Sermón: Efesios 5:15-17 Entendiendo nuestros tiempos

Efesios 5:15-17 “15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”

             Hay un dicho popular que dice: cuando estés en Roma haz lo que hacen los romanos. Hay otra manera de decir este refrán: a donde fueres, haz lo que vieres. ¿Cuál es el mensaje de este dicho? El mensaje es ajústate a tu entorno. Haz lo que todo el mundo hace.

            ¿Qué podemos decir al respecto? Tal refrán es uno soberano disparate en la mayoría de los casos, claro está. Todo el contexto del capítulo 5 de Efesios nos dice todo lo contrario. Nosotros los hijos de luz debemos caminar como hijos de luz, aunque el mundo camine en tinieblas. Así lo dice el versículo 8 “8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”.  Nosotros éramos por naturaleza tinieblas. Pero Dios es su gracia nos salvó. Nos hizo sus hijos. Y así como El es luz y Jesús es la luz del mundo, el Espíritu Santo nos hizo luz en el Señor. Y como somos luz en el Señor debemos andar como hijos de luz en esta generación que nos ha tocado vivir. Pero para poder andar como hijos de luz en esta generación necesitamos entender y discernir los tiempos en que vivimos.

            Hermanos, la vida cristiana se vive con entendimiento. Dios, decía John Owen, nos ha creado con una trinidad de facultades: la mente, la voluntad y las emociones. Y de esas tres es la mente el motor rector nuestro. Es a través de la mente que Dios llega al corazón y a los afectos. Por eso la vida cristiana se vive entendiendo los tiempos en que vivimos. De eso trata el pasaje que tenemos aquí en Efesios. Para poder discernir y entender los tiempos que nos ha tocado vivir: ¿qué cosas yo debo tener presente? Tres cosas básicas: (1) los días son malos (2) debemos andar como sabios (3) debemos conocer la voluntad de Dios.

            En primer lugar, los días que nos ha tocado vivir son días malos.

I. Los días son malos

            El versículo 16 nos dice: “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Lo interesante del caso es que Pablo dice esto de sus propios días. Y qué es lo que caracterizaba sus días. Él nos lo dice en los versículos 3-5 “3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.” Eso es lo que caracteriza los días de Pablo. Y no tenemos que mirar muy lejos para decir que esto mismo caracteriza nuestros días.

            Hermanos, la maldad se ha multiplicado en nuestros días. Y no podemos taparnos los ojos y pensar que no es así. Ni tampoco podemos nosotros aceptar como bueno lo que Dios mismo llama malo. Y uno de los retos que tenemos es que tan común es la maldad e impiedad en nuestros días que nosotros perdamos la capacidad de discernir entre la verdad y el error. Que tanto está dando la gota en la piedra que le haga un hoyo. En otras palabras, que nosotros veamos tales conductas pecaminosas como si fuera algo normal. Como si fuera de poca importancia. Y como si la Palabra de Dios fuera anticuada y obsoleta para nuestros tiempos.

            Hay algo importante que debemos tener presente para poder entender el mundo moderno en que vivimos. Y es contestar a ¿qué se debe que estemos hoy día como estamos? ¿Acaso el cristianismo no había impactado positivamente en el pasado a la sociedad en que vivimos? La respuesta es que sí. Pero lamentablemente esos tiempos han pasado. La influencia de la iglesia y junto con ello la influencia de la verdad de Dios y del evangelio de Cristo han ido perdiendo fuerza. La iglesia ha dejado en gran parta de ser la luz del mundo y la sal de la tierra en Cristo Jesús. Y esto ha provocado un cambio de mentalidad. ¿Cuál es ese cambio? Ese cambio es la abolición de la Verdad según Dios. El mundo no solo se ha rebelado en contra de la Verdad de Dios con respecto al evangelio sino que ha rechazado la Verdad de Dios en todas las áreas del saber. Para el mundo no existe la Verdad y punto. Para el mundo no hay Verdad absoluta sino valorizaciones. Y esto ha llegado a tal manera que toda racionalidad está siendo destruida a pasos agigantados. Al punto de decir: 2+2 no siempre es 4.

            En el pasado cuando tú decías algo como verdadero su opuesto era considerado falso. Ya ese mismo criterio o pensamiento no es así. Para el mundo ya no existen gente buena o gente mala, solo existen gentes. Para el mundo el aborto tiene olor a libertad. Ya no hablamos de héroes y villanos sino de anti-héroes, es decir: “justicieros” que toman la justicia en sus manos, violando todas las leyes para poder traer “justicia”, que no es otra cosa que venganza enmascarada como justicia.

            Se está destruyendo la Verdad en todas las áreas de la vida. Y se dice tú tienes el poder de crear tu propia realidad, incluso en biología. Si naces hombre pero te siente mujer puedes cambiar tu fisionomía para hacerte mujer. Y no solo eso sino que pretenden que todos los consideren como personas que saben experiencialmente lo que menstruar. Y procuran que su certificado de nacimiento diga que nacieron mujer en vez de hombre.

            ¿Qué podemos decir al respecto? Podemos decir lo que dijo Pablo en 1 Corintios 1:19-20 “19 Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?”  Y la respuesta es Sí. Dios ha entregado este mundo a la locura por haber rechazado la Verdad de Dios. Y la consecuencia es que no solo el ser humano está perdido en sus delitos y pecados sino también está perdiéndose en su humanidad y en su racionalidad. Lo absurdo y la irracionalidad es ahora la verdad absoluta.  

