Y los judíos no se llevan con los samaritanos. Ellos rechazan la raza samaritana por ser una raza mezclada de judíos y gentiles. Pero Jesús no limita su evangelio a una sola raza. El evangelio lo es para todas las razas y lenguas del mundo. Jesús no era una racista. Y nosotros debemos aprender lo mismo de Jesús. En tu trato con personas de otras nacionalidades, ¿te preocupas por su salvación? ¿Te atreves a compartir el evangelio con esas personas? ¿Cómo te sentirías que haitianos o chinos fueran miembros de esta iglesia? El evangelio es para todos los pueblos del mundo, no importa lo distinto que sean de nosotros.

            Luego de que Jesús descubre el pecado de la mujer samaritana y le muestra que sólo El posee agua de vida eterna, Jesús se enfrasca en un debate de teología sistemática. Eso es bueno para nosotros que no nos atrevemos a debatir sobre religión, vemos a Jesús debatiendo con una mujer sobre un tema muy importante, la adoración a Dios. La mujer le dice a Jesús, que los judíos dicen, que debemos adorar a Dios en Jerusalén, mientras que los samaritanos dicen que debe ser en el monte Gerizim. A lo cual Jesús le dice: los judíos tienen la razón. Es en Jerusalén que Dios mandó que le adoráramos. Pero eso estaba a punto de cambiar. V. 21Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.” ¿Por qué no va a ser necesario que se adore en Jerusalén solamente? Porque Dios es Espíritu. El no está limitado a un lugar. El está en todas partes. Hermanos, cuán importante es esto. No podemos limitar a Dios. No debemos limitar a Dios. A Dios no lo podemos encajonar. El es Espíritu libre. El es soberano. Nadie puede controlarle, ni encajonarle. El es como el viento. El sopla de donde quiere y “va” a donde quiere y hace lo que le place. Dios es Espíritu. Y por tanto como El es Espíritu hay que adorarle espiritualmente y conforme a la verdad.

            Fíjate bien lo que Jesús está haciendo. Jesús nos da la doctrina correcta acerca de Dios, El nos da una teología correcta y luego nos da la práctica correcta de la teología. Es decir, para poder adorar a Dios correctamente debemos tener una teología correcta. Nuestra doctrina de Dios debe determinar nuestra adoración.

            Es por eso hermanos que continuamos nuestro estudio del Catecismo Menor de Fe de Westminster con la pregunta número cuatro. Solo cuando conocemos la verdad acerca de Dios es que le podemos dar la adoración correcta que Él se merece. Doctrina y práctica. Ese es el orden correcto.

            Esta pregunta y respuesta número cuatro tiene una historia impresionante. Cuando los teólogos de Westminster se reunieron para tratar acerca de qué es Dios todos ellos frisaron. No sabían cómo contestar esta pregunta tan sublime. A lo cual pensaron que lo más sabio sería buscar de Dios la respuesta. Decidieron que deberían orar de nuevo, pero esta vez deberían escoger al más joven del grupo. ¿Por qué el más joven? Porque Dios nos dice de labios de Jesús en Mateo 11:25En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.” Dios oculta Su sabiduría de los sabios, de los que buscan ser sabios en su propia opinión y no sabios según la sabiduría que da Dios. Dios revela su voluntad a los niños o más bien a los que tienen un corazón de niño. Aquellos que reconocen que no saben nada y que Dios lo sabe todo. Y luego de escoger al más joven entre ellos y preparados sus corazones para orar este joven oró así: Oh Dios tu eres un Espíritu, infinito, eterno e inmutable en tu ser, sabiduría, poder santidad, bondad, justicia y verdad. Luego de terminada la oración uno de ellos se apresuró a escribir el inicio de la oración la cual se convirtió en la contestación de la pregunta 4 del catecismo. Dios había contestado tal oración. Se cree que quien oró lo fue George Gillespie, comisionado de la iglesia de Escocia en la asamblea. ¿Por qué él? Porque él era el más joven, con 33 años de edad.

            La pregunta y respuesta número 4 es la siguiente. ¿Qué es Dios? R. Dios es un Espíritu, infinito, eterno e inmutable en su ser, sabiduría, poder santidad, bondad, justicia y verdad. Y es de esta pregunta y respuesta que nos ocuparemos los próximos domingos.

            Veamos el pasaje de Juan 4:24.

            Jesús nos dice que Dios es Espíritu. Esta oración, aunque dada a la mujer samaritana para propósitos prácticos es también, en un sentido, una definición. Decimos en un sentido porque la Biblia no nos da una definición de Dios. Si buscáramos saber cuál es una definición aproximada de lo que es Dios, Juan 4:24 es la respuesta. Jesús nos dice que Dios es Espíritu. Ahora bien, en el griego el orden es invertido [πνεῦμα ὁ θεός]. La palabra Espíritu es la primera palabra de la oración. Esto significa que el énfasis recae en la palabra Espíritu. Espíritu es Dios. Es decir, Dios es Espíritu por excelencia. Dios es Espíritu en la forma más perfecta que pueda existir. El no es un Espíritu. El es en sí mismo Espíritu en forma absoluta. Así que lo primero que nos enseña el Catecismo Menor es sobre la espiritualidad de Dios.

            Ahora bien, qué nos enseña la Biblia sobre la espiritualidad de Dios. La Biblia nos quiere enseñar varias cosas:

            I. Dios es una substancia.

            Por decir que Dios es una substancia lo que la Biblia nos enseña es que Dios es un ser real. Él no es materia.  Su esencia no es material sino espiritual. Él no es el producto de la imaginación de los hombres. Algunos piensan que Dios es un invento. Y dicen que: la idea de Dios fue inventada para poder explicar las cosas que no entendemos. Los indios taínos tenían muchos dioses. ¿Por qué? Porque para ellos todo lo que era asombroso, lo que no podían explicar, un dios. Como no entendían lo que era un huracán y viendo lo peligroso y poderoso que era decían este es el dios Juracán que viene a castigarnos.  Es por eso que muchos piensan que la idea de Dios es sólo eso, una idea.  Jesús nos dice que Dios es Espíritu. El no es una idea, El posee una substancia espiritual. El existe como un ser real. Él no es fruto es nuestra imaginación. ¿Cómo lo sabemos? Porque El mismo se ha revelado. Nosotros le conocemos porque El mismo ha tomado la iniciativa en darse a conocer. Así que el conocimiento que tenemos de Dios no es creado por nosotros sino impartido hacia nosotros por Dios mismo. Dice Pablo en Romanos 1:19 “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

            II. Dios posee todos los atributos que poseen los espíritus.

            Dios piensa, El actúa. El quiere y desea. El es Espíritu. El sabe lo que haces, cómo lo haces y dónde lo haces. El no solo tiene entendimiento, sino que El actúa. Ya que posee poder para actuar. Por tanto, El posee los atributos de ser consciente de Sí mismo y de actuar por Sí mismo. El entonces, nos entiende. Podemos hablar con Él y saber que Él puede comprender lo que le decimos o le pedimos. Él no es impersonal sino todo lo contrario, Él es personal. Y nos relacionamos a Él como una persona se relaciona con la otra. Y sabemos que cuando oramos y le pedimos que actúe según a Él le plazca, sabemos que El actúa. ¡Cuán absurdo es orar a una piedra, a una estatua, al universo, o a cualquier ser creado! 

