Tres usos de la ley y el proyecto comunitario de crecer en amor.

Tus manos me hicieron y me formaron;
Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
Los que te temen me verán, y se alegrarán,
Porque en tu palabra he esperado.

-Salmos 119:73-74 (RV1960)

Tu Creador es el que te enseña

¿Sabes qué argumento utiliza el salmista para procurar sabiduría de Dios?: “Tú me creaste, ahora por favor, enséñame”. Este argumento se utiliza una y otra vez en los salmos y es como si el autor dijera: “No escogí nacer, tú me hiciste, y no podré entender nada si no es a través de ti. Ayúdame, por favor”. Cualquier artista se verá identificado pues su obra depende de su autor para existir. Ahora bien: ¿Dependes del Dios que te hizo y te formó? El que te creó fue el que te hizo nacer de nuevo, y está involucrado para formarte en su camino y hacerte entender. Él no abandonará la obra de sus manos.

Tres usos de la ley de Dios

Algunos cristianos tienen una batalla en su corazón pensando: ¿Cómo se relaciona el Antiguo Testamento a mi nueva vida en Cristo? ¿Cuál es el uso de la ley para nosotros los que hemos creído en Jesus?

Dios tiene un propósito con la ley, y él es el mismo Dios de ambos Testamentos. Veamos algunos usos de la ley:

La ley como espejo
Esto es lo que comúnmente se llama el uso Pedagógico de la ley. La ley nos hace ver cómo en verdad somos. Nos vemos en este espejo, y vemos todas nuestras imperfecciones. Ese espejo nos pregunta: ¿Amas a Dios con todas tus fuerzas? ¿Deseas la mujer de tu prójimo? ¿Honras a tus padres? Y ciertamente veremos en el espejo que nuestra bondad no alcanza la perfección.

Cuando miramos la ley como un espejo nos da a conocer nuestro pecado:

Como dice Pablo en Romanos 3:20 (RV1960):

“ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”.

La ley como freno
Imagina que vas transitando en tu cuidad, y conoces las leyes de tránsito. El letrero dice claramente 60mph (60 millas por hora), y sabes que el policía tiene derecho de castigar si pasas de esa velocidad. Algunas personas obedecen al letrero, y otras temen al policía. La ley como freno es comúnmente llamada el uso civil de la ley, y la idea detrás de esto es que la ley ayuda a detener el mal a través del castigo por desobedecerla.

En el Antiguo Testamento hay un sinnúmero de castigos de acuerdo a la gravedad de los delitos. Estos nos muestran cuán severamente es el pecado ante los ojos de Dios. Pero también refrenan a la sociedad en general para no pecar por temor al castigo. La ley de Dios es el árbol de donde nace la idea del gobierno civil, y Pablo también nos explica en Romanos:

“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.”

Romanos 13:3-4 (RV1960)

También el apóstol Juan menciona la confianza que deben tener aquellos que han confiado sus vidas en Jesús para el gran día del Juicio.

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”

1 Juan 4:18 (RV1960)

La ley como luz

El otro uso de la ley es el uso Normativo o Moral, y esto significa que la ley nos muestra el carácter de Dios.

Jésus dice en Mateo 5:17-20:

“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.”

Y es por eso los cristianos aman la Ley de Dios. No es tan solo por que muestra nuestro pecado o sus consecuencias, sino porque muestra el carácter del Hijo que ha obedecido perfectamente toda la Ley, y estando en nuestro lugar nos remplazó satisfactoriamente, regalándonos una nueva naturaleza que ama hacer el bien y obedecer la Ley. Ahora, nos ha sido prometido que creceremos conforme a su imagen.

Tu crecimiento espiritual es un proyecto comunitario

Ahora mira lo que dice aqui en este salmo:

Los que te temen me verán, y se alegrarán,
Porque en tu palabra he esperado.

—Salmos 119:74 (RV1960)

La palabra es abundante en riqueza, y el salmo continua en esta fiesta de alegría común. Y es que el proyecto de Dios de hacernos parte de la familia de Dios no es de carácter individual. Tu crecimiento espiritual es un proyecto comunitario, y por esto es importante una iglesia sana. Pablo le habla sobre esto a la iglesia de Efeso. Habla sobre llegar en común “a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. (Ef. 4:13)

Y continúa:

Para que “siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. (Ef. 4:15-16)

Hermano, que hoy puedas seguir siendo edificado en amor, que recibas de tu Creador entendimiento para deleitarte en la ley perfecta de Dios y que en Jésus puedas alegrate junto con aquellos que le aman. ¡Dios te bendiga!