Sermón: 1 Corintios 15:1-8 La Resurrección de Jesús

Sermón: 1 Corintios 15:1-8 La Resurrección de Jesús1 Corintios 15:1-8 “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. 3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.”

 

            La doctrina de la resurrección física de Jesús ha sido reconocida por toda la iglesia como una doctrina fundamental y central de la fe cristiana. Es una doctrina esencial al cristianismo. Pablo nos dice que el evangelio que él les predicó a los Corintios se basó en la muerte y resurrección de Jesucristo. Y les dice a los Corintios que: si retienen este evangelio, si creen verdaderamente en este evangelio, seréis salvos. Por este evangelio sois salvos. Es lo que dice en los primeros dos versículos 1 Corintios 15:1-2 “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano”. Pablo conecta la verdad de la enseñanza con la salvación. “Si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos”.  Es decir, la doctrina de la resurrección física de Cristo es de la esencia de la salvación. El evangelio es el evangelio de la muerte y resurrección de Cristo. Si no creemos ambas no hay genuina conversión.

            Tan fundamental e importante es esto, que la doctrina de la resurrección de Cristo fue una de las doctrinas que acompañó en todo momento la predicación del evangelio desde sus mismos principios. Hechos 2:29-32 “Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.” En el primer sermón de la iglesia primitiva, en Pentecostés, la doctrina de la resurrección de Cristo fue parte esencial de la predicación del evangelio. Tan es así que Pablo, en Romanos, nos dice que creer en la resurrección física de Jesús es esencial para ser salvo. Nadie puede ser salvo sin creer en la resurrección física de Jesús. Romanos 10:9 “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Así debemos todos nosotros considerar la doctrina, como una parte esencial del evangelio y de la predicación del mismo.

            Ahora bien ¿Cómo sabemos que Jesús resucitó realmente? Hay una gran diferencia entre la resurrección de Cristo y la resurrección de otras personas en la Biblia. Por ejemplo, con respecto a Lázaro, todos lo pudieron ver y permaneció con ellos por algún tiempo. Le podían traer personas donde él estaba, y ellos corroborar por sí mismo la resurrección de Lázaro.

            ¿Quiénes, entonces, pueden probarlo? Pablo responde, nosotros, los testigos visuales de la resurrección. ¿Quiénes pueden ser testigos? Sólo son capaces de ser testigos los que tienen conocimiento personal de los hechos, lo testigos visuales de la resurrección. Si alguien le preguntara a Pablo: ¿Cómo tú sabes que Jesús resucitó? Y él contestara, yo lo sé porque yo lo escuché decir de Pedro. ¿Y de dónde pedro sacó eso? Él lo escuchó de Juan. ¿Y Juan de donde lo sacó? Lo escuchó de Andrés.  Pero eso no es lo que dice Pablo. Pablo nos dice: nosotros creemos en la resurrección porque vimos a Jesús resucitado. Tenemos conocimiento personal de que eso es así. Y nos dice que Jesús se le apareció a Cefas, es decir, a Pedro; y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”. ¿Pero, hay otras evidencias de la resurrección?

            La tumba vacía es una de las pruebas de la resurrección. Pero la tumba vacía no es la única prueba de que Jesús resucitó de los muertos. Es una prueba. Pero no es la única. Que la tumba vacía es una prueba de la resurrección lo vemos por varias razones:

            a. Algunos postulan que Jesús no había muerto, sino que estaba desmayado. Pero, Jesús fue confirmado que estaba muerto. El no se desmayó como algunos dicen y luego se despertó y salió de la cueva. ¡Qué absurdo! Sus manos estaban horadadas y sus pies también. El fue azotado hasta el agotamiento, sin alimentos ni descanso y con una herida en el costado. ¿Cómo es posible haber movido la piedra, haber burlado la guardia y haber caminado por el pueblo y llegado a donde estaban sus discípulos y esto sin ser visto?

            b. Los discípulos no pudieron robar su cuerpo. No hubieran podido burlar la guardia. Mover la roca de la cueva hubiera alertado a los guardias quienes fueron puestos allí expresamente para evitar que se lo robaran.

            c. Los enemigos de Dios no pudieron habérselo robado. Esto atentaría contra sus propósitos. Su orden fue, vigilen el sepulcro para evitar que se lo roben.

            d. La tumba no estaba vacía. Había ángeles que testificaron que Jesús había resucitado.

            e. Los discípulos no estaban preparados para la resurrección de Jesús. Los grandes apóstoles, que caminaron con Jesús por más de tres años, estaban escondiéndose de los judíos. No estaban esperando la resurrección. Las mujeres que fueron al sepulcro no fueron a buscar el cuerpo resucitado de Jesús. Iban con miras a encontrar el cuerpo muerto de Jesús. Iban con especias para ungir el cuerpo muerto de Jesús.

            Si te das cuenta los discípulos no eran personas crédulas. No eran personas que creían cualquier cosa milagrosa que le contaran. Ellos como tú y yo descansaban en la evidencia. Los testigos visuales garantizan que Jesús resucitó físicamente de entre los muertos.

            ¡Jesús resucitó de los muertos! ¡Jesús vive!

            ¿Cuál es la importancia de esto? ¿Qué importancia tiene que Jesús resucitara de entre los muertos? Varias:

1. Si Jesús resucitó de entre los muertos nos dice Pablo el evangelio es verdadero. Si Jesús no resucitó entonces el evangelio es falso. 1 Corintios 15:13-14 “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó; 14. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” Pero nosotros creemos, por el testimonio de los testigos que vieron que Jesús resucitó de los muertos. Entonces las buenas nuevas de salvación son verdaderas. El cristianismo es verdadero. Y si es verdadero es nuestro deber creerlo. Entonces, todos lo que no obedecen al evangelio serán condenados. Por no creer en el evangelio del Cristo resucitado.

2. Su resurrección demostró su victoria sobre el pecado y sobre la muerte. 1 Corintios 15:54-57 “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”

3. Su resurrección confirmó que Jesús es Dios. Romanos 1:4 “que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”.

4. Su resurrección nos garantiza el perdón y justificación de nuestros pecados. Romanos 4:24-25 “creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.”. Hebreos 7:25 “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”

5. Su resurrección nos garantiza nuestra resurrección futura de entre los muertos. Juan 11:25 “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Es la base de nuestra glorificación.

6. Es la base, también, de nuestra santificación. Romanos 6:4 “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección”.

 

Aplicaciones:

1. La resurrección es parte del estado de exaltación de Jesucristo. Jesús fue exaltado, luego de ser humillado. Así también lo es con nosotros. El que quiera ser grande en el reino de los cielos debe primero ser un servidor. Lucas 14:11 “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.” Por tanto la humildad es parte de la vida del creyente. Es necesario que cultives en tu vida la gracia de la humildad.

2. Si Cristo resucitó, entonces nuestra ciudadanía está en los cielos. Allí es que debe estar tu corazón donde Cristo está sentado. Vive por fe y no por vista. Pon la mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra. Tienes que verte como lo que eres un peregrino y extranjero en esta tierra. Usa las cosas de este mundo, pero no pongas tu felicidad en las mismas.

3. Significa que como creyente habéis muerto al pecado y al mundo. No perteneces a él. No vivas cumpliendo los deseos de la carne.

4. Alégrate porque, así como Cristo resucitó al final de los tiempos serás resucitado con un cuerpo glorioso como el cuerpo glorioso del Señor Jesús. Amén