            III. Dios es perfecto en su ser.

            Los ángeles son espíritus, pero son espíritus creados. Dios es Espíritu no creado. Nuestras almas son espíritu también. Pero nuestras almas son también creadas y no son absolutamente necesarias como Dios es. Dios es absolutamente necesario. Pero nosotros no. El no necesita de nada ni de nadie. Pero nosotros lo necesitamos absolutamente. Él ha creado nuestras almas. Todo lo que nosotros tenemos lo recibimos de Dios. El poder pensar, el poder desear, el gustar y saborear la comida, nuestros ojos.; todo lo tenemos de Dios. Pero Dios posee sus perfecciones de sí mismo. Nadie le ha dado a El nada. Nadie le ha dado su sabiduría. Nadie le ha dado su fuerza y poder. El lo posee todo de sí mismo. Él es un Ser absoluto. Poseemos a un Dios perfecto en todo su Ser y perfecciones. Y Él es nuestro Padre celestial.

            IV. Dios es incorpóreo.

             El espíritu no tiene un cuerpo como nosotros. Ese es uno de los atributos de todo espíritu. Jesús dijo en Lucas 24:39Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” Pero un momentito. ¿Acaso la Biblia no habla de los ojos de Dios, del rostro de Dios, del brazo de Dios? Claro que sí. Tal lenguaje es antropomórfico, o lenguaje figurativo. Se habla así de Dios por causa de lo débil de nuestra mente para entender a Dios. Es como cuando le hablamos a un niño. Le hablamos de una manera extremadamente sencilla y concreta para que pueda entendernos. Hay un hablar de bebé en todo esto. Dios desciende a hablarnos como bebés para que podamos entenderle, ya que Él es mucho más grande que lo que nosotros nos podemos imaginar. Por eso hermanos cuando leamos en la Biblia acerca del oído de Dios, o sus ojos, no pensemos que Dios tiene ojos ni oídos, sino que la idea que nos quiere dar es que Dios es omnisciente: todo lo sabe, todo lo conoce. Cuando habla acerca del brazo de Dios debemos entender el poder omnipotente de Dios. De su rostro: su amor y bondad generalmente. Dios es incorpóreo, no tiene un cuerpo.

            V. Dios es invisible.

            No lo podemos ver con los ojos del cuerpo. Nadie lo puede ver. Ni siquiera en los cielos podremos ver a Dios. 1 Timoteo 1:17Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Su invisibilidad no implica que no sea real. No vemos la fuerza de la gravedad, ni vemos el dolor, no vemos el amor, pero sabemos que son reales.

Aplicaciones prácticas:

1. Como Dios es Espíritu, Él requiere que su adoración sea en espíritu y en verdad. ¿Qué significa? El busca a adoradores verdaderos, sinceros, genuinos. Dios busca a personas que le adoren con sus labios pero que le adoren con el corazón. Que haya sinceridad en la adoración. Dios aborrece una falsa adoración. Dios aborrece una adoración hipócrita. Dios aborrece un corazón que no se arrodilla, aunque esa persona se arrodilla con sus piernas. Dios no acepta como verdadera adoración cuando nuestro cuerpo está aquí pero no nuestra mente. Cuando nuestros oídos están aquí pero nuestro corazón está en otro sitio. Cuando pensamos en nuestro corazón: Ah, si yo estuviera en otro lugar, yo no sé porque yo pierdo mi tiempo aquí. Dios no acepta nuestros cánticos si no son cantados con un corazón salvado, con un corazón creyente. La adoración que Dios requiere debe ser “con una aprehensión y conocimiento salvador de quien Dios es en Cristo a los pecadores” (Thomas Boston). Dios es Espíritu y requiere por tanto una adoración del corazón. Fíjate que Jesús dice: es necesario que adoren de tal manera, en espíritu y en verdad. Hermanos adorar a Dios no es una tontería. Es algo sumamente importante. Jesús dice que debemos adorar a Dios de una manera especial. No, a nuestro capricho. Debemos ser celosos de nuestra adoración a Dios.

2. Al Jesús decir que Dios es Espíritu nos quiere decir que El es el único que hacer feliz nuestras almas que son espirituales. Nuestras almas no encuentran descanso ni paz verdadera sino en el Padre de los espíritus de toda carne. Números 16:22Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne,” Tú posees un alma inmortal, la cual es más noble que tu mismo cuerpo. Tú te preocupas de alimentar tu cuerpo, de vestirlo, de lavarlo, de cuidarlo. Entonces, cómo no te esmerarás, te esforzarás en cuidar tu alma inmortal. Hay que alimentar el alma, así como alimentamos el cuerpo. La Biblia es la leche espiritual que nos alimenta. La predicación de la Palabra de Dios es el alimento espiritual que nutre nuestro ser. Nuestra mente necesita pensar correctamente y solo la Palabra de Dios lo puede hacer. Hay un vacío natural en nuestra alma que sólo Dios puede llenar. Sin Dios en nuestra alma, nuestra alma está muerta. Procura entonces que tu alma se una cada día más con tu Dios. Búscalo en la intimidad de tu casa. Ora a tu Padre que está en secreto. Eleva tu mente fuera de este mundo para que tu mente sea saturada del pensamiento de Dios. Que Dios llene nuestra mente.

3. Porque Dios es Espíritu, la adoración neo-testamentaria es más espiritual que la adoración carnal del AT. Jesús le dijo a la mujer samaritana y a nosotros que la manera de adorar en el AT iba a cambiar. Juan 4:21 “Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Jerusalén era el centro de adoración del pueblo de Dios en el AT. Y esa forma externa de la adoración en el AT iba a ser abolida. Jesús le decía que el lugar de adoración ya no iba a ser Jerusalén sino en todo lugar donde Dios sea adorado en espíritu y según la verdad. El cambio de lugar implica el cambio en la forma. Porque si no hay templo no hay necesidad de sacerdotes, ni de sacrificios ni nada de la forma de adoración ceremonial externa del AT. Así que no debemos esperar ni buscar reestablecer las formas de adoración del AT. ¡No es correcto entonces usar el shofar, ni construir el arca del pacto, buscar que la adoración del NT sea igual a la del AT! Eso no está bien.  4. Dios tampoco acepta una adoración que no esté basada en la verdad, en la Palabra de Dios. Dios requiere que le adoremos en espíritu, pero también según la verdad, según su Palabra. Pero qué pasa en aquellas iglesias donde se danza en medio del culto de adoración, donde se traen payasos para alegrar a los niños, donde se hacen dramas, pantomimas y el culto de adoración se convierte en un show. ¿Dónde Dios ha mandado esto en su Palabra? Tal adoración no es según la verdad. Y la verdad es lo que Dios ha dicho en su Palabra.

            Dios ha cambiado la forma de la adoración por una más sencilla, pero más espiritual y más eficaz. Dios no nos manda a tener danzores, cantores y toda aquella forma de adoración judaica. Todo eso quedó abolido.

5. Porque Dios es Espíritu, Él es invisible. Entonces es pecaminoso hacer imágenes de Dios. Dios es Espíritu y por tanto no debemos hacer una estatua de Él, un dibujo o una pintura de ninguna de las tres personas de la Trinidad. Dios prohíbe tal práctica. Y cuan común es hoy día en las iglesias evangélicas el tener retratos, dibujos o pinturas de Jesús. Dios prohíbe tal práctica. Hermanos, Dios es el objeto de nuestro entendimiento no de nuestra imaginación. Dios le dijo al pueblo de Israel en el AT en Deuteronomio 4:12, 15-16y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis… Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra.” ¿Qué es lo que Dios le dijo al pueblo de Israel? Cuando yo descendí en el monte Sion, tú no viste ninguna figura de mí, no viste ninguna forma de mí, para qué, para que no hagáis escultura, ni imagen de mí. Por tanto, Dios prohíbe el que hagamos imágenes, dibujos, esculturas o pinturas de ninguna de las personas de la Trinidad. Como dice la contestación de la pregunta número 109 del Catecismo Mayor de Westminster: “Los pecados prohibidos en el segundo mandamiento son: todo lo que sea inventar, aconsejar, mandar, usar, y aprobar algún culto religioso, por sabio que sea, pero que no haya sido instituido por Dios; el hacer alguna representación de Dios, ya sea de todos o de alguna de las Tres Personas [de la Trinidad], sea interiormente en nuestra inteligencia, o en lo exterior por alguna clase de imagen o semejanza de alguna criatura cualquiera, toda adoración de ella, de Dios en ella o por ella, etc.” Y lo mismo dice el Catecismo de Heidelberg en la pregunta número 96 ¿Qué pide Dios en el segundo mandamiento? Que no representemos a Dios por medio de alguna imagen o figura, y sólo le rindamos culto como Él ha mandado en su Palabra.

