Poder infinito

 

Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,
El santuario de las moradas del Altísimo.

-Salmos 46:4


Llegamos a un salmo lleno de esperanza y vigor espiritual que comienza con:
Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones
. (v. 1)

Poder Infinito. Ayuda Ilimitada.
Nota que por amor a sus hijos y por el honor de su propia gloria, Dios hace grandes y poderosas proezas. Pero el salmista declara que no tan solo Él esta pronto para auxiliarnos; ¡Él mismo es nuestra ayuda! Él mismo es nuestro auxilio en las tribulaciones. Dios ES nuestro amparo y fortaleza.


No cabe la menor duda que la estabilidad espiritual y fe del salmista eran de origen divino cuando dice:

Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza.
(v.2-3)

Ni las causas naturales, ni las sobrenaturales parecían remover sus cimientos. Ni terremotos, ni tsunamis, ni huracanes, ni tifones hacen remover la fe y la esperanza puesta por Dios en el corazón del creyente. Esta fe no es meramente de la voluntad humana, arraigada a sus propios recursos o experiencias. Es inconcebible tal gallardía que borda en lo absurdo. Esta es una fe sobrenatural en un Dios que no solamente es ilimitado en poder si no que es continuamente el prooveedor de nuestra esperanza.

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;"

-Ef 2:8 (RV1960)

Su presencia no tiene limites

Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,
El santuario de las moradas del Altísimo.

-Salmos 46:4

Con cuanta claridad ve el salmista que Dios esta en medio de su trono y en medio de la cuidad celestial hay un caudal infinito de aguas vivas que alegran todo lo que toque.

Este río de su presencia no tiene origen, ni tiene fin. Mas bien, se origina en un Dios infinito y eterno. Y podemos decir que saboreamos de este río de aguas vivas que mora ahora en el creyente y al mismo tiempo estamos sedientos de Él . Estamos sedientos de su justicia, de su presencia , del resplandor continuo de su gloria. Y este río de su presencia continua es lo único que nos alegra. Sabes tu; ¿que su bondad es contínua, que su poder no tiene fin, que su amor es caudaloso, abundante, que su conocimiento y su poder es ilimitado, que las alegrías que da son incomparables?

¿Has probado hoy de esta agua de vida de este río infinito?

Quiera Dios que Él te ayude a conocer la profundidad de sus riquezas mientras confías perpetuamente disfrutando de su Gloria.