            En virtud de todo esto Pablo nos dice: aprovecha bien el tiempo. La palabra aprovechar significa: rescatar por compra. Es la misma palabra que se utiliza para hablar de que los creyentes hemos sido comprados con la sangre preciosa de Jesús. Y la palabra tiempo significa: oportunidades. En otras palabras en medio de este mundo que nos ha tocado vivir debemos aprovechar, rescatar toda oportunidad para hacer bien. Debemos aprovechar toda oportunidad para hablar la Verdad de Dios. Para amar al mundo que se pierde en pecado. Para ser celosos de buenas obras. Pero también para fortalecer nuestras almas en el Señor. Para vestirnos cada día con la armadura de Dios. Para fortalecer y establecer las gracias salvadoras: de la fe, la esperanza y el amor.  Para tener presente que Dios nos llama a vivir por fe y no por vista. Que estamos en medio de la batalla de nuestra fe. Y como soldados no podemos eludir entrar en la batalla espiritual a la cual Dios mismos nos ha llamado.

            Por eso Pablo nos dice: que por causa del mal en que vivimos nosotros debemos andar como sabios.  

II. Andando como sabios

            V. 15 “15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,” Ahora bien, el adverbio diligencia significa: “con precisión, con exactitud. En estricta conformidad a un estándar o norma con miras a una cuidadosa atención, acertada, y cuidadosamente”. Ok. Además tenemos el adverbio con diligencia que está en medio de dos verbos. Y tiene dos posibles traducciones: (1) mirad con diligencia cómo andéis; o (2) mirad que andéis con diligencia o precisión o exactitud. ¿Cuál es la mejor traducción? Yo diría que irrespectivamente cuál de las dos es la mejor traducción el énfasis del versículo es en caminar con cuidado, caminar con exactitud y precisión y mirad cómo estamos caminando y cómo Dios espera de nosotros que caminemos.

            ¿Cómo Dios espera que caminemos? El nos lo dice: Debemos andar como sabios y no como necios. ¿Qué es andar como sabio? Según Proverbios el sabio es el que reconoce la realidad en que vive y se adapta a esa realidad. Por eso en Proverbios 6 se nos llama a ir y ver la hormiga.  Mira Proverbios 6:6-8 “Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; 7 La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, 8 Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.” Ella reconoce su realidad: en el verano es el tiempo de recoger comida porque llegará el invierno en donde no habrá comida. Ella entiende esa realidad y se adapta a ella.  De igual manera, el sabio es el que reconoce su realidad y se adapta a la misma y al final no es destruido.

            ¿En el contexto del pasaje cuál es esa realidad? La realidad es que hay un Dios en este mundo al cual daremos cuenta de todo lo que hacemos. Y también  que nosotros somos hijos de Dios y como tal debemos andar imitando a Dios como hijos amados (V.1). Andar en amor sacrificial como Cristo mismos nos amó, (V. 2). No participar de las obras de las tinieblas sino reprenderlas (V. 7). Caminar en el fruto del Espíritu en toda bondad, justicia y verdad, (V. 9). Todo esto no es otra cosa que adornar el evangelio de Jesucristo. Y te pregunto a ti. ¿Estas caminando como sabio o como necio? ¿Estás consciente de la realidad en que vives y conoces cómo Dios espera que vivas?  

            Por último, Pablo nos dice cuál es la guía y el mapa que debemos usar para poder andar como sabios. Ese mapa y guía es: conocer la voluntad del Señor.

III. Conociendo la voluntad de Dios

            V. 17 “17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” Aquí Pablo reprende a la iglesia de los efesios y les dice: por tanto, es decir, por todo lo anterior no seáis insensatos. Y la palabra insensato significa según el diccionario Vine: “la carencia de la percepción razonable de la realidad de las cosas naturales y espirituales”. Y ser entendidos significa según BDAG: “es asir intelectualmente de algo que reta nuestro pensamiento y práctica. Y se traduce: entender o comprender.” En otras palabras hermanos, Dios nos ha dado su Palabra para que puedas caminar en medio de esta generación perversa. Y este regalo maravilloso de su Palabra El te la ha dado como parte de nuestra relación pactual con Él. En su gracia y misericordia Él te ha dado la luz de Cristo. La Biblia es la revelación de Cristo. Pero nuestro deber en el pacto es no ser insensatos: no ser ignorantes de la Palabra de Dios. Debemos asir intelectualmente la Palabra de Dios. Debemos procurar con diligencia conocerla, entenderla para poder practicarla. Ella es la Verdad. Y ella nos revela la voluntad del Señor, de Jesús.

            La palabra voluntad aquí significa su deseo. Debemos vivir bajo los deseos de Dios y no bajo nuestros deseos. Debemos someter nuestra voluntad a la voluntad de Cristo. Debemos seguir detrás de los pensamientos de Dios caminando en cada paso que El nos ha marcado en Palabra para que los pisemos.

            Así que, ¿cómo debemos vivir en medio de la generación perversa en que vivimos?  Debemos vivir reconociendo que los tiempos son malos. Que el mundo no solo ha rechazado la Verdad del evangelio de Jesús sino toda Verdad de Dios en todas las áreas de la vida. Debemos aprovechar toda oportunidad para hacer bien, enseñar la Verdad de Dios y vivir como sabios. Es decir, vivir imitando a Dios como hijos amados, andando como lo que somos hijos de luz en el Señor. No procurando hacer nuestra voluntad ni los deseos nuestros sino los deseos de nuestro Señor y Salvador, el Señor Jesús. Amén.