            Cuidémonos de los libros, biblias, materiales para niños o adultos en los cuales hay imágenes de Jesús. Dios prohíbe tal práctica.

            Así que hermanos, nuestro Dios es Espíritu, real, invisible, incorpóreo, perfecto y la fuente inagotable de nuestra felicidad. Quiera Dios que haya siempre en nuestro corazón un deseo y anhelo de adorarle en espíritu y según Él ha revelado en su Palabra por toda la eternidad.

Sermón: Santiago 3:13-18 La Verdadera Sabiduría, parte 2

 Santiago 3:13-18 “13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”

 

            Hay dos y solo dos sabidurías en este mundo. Existe la “sabiduría” terrenal y la sabiduría divina. Y ambas son diametralmente opuestas la una de la otra. Son polos opuestos.

            El domingo pasado estuvimos viendo la sabiduría del mundo. Y vimos que esa sabiduría del mundo no proviene de Dios. Dios no es su autor ni tampoco la aprueba. Su origen es terrenal, animal y diabólico. Sus características son: la envidia, el egoísmo y la soberbia. Nada bueno podemos extraer de esa sabiduría del mundo. Y sin lugar a dudas, aunque Santiago no lo dice, esa sabiduría lleva a una persona a la destrucción eterna.

            Pero en oposición a esa sabiduría del mundo hay otra sabiduría. Esa sabiduría es una divina. Y posee ciertas características. Vamos a compararla con la sabiduría del mundo. Y lo vamos a hacer exponiéndolo en tres puntos: con respecto a su origen, con respecto a sus características y con respecto a sus resultados. ¿Cuál es la verdadera sabiduría? ¿Cuáles son sus características?

I. Origen

            Con respecto a su origen, nos dice Santiago que tiene su origen en Dios. V. 17 “Pero la sabiduría que es de lo alto”. En este versículo el énfasis lo es en la frase “que es de lo alto”. Es decir, proviene de Dios. Mientras la sabiduría del mundo proviene de la tierra, es terrenal, animal y diabólica, la verdadera y única sabiduría proviene de Dios y solo de Dios. Dios es el autor de la sabiduría. Esa es la enseñanza invariable de toda la Biblia. Proverbios 2:1-5 “Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” Santiago repite la misma idea en el capítulo 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” ¿Por qué pedirla a Dios? Porque Él es el único que la puede dar. Ya que todo lo bueno procede de Él. Santiago 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”

            Hay un pasaje en el libro de Proverbios que sé que conocen bien y guarda relación con este tema. Proverbios 1:7 “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.” Es decir, no hay sabiduría sino la que está en contacto y en una relación salvífica con Dios. Nadie que no sea cristiano puede ser estrictamente sabio. ¿Por qué? Porque el principio de la sabiduría es temer a Jehová y sin alguien no teme a Jehová no posee ni siquiera el principio, el comienzo de ser sabio, cuanto menos el ser sabio. Y porque solo cuando estamos unidos a la fuente misma de la sabiduría divina que es Cristo, es que podemos ser verdaderamente sabios. Pablo dijo en Colosenses 2:3 “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” Si todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento están en Cristo, entonces del único lugar que podemos extraer la sabiduría es de Jesús. Y solo los que creen en Jesús como su Señor y Salvador poseen verdadera sabiduría. 

            Hermanos, también tenemos que tener presente, que toda la sabiduría del mundo es insensatez para con Dios. De igual manera 1 Corintios 1:25 “Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres”. Lo que los hombres piensan que es insensato en Dios, después que provenga de Dios es más sabio que toda la “sabiduría” del mundo.

            ¿Cuál es el origen de la verdadera sabiduría? La verdadera sabiduría proviene de Dios.

 

II. Las Características de la Verdadera Sabiduría

            Estas siete características de la sabiduría no es meramente lo que ella es en sí misma, sino lo que ella produce en los creyentes. O más bien, lo que Dios produce en nosotros por medio de su Palabra y Espíritu.

            1. Es pura. V. 17 “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura”. La palabra es “hagné” que significa libre de contaminantes e impurezas. Es pura porque proviene de Dios quien es en sí mismo puro o santo. Y es pura porque purifica el corazón.

            Ahora bien, el contexto puede referirse a sinceridad, a que no hay malas intenciones en esa persona. Un ejemplo: te presto algo no porque deseo más adelante pedirte algo y voy a recordarte que me debes un favor. No hermanos, no debe haber doble intención.

            Pero la palabra pura, “hagné” significa también casto y es sinónimo de santo “hagiós”. Por tanto, la verdadera sabiduría se traduce en una vida de santidad, en conformidad a la voluntad de Dios, a un apartarse del mal. Todo creyente, porque posee a Cristo es sabio. Y la primera manifestación de haber invocado el nombre de Cristo es procurar apartarnos de todo aquello que contradiga nuestra profesión de fe, de que nosotros no nos pertenecemos a nosotros mismos. Nuestra vida le pertenece exclusivamente a Dios. 2 Timoteo 2:19 “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.” 

            2. Es pacífica. La palabra es “eireniké”, pacífica. Pertenecinete a la paz, dispuesta a la paz. Busca la paz no a expensas del error sino en la búsqueda de la concordia. Busca subsanar las heridas. Busca pensar lo mejor de mi prójimo. No guarda rencor. Y por eso cuando lo ven inevitablemente dirán de él: he ahí un hijo de Dios. Mateo 5:9 “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”

            3. Es amable. La palabra es “epieikés”, que significa gentil, considerado, justo, equitativo. RAE la define: Afable, complaciente, afectuoso.

           

 

4. Es complaciente. La RV60 traduce la palabra “eupeithés” como benigna. Pero la palabra significa que la persona es fácilmente persuadida. Por eso algunos lo traducen sumiso, obediente. Pero la idea es que esta persona no está todo el tiempo con el freno. Tiene su convicción sobre algo, pero está dispuesto a cambiar su postura si le dan razones válidas. Él está abierto a la persuasión, no se cierra a ser cambiado. No es esta persona que dice esto es lo que yo creo, aunque sabe que está equivocado, pero no da su brazo a torcer. El sabio está dispuesto a transar, a modificar sus ideas y no tiene problemas en aceptar que se haya equivocado. Y está dispuesto a pedir perdón.

