Rompió sus prisiones

Luego que clamaron a Jehová en su angustia,
Los libró de sus aflicciones;
Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte,
Y rompió sus prisiones.


-Salmos 107:13-14 (RV1960)

En los salmos 106-107, hemos visto que la condición del pueblo que Dios escogió para sí era de pecadores de grandes ligas. En sentido general y como un hijo rebelde, el pueblo escuchaba las palabras pero no mostraba interés en ellas. Hacían lo que estaba correcto en sus propios ojos o en su cultura alrededor. Pero esta corrupción radical se muestra aún más oscura cuando Dios ya ha bregado por miles de años con su pueblo en un ciclo de desobediencia-quebrantamiento-misericordia-obediencia. El pueblo muestra mucho más rebeldía cuando ya conoce la revelación de su palabra. La sombra de muerte es más oscura, la traición a Dios más evidente.

¿Cuán lejos estas tú hoy de este panorama de servir a Dios a medias en un ciclo de obediencia y rebelión?

Este Salmo comienza con un llamado a la alabanza (v. 1–3), seguido de cuatro crisis: los perdidos en el desierto (v. 4–9), en la esclavitud de la prisión (v. 10–16), los que sufren por el castigo de su pecado y rechazando la palabra de Dios (v. 17–22), y los que sufren con angustias en el mar (v. 23–32). Estas cuatro crisis tienen una estructura similar: una descripción del problema, una oración por la liberación y un llamado a alabar por la liberación.

El salmista termina resaltando cómo el Señor puede cambiar los destinos, tanto para la salvación como para el juicio (v. 33–43).

Me llaman la atención los versículos 10-15 donde dice:

“Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte,
Aprisionados en aflicción y en hierros,
Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová,
Y aborrecieron el consejo del Altísimo.
Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones;
Cayeron, y no hubo quien los ayudase.
Luego que clamaron a Jehová en su angustia,
Los libró de sus aflicciones;
Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte,
Y rompió sus prisiones.
Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.”

El salmista describe su condición de aquellos como los que "moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros" . En el mundo antiguo las prisiones muchas veces eran hoyos oscuros donde el prisionero estaba alienado y sin luz. La soledad le produciría dolor por el desapego familiar y el estado de cautividad produciría letargo, pero la oscuridad le produciría un sentido de desorientación al no saber ni el día ni la hora que era. Aun así, encadenados y en aflicción, la conciencia produciría un testimonio intenso de la razón por la cual estaban allí primeramente.

El salmista explica; "Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo". Oh, amado, no desprecies las palabras del Altísimo. No desprecies su consejo. Esta prisión de muerte es un hotel de cinco estrellas comparado con el castigo preparado para todo aquel que desprecie la salvación del Hijo de Dios.

El castigo para ellos no solamente fue la carcél sino también la vanidad de la vida en el trabajo. Ese trabajo destinado para glorificar a Dios y para su sustento se convirtió en esclavitud y en carga pesada pues "por eso quebrantó con el trabajo sus corazones; Cayeron, y no hubo quien los ayudase." (v. 10-15)

Dios es bueno
¿Acaso desconoces que Dios es bueno? Este es el tema inicial y de este salmo: "Alabad a Jehová, porque él es bueno". ¿Acaso su mano ya se ha cortado para salvar, para sanar, para librar de la muerte o para hacer todas las cosas nuevas?

El salmista continúa:

“Luego que clamaron a Jehová en su angustia,
Los libró de sus aflicciones;
Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte,
Y rompió sus prisiones.”

En general, Dios estaba mucho más comprometido a cumplir su pacto en ellos que ellos a obedecerlo. Aun así, en su arrepentimiento genuino, la misericordia de Dios los alcanzó, y el amor de Dios produjo estas tres cosas:

Dice el salmista que "luego que clamaron en su angustia", Dios mismo “los libró de sus aflicciones, los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte y rompió sus prisiones”

Estos tres verbos muestran cuánto Dios está involucrado en su obra de salvación.

El Señor nos libra, nos saca de las tinieblas a la luz admirable y rompe todas nuestras prisiones.

Amigo, que puedas recibir la libertad total y gratuita que proviene de Dios. El Padre de las luces puede librarte de la rebelión y sacarte a un lugar espacioso. Su hijo, Jesús, rompió todas las prisiones de la muerte, y su Santo Espíritu actúa poderosamente en ti para salvarte, mostrarte la luz admirable y destruir tu aflicción para siempre.