Sin callar

Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno;

Y se agravó mi dolor.

-Salmos 39:2 (RV1960) 

 

¿Cuántas veces has enmudecido, y callado aún respecto lo bueno?¿Y por qué pudiendo hacer el bien no lo haces? ¿Tienes más temor a los hombres que a Dios?

 Estamos puestos en la tierra con un solo propósito. Uno.Glorificar y disfrutar a Dios para siempre. Esto es, dar a conocer quién es Dios, disfrutando la gracia del evangelio de Jesucristo y viviendo la vida de amor y poder que nos otorga el Espíritu Santo. La biblia nos llama embajadores, sal de la tierra, luz del mundo. Pero cuando esta labor no está cumplida ¿cómo te sientes?

Encontramos alegría y dignidad cuando compartimos el evangelio:

Pedro y Juan encontraron una alegría indescriptible que sobrepaso el poder de los golpes y la opresión de la persecución: 

"Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.” Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo."

-Hechos 5:41-42 (RV1960) 

 Cuan distante esta esto de nuestra experiencia diaria, en el que constantemente buscamos la aprobación de todos los demás, buscando signos y señales para la validación de nuestra existencia. Tenemos un mensaje que no es nuestro. Nos ha sido dado. Estar “gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre" significa que el honor de compartir a Jesús, sobrepasa el dolor de compartir a Jesús.  El gozo que da Jesús al compartirlo es implacable. La dignidad y el honor de compartir a Jesús, indescriptible.

Encontramos nuestros hermanos cuando compartimos el evangelio

Cuando obedecemos amorosamente en compartir el evangelio, encontramos a nuestros hermanos, los cuales hombro a hombro son como soldados de la misma fila. También encontramos a soldados de pelotones diferentes a nuestra localidad o denominación particular. ¡Es una sola iglesia! Es un cuerpo vivo. Otros de otras ciudades y naciones cuyo origen y destino es él mismo. Nacidos de nuevo y de camino hacia la cuidad celestial. Descubrimos que la misma gracia que Dios nos proveyó a nosotros para salvación, Dios la provee a otros. Y somos testigos de ver esta transformación con nuestros ojos. De la única manera digna de callar es al ser sorprendidos de la transformación de la nueva vida en los otros. Así como lo hicieron los antiguos apóstoles:

Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

-Hechos 11:18 (RV1960)

Encontramos a la oveja perdida, que también trae gozo a Dios

Como si la alegría que produce el mensaje no fuera suficiente, el gozo que trae la obediencia no fuera implacable y la vida que trae el Espíritu no fuera completa, podemos disfrutar en el gozo que le trae al Padre encontrar a la oveja perdida.

 La biblia habla de gozo en el cielo y esto no es poco. ¿Te imaginas a los ángeles preparando banquetes, música, comida y mesas, esperando el espectáculo porque uno de los suyos regrese al redil? (Lc. 15.3-7) ¿Te imaginas que, en la debilidad de tu predicación y tu testimonio, pero en la certeza de la fe y de su poder, seas facilitador de incrementar el gozo del cielo? 

Somos colaboradores con Cristo, Somos Embajadores de Cristo, somos aquellos que están puestos para reconciliar al hombre con Dios. No te calles respecto a lo bueno. Van arder tus huesos y tu corazón como el profeta Jeremías (Jer. 20:9) o como el salmista. No calles. Habla.