            5. Es llena de misericordia y de buenos frutos. La sabiduría de Dios produce en nosotros compasión por los demás. Y nos lleva a ser bondadoso con el necesitado. Ya Santiago nos había dicho que la verdadera religión se manifiesta en 1:27 “Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones”. También en tratar con respeto a los pobres, proveerles de comida y vestido a un hermano en necesidad, etc. Es decir, como dice Gálatas 6:10 “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”

            6. Es firme. La RV60 la traduce “sin incertidumbre”. La palabra es “adiákritos”, que significa imparcial, sin prejuicio, sin vacilación. Es el único lugar en todo el NT en que aparece esta palabra y los eruditos no se ponen de acuerdo en cuanto al significado preciso. El antónimo de la palabra sí aparece en Santiago 1:6 cuando dice: “Pero pida con fe, no dudando”. Dudando es el antónimo. Por eso la RV60 lo traduce “sin incertidumbre”. La persona sabia tiene convicción en lo que cree. No es incierto en su fe sino que posee su fe con convicción. El no vacila en sus opiniones. Hay algunos que cambian tanto de opiniones como de ropa interior. Y por el temor a que dirán o la presión cambian sus ideas. Si están con sus amigos piensan como ellos y si están con sus hermanos cristianos piensan como los cristianos. Eso no es sabiduría. El sabio tiene una firme convicción en lo que cree, porque sabe que su fe proviene de Dios. Y Dios es la absoluta verdad, la fuente de la verdadera sabiduría.

            7. Es sincera.  La sabiduría de Dios produce en nosotros sinceridad. El sincero es el genuino. No es hipócrita. Es transparente. No es una cosa con la boca y otra en su corazón.

 

III. Resultado

            V. 18 “Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.” Hermanos, el fruto de justicia, de una vida recta, digna de ser llamada cristiana solo puede cosecharse en un ambiente de paz, armonía, amor, en donde brilla el carácter sabio que Santiago a descrito. La iglesia a la cual Santiago les escribe tenía problemas de envidia, egoísmo, el cual produce caos. ¿Pude un creyente crecer en ese ambiente? Esa es la idea. Cuando vimos en sabiduría vivimos en paz en mansedumbre, nos amamos unos a otros, consideramos los hermanos como superiores a nosotros mismos, buscamos ayudarnos desprendidamente, somos sinceros, transparentes, amables unos con otros, es entonces que la iglesia crece y madura en su fe. En medio de luchas, envidias, egoísmo, favoritismo, nada bueno florece. En un campo bombardeado constantemente no crece ninguna planta. Mira Vieques. Pero cuando la iglesia vive la vida santa que Dios produce en nosotros allí los creyentes son amados, respetados, motivados e inevitablemente el fruto de justicia sembrado en la paz produce vidas justas. Los sembradores de paz lo logran.

            Quiera Dios que esa sabiduría florezca cada día en medio nuestro para que el mundo vea a Cristo en nuestras vidas, para la conversión y salvación de sus almas.  

Sermón: Santiago 3:13-16 La Verdadera Sabiduría: parte 1

Santiago 3:13-18 “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”

 

Introducción

            Es común hablar de lo complicado que es la vida. La vida no es fácil, es una oración común por ahí.

            En un sentido es cierto. La vida es compleja y esto la hace complicada. Pero en otro sentido, y desde otro ángulo, la vida no es tan compleja. En última instancia hay solo dos opciones a escoger: obedecer a Dios u obedecer al mundo. Fue Jesús mismo quien nos dijo que hay dos y solo dos puertas y solo dos caminos en la vida: “estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella” (Mateo 7:13-14). Solo hay dos puertas y solo hay dos caminos. Y Jesús nos exhorta: “Entrad por la puerta estrecha”.

            Jesús repite lo mismo al finalizar el Sermón del Monte, cuando dice en Mateo 7:24 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.” Y lo compara con el versículo 26 “Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena”. Hay solo dos maneras de edificar en la vida: una edificando en obediencia a las Palabras de Cristo y la otra edificando en desobediencia a la Palabras de Cristo. No hay nada más. Viste qué sencillo es, en un sentido.

            Eso mismo nos dice Santiago en el pasaje que tenemos por delante. En el mundo hay dos y solo dos sabidurías. Una es la verdadera sabiduría. La otra es llamada sabiduría, aunque realmente no lo es. Hay dos clases de sabidurías. Está la sabiduría terrenal y la sabiduría celestial. Estas dos sabidurías son diametralmente opuestas la una de la otra. Hoy vamos a comenzar a estudiar sus características.

 

            Pero antes de ver las características de cada una, Santiago inicia esta sección con una exhortación. V. 13 “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.” Es una pregunta de auto-examen. ¿Hay alguno entre ustedes que entiende que es sabio, es decir, que conoce la verdad y sabe cómo aplicarla correctamente a las diversas situaciones de la vida? ¿Hay alguno entre ustedes que posee entendimiento, es decir, posee la suficiente experiencia práctica de la vida? Santiago reconoce que no todos son sabios. Pero si alguien entiende que es sabio y con entendimiento entonces demuéstrelo con una buena conducta que se manifiesta con humildad o mansedumbre que proviene de la sabiduría.

            Si te das cuenta, para Santiago conocimiento no es lo mismo que sabiduría. La sabiduría no es primeramente intelectual sino práctica. El sabio no es sabio porque sabe mucho sino porque sabe cómo aplicar su conocimiento a la realidad de la vida. Es una sabiduría que se ve por la vida que esa persona lleva. La sabiduría la demuestra por tener una conducta buena según la revelación divina. En una vida que se caracteriza por la humildad o la mansedumbre. De esa sabiduría es la que Santiago habla. Hay una sabiduría verdadera que es digna de imitar y admirar. Hay otra “sabiduría” que hay que rechazar. Ambas compiten por nuestro corazón y nuestra mente. Una es de Dios y la otra del diablo.

            Lamentablemente no las podemos estudiar a ambas en el día de hoy. El próximo día veremos la sabiduría según Dios.   Hoy la sabiduría según el mundo.

            Ambas las vamos a estudiar con respecto a tres aspectos: sus orígenes, sus características y sus resultados.

I. La Sabiduría Terrenal

            1. Origen

                        a. No proviene de Dios. V. 15 “porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto” Lo primero que nos dice Santiago en este versículo es que esta “sabiduría” del mundo no desciende de lo alto, es decir, no proviene de Dios. La palabra en griego es “anothen” que se traduce en Juan “nacer de nuevo o de lo alto”. Es decir, nacer de Dios. Dios no es el autor de la “sabiduría” del mundo. Y por tanto no obtiene Su aprobación. No es una bendición de parte de Dios. Y no importa que el mundo diga que es justa, que es compasiva, que es equitativa si no proviene de Dios según es revelada en la Palabra de Dios no goza de la aprobación de Dios. Podrá tener el apoyo de la mayoría de los senadores, representantes, los jueces del supremo, y la mayoría del pueblo, pero si es contraria a la voluntad de Dios, entonces Dios no es su autor ni goza de su aprobación.

            b. Es terrenal. Santiago nos dice que si no proviene de Dios entonces proviene de la tierra, es terrenal. Es opuesta a la sabiduría que proviene de Dios. La idea es que ambas son opuestas la una a la otra. Por tanto, hermanos, la “sabiduría” del mundo es opuesta a la sabiduría que es de Dios. No hay un punto medio. O poseemos la sabiduría de Dios o poseemos la sabiduría del mundo. Aquí no se puede escoger lo mejor de dos mundos. Jesús dijo en Lucas 11:23 “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.” Para Jesús es: todo o nada.

            Esta “sabiduría” ve la vida desde la perspectiva del ahora y no desde la perspectiva de la eternidad. Su mente es puesta en las cosas de la tierra. Como dice Filipenses 3:19 “el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.” Esta persona no considera su alma. No piensa si lo que hace afecta su relación con Dios. Esto que hago me acerca a Dios o me aleja de Dios. Fortalece mi vida espiritual o la debilita. Me lleva a servir a Dios o a servirme a mí. Nada de eso pasa por su mente porque solo piensa en lo terrenal, en cómo ganar dinero, cómo adquirir lo que quiero, cómo salirme con las mías.

            c. Es animal. La palabra en griego es “psychike”, que significa: no es espiritual. Es aquel que no tiene el Espíritu Santo en su vida. De ellos nos habla Judas 1:19 “Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.” Es la “sabiduría” que caracteriza a los no regenerados, a los no creyentes. La naturaleza caída promueve la desobediencia a Dios. Y su mente no se rige por la Palabra de Dios. Y no tienen la mente de Cristo. No son guiados por el Espíritu Santo. Por tanto, piensan como piensan los hombres que no tienen a Dios en su corazón.

            d. Es diabólica. Tiene su origen en Satanás. ¿Por qué Satanás? Porque él es el dios de este siglo. El controla la mentalidad anti-bíblica del mundo. Él ha cegado la mente de los no creyentes y opera sobre los hijos de desobediencia. El error o falsedad proviene de Él.

            Y como su origen no es de Dios sino terrenal, animal y diabólico, entonces posee ciertas características peculiares a esa filosofía. ¿Cuáles son?         

            2. Características

                        a. es envidiosa. V. 14 “Si tenéis celos amargos”. La palabra “zelos” puede ser traducida como envidia. Claro está, no todo celo es pecaminoso. Hay celo de Dios y de su Palabra y ese es un celo bueno. Pero hay un celo pecaminoso o literalmente un celo “salado”, es la misma palabra que en el versículo 12 hablaba de agua salada. La sabiduría de este mundo es celosa, envidiosa de lo que poseen los demás. En vez de alegrase con su prójimo en lo que tiene, lo celan, le envidian. Y esta envidia pueden ser: los bienes materiales, los esposos, los hijos, los títulos, la forma de ser, etc. La sabiduría del mundo es envidiosa.

                        b. es egoísta. V.14 “y contención”. Esta palabra contención “eritheian” es mejor traducirla como lo hace LBLA “ambición personal”. La idea es de ambición egoísta. Es una actitud egoísta que solo piensa en esa persona o grupo de personas y nada más. Yo soy primero, segundo y tercero. Son mis intereses los que cuentan. Un ejemplo: son los que se estacionan en dos estacionamientos. Son los que llegan últimos y quieren ser los primeros. Son los que no esperan su turno porque me tienen que atender ahora porque yo sí tengo necesidades que me llevan que no espere mi turno. 

                        c. es soberbia. V. 14 “no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;” Estos hermanos se estaban enorgulleciéndose al tener esas actitudes. Es la frase de hoy día que dice: “es que yo soy así”. Son los más sabios que nadie, los que ya lo han analizado todo y nada se les escapa.

            3. El Resultado

                        a. trae confusión. V. 16 “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación”. La palabra perturbación es “akatastasía”, que significa desorden, confusión, contiendas, tumulto. Es la palabra común para hablar de la anarquía. Y la anarquía es la falta de sumisión a la autoridad, que produce desorden, sedición. En otras palabras, la sabiduría de este mundo produce caos, desorden, confusión. No hay orden, sino caos. Destruye la unidad, la paz, la mutua sumisión entre los hermanos de la fe. Nada bueno sale de la sabiduría del mundo.

            e. no trae nada bueno. V. 16 “y toda obra perversa.”  El fruto de la sabiduría terrenal es que no trae nada bueno. Todo lo que busca hacer y logra hacer es perverso, malvado, bueno para nada, inútil. De esa “sabiduría” nada bueno podemos sacar. No nos ilusionemos, no seamos ingenuos. De la sabiduría del mundo nada bueno podemos cosechar, sino todo lo contrario. Toda obra perversa sale de la sabiduría del mundo.

Aplicación:

1. Tenemos que pensar antitéticamente. Tenemos que pensar en polos opuestos. La sabiduría del mundo no es buena sino malvada. Y es diametralmente opuesta a la sabiduría de Dios que encontramos en la Biblia. No hay punto medio entre ambas. No seamos ingenuos en pensar que las decisiones contrarias a la Biblia tienen algún mérito porque no lo es así. Si Dios es veraz todo lo se oponga a lo que Dios dice es mentira. Pensemos en polos opuestos. Aquí no podemos escoger lo mejor entre dos mundos.

2. Hermanos, tenemos que ver la sabiduría del mundo de la manera correcta. Tenemos que ver el aborto como lo que es algo diabólico, terrenal, satánico. La gente se opone a aplicar la pena de muerte contra los asesinos, pero no tienen ningún reparo en asesinar a bebés que nada malo han hecho. Tenemos que ver el homosexualismo como lo que es: un gran pecado, una gran perversión. Todos los pecados no son iguales. Nadie diría que uno que ha perjurado en la corte merece la misma condena que uno que ha asesinado. Nadie debe pensar que el homosexualismo es lo mismo que mentir porque eso no es cierto. Todo pecado por más pequeño que sea merece la condenación, pero no todo pecado es igualmente terrible ni igual en tamaño. El homosexualismo es satánico. De igual manera lo es el feminismo. Yo sé que los hombres han abusado de las mujeres, pero eso no les da derecho para ir en contra de la voluntad de Dios. El mal se corrige con el bien no con otro mal o con algo peor. No seamos ingenuos pensando que estas cosas son triviales porque no lo son.  

3. Hermanos, hay falsos profetas hoy día. Y no hablo de los que dice que tienen nuevas revelaciones sino de todos aquellos que buscan apartarnos de la verdad de la palabra. El que haya falsos profetas o falsos pastores no nos debe extrañar. Habían falsos profetas en el AT en la misma corte del rey. Profetas que profetizaban lo que el rey quería escuchar. Profetas que criticaron, se burlaron y persiguieron a los profetas de Dios. No les tengamos temor. No nos dejemos mover de la verdad, aunque ellos hablen con denuedo, con convicción. Porque nada de lo que dicen proviene de Dios.

4. Ningún creyente vive una vida en perfecta sabiduría. Todos nosotros porque vivimos en este mundo caído hemos bebido de la sabiduría de este mundo. Pregúntate, ¿Qué ideas de este mundo yo creo y he abrazado, posiblemente por ignorancia? Es mi concepción del matrimonio el bíblico. Es mi concepción del homosexualismo el bíblico. Y qué del aborto, la eutanasia, el rol de los hombres y de las mujeres en la familia, de la evolución, del uso del dinero, de la pornografía, de la fornicación, el feminismo, etc.

            Examinemos nuestras creencias a la luz de la Palabra de Dios. Y vayamos a Dios y digámosle: Oh, Dios enséñame de tus caminos, ayúdame a pensar bíblicamente, aunque el mundo piense que estoy loco. Ayúdame a soportar el escarnio del mundo, no para mi gloria, si no para la gloria tuya y el bien de mi vida.

            No seamos ingenuos, la sabiduría del mundo no proviene de Dios, es terrenal, animal, diabólica, destructiva y nada bueno podemos sacar de ella. Que Dios nos ayude a verlo así.

Sermón: Santiago 3:3-12 Solo Cristo doma la lengua

Santiago 3:3-12 “He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.”

 

            Hermanos, hay muchas cosas en la vida que son contradictorias. Son cosas que nos hacen preguntar el por qué eso es así. Ejemplo de cosas contradictorias lo vemos cuando la Biblia nos habla de que una puerca lavada, limpia, puede regresar de nuevo a revolcarse en el cieno. Y la pregunta es mandatoria: ¿por qué ella hace eso? Y la respuesta es: está en su naturaleza. Ella se comporta de esa manera porque esa es su naturaleza cerdil. Otro ejemplo de contradicción lo vemos en el caso de los perros que luego de haber vomitado se comen su propio vómito. ¡Qué cosa más contradictoria! ¿Por qué lo hace? Lo hace porque está en su naturaleza.

            Otro ejemplo de contradicciones lo vi hace un tiempo atrás en Discovery Channel.  Cuando una leona que se quedó sola y tiene cachorros, si se une con otro león este último va a matar a sus cachorros al frente de ella. Les mata a sus hijos y ella no tiene el más mínimo problema de que eso sea así. Y luego de matarlos se parea con ella para tener sus propios cachorros. ¿No es eso contradictorio que una madre haga eso? ¿Por qué lo hace? Está en su naturaleza. Ella se comporta según su naturaleza leónica.

            Santiago nos dice que nosotros también actuamos contradictoriamente. Y nos dice que eso no debe ser así.

            Santiago regresa nuevamente al tema de la lengua. Es más, este es un tema recurrente en Santiago. En todos los capítulos Santiago va a tocar este tema. Lo vimos en el Santiago 1:19 “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”. Lo toca de nuevo como parte de lo que distingue a la verdadera religión en Santiago 1:26 “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.” Lo vimos cuando nos enseñaba de que había algunos que pudiendo ayudar a los hermanos en necesidad solo tenían palabras lindas que no son suficientes para saciar un estómago o cubrir del frío en Santiago 2:16 “y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?”. Y lo tocará nuevamente en el capítulo 4 y el capítulo 5. ¿Por qué Santiago discute tanto el tema de la lengua? Lo hace porque es un problema recurrente en el ser humano. Es un pecado recurrente en todos nosotros. No usamos siempre la lengua de la manera correcta. En esto todos pecamos.

            Y en esta sección que nos toca exponer, Santiago nos dice algo que verdaderamente nos humilla como seres humanos: ningún hombre puede domar la lengua. Hay un problema serio: la lengua, ningún la puede domar. Pero hay una solución a ese problema. Veamos cómo Santiago nos enseña acerca del problema de la lengua y la solución al mismo. Veamos primero…

I. La Maldad de la Lengua

            Lo primero que deseo que noten es cómo Santiago nos describe la maldad de la lengua. Con la lengua podemos hacer cosas terribles. Fíjate cómo Santiago describe el poder maligno de la lengua. V. 6 “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” Es un fuego que destruye, es un pequeño microcosmo de toda la maldad que hay en el mundo. Posiblemente no hay un pecado en el mundo que no esté asociado con el pecado de la lengua. Con la lengua se contamina el cuerpo o a la persona y con ela contaminamos a los demás. Así dijo Jesús en Marcos 7:20-23 “Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.” Todo lo que está en nuestro corazón sale por medio de la lengua. Y eso es lo que contamina al ser humano, no el comer con las manos lavas ceremonialmente.  

            Santiago nos dice que también inflama la rueda de la creación, es decir, enciende la rueda de la vida afectando al mundo entero. Lo vemos en las peleas que se forman entre las personas por los insultos, los chismes, las mentiras, las calumnias. Naciones enteras han entrado a la guerra por causa de la lengua. Y para colmo es inflamada por el mismísimo infierno, es decir, por Satanás mismo, por medio de sus tentaciones y maldad.

            El versículo 8 nos dice que está llena de veneno mortal, así como las serpientes. Lo mismo decía Pablo en Romanos 3:13-14ª “Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura”.

            La maldad de la lengua lo podemos ver en la conducta contradictoria de la lengua. V. 9 “Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.” Mira que contradicción. Usamos la misma lengua para adorar a Dios, para bendecirle. Y con esa misma lengua maldecimos a los hombres, les deseamos lo peor del mundo. Los ofendemos, los insultamos, los humillamos, nos burlamos de ellos, los criticamos, somos chismosos, etc. Hacemos todo eso a los seres humanos que han sido credos a la imagen de Dios. Todo ser humanos ha sido creado a la imagen de Dios: poseen una voluntad, una mente, una capacidad creativa como Dios, demostrando así que el ser humano es exaltado sobre toda la creación. Pero aun así, los maldecimos: los insultamos, les mentimos, los herimos con nuestras palabras. ¡Qué increíble contradicción!

            Y todos nosotros hemos sido culpables y somos culpables de semejantes pecados.

            ¿Qué nos enseña esto? Nos enseña la realidad del pecado que hay en nosotros. Pecamos porque somos pecadores. Actuamos de esa manera porque somos pecadores. Todo esto confirma la doctrina bíblica de la total depravación del ser humano. El pecado ha corrompido toda nuestra naturaleza. De tal manera que no hay un área de nuestra vida que no esté corrompida por el pecado. Nuestra mente, nuestra voluntad, nuestras emociones están corrompidas por el pecado. Y lo triste del caso es que nadie puede cambiar esa situación por sí mismo. De nuestra parte esta condición es irreparable. Podremos contenerla, pero no sanarla. Podemos poner un toro en una jaula de la cual él no pueda salir, pero no podemos cambiar su naturaleza; él sigue siendo salvaje. De igual manera también nosotros. Nada que el hombre haga podrá realmente sanar nuestra naturaleza corrompida por el pecado.

            Es por eso que el mundo necesita de Cristo Jesús. No solo porque la maldad de la lengua trae la ira de Dios sino también por…

II. La Imposibilidad de Domarla

            Santiago nos dice que los seres humanos hemos podio domar toda clase de animales en el mundo. V. 7 “Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana”. Cuando Dios creó a Adán y a Eva les dio dominio sobre los animales del mundo. Y el hombre ha demostrado su superioridad al domarlos. Pero, aunque eso es así hay algo que no puede domar por sí mismo: la lengua.

            Les hemos puesto frenos a los caballos y aunque ellos son más fuertes y grandes que nosotros, por medio de los frenos, podemos dirigirlos hacia donde queremos que vayan. De igual manera hemos hecho con los barcos. Serán grandes, y serán arrastrados por vientos impetuosos, pero con un pequeño timón hemos podido gobernarlas y que naveguen por donde queramos.  Pero con la lengua no es así. Aunque es pequeña y se jacta de grandes cosas, porque muchas veces ha hecho grandes cosas positivas también ha traído gran destrucción. La lengua es como un fuego que, aunque sea pequeño es capaz de destruir un bosque entero.

            Por eso Santiago dice en el versículo 8 “pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.” Ese es el problema. Pero como dijimos, el problema de la lengua es algo que está detrás de la lengua. La lengua por sí mismo no hace nada. Ella en sí misma es un órgano del cuerpo. Pero la lengua es el vehículo del alma. La maldad de la lengua y la incapacidad del hombre por sí mismo de domarla, aunque un miembro pequeño del cuerpo, revela la maldad del ser humano y su inhabilidad de cambiar por sí mismo su naturaleza caída. No hay educación en el mundo, no hay pastilla en el mundo, no hay siquiatra en el mundo, ni consejero en el mundo, ni buenas resoluciones, que puedan sanar y transformar nuestra naturaleza pecaminosa.

            Pero hay algo que sí puede hacerlo. Santiago nos dice indirectamente que lo que lo puede hacer es…

III. El Poder del Evangelio

            V. 10 “De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.” Santiago reconoce la contradicción que es que de una misma boca procedan bendición y maldición. ¿De quiénes está hablando Santiago? No de los inconversos sino de los creyentes. ¿Cómo lo sabemos? Porque les llama hermanos. Y les dice: hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Por qué? Porque somos cristianos. Claro está, Santiago no lo dice así, pero presupone que los hermanos entienden lo que les está hablando.

            Nosotros somos cristianos y como cristianos nosotros somos diferentes, pensamos diferentes, actuamos diferentes a los demás no cristianos. Y la manera que hablamos debe reflejar el cambio que Dios ha operado en nuestras vidas. ¿Por qué no debe proceder de nuestra boca bendición y maldición? Porque Dios nos ha transformado, Dios nos ha dado una nueva naturaleza. V. 11 “¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? ¿Cuál es la contestación? No. Una fuente de agua dulce echa agua dulce y lo mismo una fuente de agua amarga solo echa agua amarga. Mira lo absurdo que es que de una misma fuente de agua salga agua dulce y amarga. Es absurdo. No solo es absurdo es imposible V. 12bninguna fuente puede dar agua salada y dulce.”

            Santiago les da otra ilustración de la misma idea. V.12a Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Y la respuesta es No. Es imposible que sea así. La higuera solo produce higos y la vid solo produce aceitunas. Lo otro es absurdo e imposible. ¿Por qué? Por causa de su naturaleza. La naturaleza de la higuera es producir higos y de la vid producir aceitunas. Una mujer no puede parir un caballo por más que se esfuerce. ¿Por qué? Porque está en su naturaleza dar a luz seres humanos.

            De igual manera debe ser con nosotros. Es absurdo que un creyente bendiga a Dios y maldiga a su prójimo porque éste ha sido creado a la imagen de Dios y por tanto es digno de nuestro mayor respeto. ¿Pero y si me ofende, si me insulta? ¿Qué nos dice las Escrituras? Romanos 12:14 y siguientes “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. V. 17 No paguéis a nadie mal por mal. V. 19 No os venguéis vosotros mismos. V. 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber”. Y Jesús dijo en Mateo 5:43-45 “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” Un pecado no justifica otro pecado. Si pecan contra mí, eso no me da derecho para pecar contra el que peca contra mí.

            ¿Pero es que yo no puede amar a mis enemigos ni bendecir a los que me maldice? Yo lo sé. Eso demuestra nuestra maldad e impotencia para cambiar. Por eso necesitamos de Jesús porque con su muerte y resurrección El venció el pecado y no solo nos libra de la culpa condenatoria del pecado sino también del poder reinante del pecado en nuestros corazones. Es decir, solo Cristo puede cambiar nuestras vidas. El cambia las vidas de los creyentes. Lo que la sicología no puede hacer, lo que las pastillas no pueden hacer ni las resoluciones de última año pueden hacer el poder de la muerte de Cristo y la virtud de su resurrección sí puede en los que se rinden al El por medio de la fe.

 

Aplicaciones:

1. La santificación es una obra en todo el hombre. Dios cambia nuestra naturaleza. Y esa obra de transformación por medio del Espíritu de Cristo toca a cada aspecto de nuestro ser: nuestra mente, nuestra voluntad, nuestras emociones, nuestra forma de hablar, pensar, vivir. Nuestra nueva naturaleza debe llevarnos a vivir con una boca limpia. De nuestra boca no deberían salir: las mentiras, los chismes, los insultos, las burlas, las difamaciones, males palabras, chistes colorados, etc. Ese debe ser nuestro norte. ¿Por qué? Porque somos cristianos. Porque somos nuevas criaturas. Porque Dios no solo nos ha llamado a amarle sino a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos porque ellos han sido creados a la imagen de Dios. Debeos actuar por lo que somos. Así como los puertorriqueños hablamos español boricua, de igual manera, los creyentes deben hablar el lenguaje de los cielos. Glorificar a Dios con nuestras lenguas.

2. Cuando fallemos no nos olvidemos que tenemos un abogado en los cielos, a Jesús. 1 Juan 2:1 “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” Jesús intercede por nosotros presentando ante el Padre su sacrificio expiatorio en nuestro lugar. Nos presenta como cubiertos con su justicia y con su sangre. Nuestra salvación descansa no en nuestra perfección sino en la de Jesús. No es nuestra obediencia perfecta a la ley de Dios sino en la obediencia perfecta de Jesús en nuestro lugar y para nuestro beneficio. Y esto nos debe dar consuelo. Pero no es un cheque para pecar sino para descansar en El.

3. Cuando perdamos los estribos y pequemos con la lengua no busquemos justificar nuestros pecados. Y decir: “es que estaba cansado, o me levanté por el lado izquierdo de la cama, o es que el calor me tiene irritado, o es que vengo ya caliente del trabajo, o he pasado un día perro en la calle o en la casa”. Pidamos perdón y no justifiquemos el pecado. Y si alguien provocó a otra persona, el que provocó debe también pedir perdón. A veces pasa con los hijos. Hijo(a) vota la basura, recoge tus zapatos, has esto o lo otro. Y muchas veces no lo hacen y nos sacan por el techo y perdemos los estribos y les decimos de arroz y masa. ¿Qué debemos hacer? Debemos pedir perdón. ¿Quiénes? Los padres por perder los estribos y los hijos por provocar a sus padres. Ambos no lo hicieron bien. Solo así nuestras relaciones se fortalecerán.

4. Sobre todo, no olvidemos que, así como no podemos por nosotros mismos domar nuestra lengua, Jesús sí puede en nosotros. Busca de su gracia, depende del Espíritu Santo, sé lleno del Espíritu. ¿Cómo? Depende del Espíritu por medio de los medios de gracia. Ora, medita en la Palabra, medita en los sacramentos. Vigila tu corazón.

            Quiera Dios que no olvidemos que solo Jesús es el único que puede domar la lengua en nuestras vidas. Vayamos siempre a Él como nuestra justicia y nuestra santificación.

 

Sermón: Santiago 3:1-2 ¡Cuidado, hay excedente de Pastores!

Santiago 3:1-2 “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.”

 

            Hay un dicho popular en nuestros días que dice: la ignorancia es atrevida. Y yo diría que muchas veces en mi vida yo he retratado vívidamente esa oración. Resulta que hace varios años atrás me monté en una de esas montañas rusas que hay en Disney. Normalmente yo no tengo problemas en montarme en montañas rusas. Pero esta vez fue algo distinto. No recuerdo el nombre de la atracción que me monté, pero sí recuerdo vívidamente cómo me sentí por un momento. La montaña rusa comienza un viaje horizontal y de momento su coloca en posición vertical, prácticamente de noventa grados. Y me acuerdo lo que pensé cuando el carro en que estaba sentado comenzó a subir y yo miraba los cielos. Y me decía a mí mismo: que rayos yo hago montado aquí. Obviamente ya no podía hacer nada. Por un momento pensé que saldría en los periódicos del día siguiente: hombre de cuarenta años no pudo con la montaña rusa de Disney.

            A veces uno no piensa las cosas con detenimiento. E impulsados por hacer algo, muchas veces no medimos las consecuencias de tales actos. Debemos pensar antes de actuar. Y debemos ser realistas con respecto a lo que vamos a hacer, si lo podemos hacer y la responsabilidad que conlleva lo que vamos a hacer.

            De eso trata el pasaje de Santiago. El pasaje es un llamado a reflexionar. Es más, es un aviso de precaución. ¿A quiénes? Principalmente a los que aspiran el oficio de maestro en la iglesia de Cristo.  ¿Y qué les dice Santiago a esas personas? Les dice: que piensen con detenimiento lo que quieren hacer. Es un llamado a considerar las implicaciones del oficio de maestro en la iglesia. No entren apresuradamente a tal oficio sin antes considerar tres cosas importantes. ¿Cuáles son esas tres cosas importantes a considerar a quien aspira el oficio de maestro en la iglesia? Así que debe considerar…

 

I. El llamado del oficio

            V. 1a “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros”. ¿De qué está hablando aquí Santiago? Santiago habla aquí del oficio público de maestro en la iglesia. La palabra maestros en el griego es “didaskaloi”. Y se refiere a uno de los tres oficios más importantes en la iglesia. Los podemos ver en 1 Corintios 12:28 “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, etc.” Es llamado aquí el tercer oficio después de los apóstoles y profetas. Los vemos nuevamente en Hechos 13:1 “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros…” Efesios 4:11 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”. Es muy probable que los últimos oficios que menciona Pablo aquí sean uno solo en vez de dos. Y los eruditos entienden que la mejor traducción sería: “Y él constituyó a unos… pastores-maestros”. Así que cuando Santiago habla acerca de maestros en el versículo 1 se refiere a los maestros oficiales de la iglesia quienes reciben remuneración por su oficio. ¿De quiénes hablamos? De los pastores.

            ¿Y qué les dice Santiago a estos que aspiran al oficio de maestro en la iglesia? Les dice: “no os hagáis maestros muchos de vosotros”. En otras palabras, nadie debe entrar al oficio de maestro en la iglesia sin antes considerar lo que implica ser maestro en la iglesia.

            El aspirante debe considerar que el oficio de maestro es una vocación y no meramente un trabajo. Es Dios quien llama al oficio. Aspirar a tal oficio es algo bueno. Pablo lo dice así en 1 Timoteo 3:1 “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.” Pero aunque es algo bueno, es tan serio es importante que nadie debe entrar al mismo sin un llamado al mismo. Y movido por las razones correcta de servir a Dios, edificar a la iglesia y buscar a los perdidos. 

            Aparentemente, muchos estaban aspirando al oficio de maestro en la iglesia por el prestigio que acompaña al mismo. Y en búsqueda de ese prestigio muchos estaban aspirando el oficio de maestro. Y Santiago les da una advertencia: “no os hagáis maestros muchos de vosotros”. No seáis muchos de ustedes maestros.

            Todavía tenemos ese mismo problema hoy día. Tenemos una contradicción. La mies es mucha y los obreros son pocos, es decir, los buenos obreros son pocos. Tenemos muchos malos obreros. Tenemos un excedente de pastores que están en el ministerio por la fama y gloria que puede acompañar el mismo. Pero son pocos los que verdaderamente son pastores dignos del oficio de maestros en la iglesia.

            Así que Santiago les dice: tienen que considerar que el oficio de maestro es una vocación, requiere un llamado. Es cierto es una buena obra tal aspiración. Pero debemos aspirar a tal oficio por las razones correctas de servir a Dios, edificar a la iglesia y ser instrumento en la conversión de pecadores. Y como es un llamado no creo que Dios ha llamado a todo el mundo. Todos quieren ser caciques y nadie quiere ser naboría. Así que el que aspire al oficio de maestro debe considerar el llamado al oficio.

            En segundo lugar, debe considerar…

II. La seriedad del oficio

            V. 1b “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.” ¿En qué consiste la seriedad del oficio? En que recibiremos mayor condenación. ¿Qué quiere decir Santiago aquí? En primer lugar, la palabra condenación en el griego es “krina” y significa juicio, condenación. Su significado primario es juicio y es ese el que debemos tomar aquí. Así que una mejor traducción sería: “recibiremos mayor juicio”.

            Es decir, la seriedad del oficio de maestros en la iglesia los expone a mayor escrutinio. La iglesia clava su mirada en la vida de los maestros ya que por medio de sus vidas ellos aprender a vivir como Cristo espera de ellos. La vida de los maestros debe reflejar sus enseñanzas. Por eso las faltas que ellos cometen son más graves. ¿Por qué? Jesús dijo en Lucas 12:48 “porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”. Y aunque todos pecamos, el pecado que cometen los maestros, aunque sea el mismo que comete cualquier miembro de la iglesia, tiene el agravante de que fue hecho por uno que sabe más. Y acompaña más que a ninguno el estigma de hipocresía.

            Además, el fracaso de ser fieles traerá mayor castigo. De los escribas judíos infieles dijo Jesús en Marcos 12:38-40 “Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.” Mateo 5:19 “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.”.

            Santiago entonces les dice a todos los que aspiran al oficio de maestro en la iglesia, considera que todo el mundo va a poner su mirada en ti y en los tuyos. Ellos van a evaluar tu caminar, toda tu vida. Y si no eres fiel a tu llamado, sabes que recibirás mayor castigo de parte de Dios, porque tú posees mayor conocimiento y se espera más, mucho más de ti.

            Y considera no solo el llamado del oficio y la seriedad del mismo, pero también considera…

III. La enorme responsabilidad

            V. 2 “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.” La preposición “porque”, une el versículo 1 con el versículo 2.

            ¿Qué Santiago quiere decir aquí? Mira la enorme responsabilidad que tienen los maestros. Ellos están llamados a enseñar y el instrumento principal de enseñanza es la lengua. Pero hay un problema con ello. ¿Cuál es? Todos ofendemos muchas veces. El énfasis no es a la cantidad sino a la variedad de formas. Todos, incluyendo a Santiago, pecamos muchas veces, es decir, en malas crianzas, en insultos, en burlas, en chismes, en quejas, etc. Y como eso es así y nadie queda excluido ni siquiera yo mismo, Santiago, tienes que considerar la gran responsabilidad que tienen los maestros de la Palabra.

            Con la lengua podemos hacer mucho bien, pero también podemos hacer mucho mal. Con la lengua podemos edificar, consolar, aconsejar, guiar, instruir, amostrar, exhortar. Y eso es una bendición increíble el poder servir a la iglesia. Pero con la lengua podemos ofender y hacer mucho daño al punto de destruir una iglesia. Entonces considera la enorme responsabilidad que poseen los maestros en la iglesia de Cristo.

            Tan fácil es pecar con la lengua que si alguien controla la misma, es un hombre perfecto, capaz de conquistar los demás miembros del cuerpo. Pero Santiago nos va a decir más adelante que nadie por sí mismo puede controlar la lengua. Solo por la gracia de Dios puede ser controlada hasta cierto punto.

 

Aplicaciones:

1. Todos tenemos problemas con la lengua. Uno más que otros. Los maestros no están exentos de este pecado. Y así como Santiago llama a los que aspiran el oficio de maestros en la iglesia a considerar el peligro del uso de la lengua, de igual modo nosotros debemos considerar el peligro de nuestra lengua. De ti y de mí debemos decir: todos ofendemos muchas veces. ¿Por qué? Porque somos pecadores. Y con nuestra lengua revelamos lo que hay en nuestro corazón: pecado. Con ella ofendemos inclusive a aquellos que más nos aman. Es por eso que necesitamos de la gracia de Dios en Cristo Jesús para que nos santifique más y más y así usemos la lengua sabiamente y para edificación. Por nosotros mismos no podemos controlarla necesitamos de la ayuda de Dios. Eso fue lo que hizo David en el Salmo 141:3 “Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios.” Pídele a Dios que te haga humilde, sensible a las demás personas. Aprendamos de Cristo que Él es manso y humilde de corazón.

2. Si aspiras al oficio de maestro buena obra deseas. Es un privilegio el servir como maestro. Pero antes de moverte en esa dirección considera el costo y la responsabilidad de ser maestro en la casa de Dios. Pídele a Dios que te dirija y que si entras al mismo sea habiendo considerados el llamado, la seriedad del oficio y la enorme responsabilidad del mismo. Y la iglesia tiene la responsabilidad de ver que eso sea así.