7 verdades sobre la restauración desde el salmo 51

 

La Biblia describe a David como un hombre conforme al corazón de Dios. También la Biblia describe a David como un pecador y de la peor clase: homicida, adúltero, adicto al poder y mentiroso. Todo un peligro de persona. ¿Pero cómo conciliamos estas dos imágenes de ser simultáneamente justo y pecador? En uno de los momentos más bajos de su vida, David es confrontado por el profeta Natán. Habiéndose inclinado al poder, David observa una hermosa mujer casada, la desea y busca todas las maneras de tenerla, incluso si conlleva matar a su marido, también un soldado fiel de su propio ejército. La Biblia describe la tierna relación que tenían los esposos originales:Urías y Betsabé. Para Urías, Betsabé era una que "había crecido con él", y David destruye este hermoso vínculo al darle paso a sus pecados (2 Samuel 12:3). Cuando es confrontado por el profeta Natán, David prorrumpe con una rápida acusación sin saber que eso era un juicio para él mismo: "Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia. Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre". —2 Samuel 12:5-7 (RV1960)

Fíjate la ortodoxia de David al prorrumpir en juicio ajeno: El que tal hizo es digno de muerte, y debe pagar porque hizo tal cosa…y no tuvo misericordia. Pero la capacidad de ver su propio pecado y aplicar esta verdad a su propia vida para ser preservado en un principio, estaba manchada por su inclinación al pecado. El salmo 51 describe lo que sucede justo después de ser confrontado por el profeta Natán y vemos en este las siguientes 7 verdades sobre la restauración:

Todos somos pecadores

La dura realización de que nuestras faltas son más profundas de lo que podemos pensar e imaginar se describe en la doctrina bíblica sobre el pecado: “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre”.Salmos 51:5 (RV1960)

No es simplemente una cuestión de educación o de comportamiento, nuestra condición humana es miserable, producto del pecado original. Y el hombre conforme al corazón de Dios no había podido evitar el ser concebido en pecado.

El pecado primeramente es vertical

Todo pecado que realizamos es primeramente hacia Dios y luego es hacia las otras personas. Solo Dios define lo que es pecado y pecamos principalmente contra la persona de Dios, pues Él es infinitamente valioso y completamente santo. Una vez comprendamos esto, entendemos la gravedad del asunto: “Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio”. —Salmos 51:4 (RV1960) 

El evangelio son las Buenas Noticias

Solo aquél que ha entendido el peso de su condición, necesita la solución: Jesús. David no solamente tenía conciencia de pecado, también tenía memoria de que su pecado era grave ante los ojos de Dios (v.3). El evangelio solo hace sentido a pecadores. Son noticias dulces de que aun siendo pecadores Jesús muere en favor de aquellos que creen en Él para la salvación eterna. Esto son buenas noticias: “Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades”. 

-Salmos 51:8-9 (RV1960)

Los nuevos corazones se obtienen de la mano de Dios

Tanto la regeneración (nacer de nuevo para Dios) como la restauración (estar en el estado espiritual previo) provienen de Dios por gracia:

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,

Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

Salmo 51:10 (RV1960) 


La restauración es posible

No hay razones para asumir que en el punto más bajo de David, él no conociera al Señor. Sin embargo en su pecado remanente, llego a realizar unas de las conductas pecaminosas más desagradables ante los ojos de Dios

Pero el Dios que en primera instancia lo hizo nacer de nuevo, podría también restaurarlo y preservarlo hasta el fin.

No me eches de delante de ti,

Y no quites de mí tu santo Espíritu.

Salmos 51:11 (RV1960) 


Tu experiencia de Gracia le servirá a los demás

Aún cuando el profeta le daba las terribles noticias de juicio y David reconocía su pecado, también recibía las buenas noticias del evangelio: “No morirás" (2 Samuel 12:13) Pero esto no lo eximía de que hubieran consecuencias graves por su pecado. Medidas disciplinarias extremas, muchas y muy duras. Su imperio y reinado fue en decadencia, hubo muerte de este hijo concebido y juicio masivo de parte de Dios en Israel, su liderato fue menguando y muchas relaciones fueron quebrantadas para siempre. Sin embargo, Dios utilizo la experiencia de la restauración de David para mostrar a otros su gracia. Aun en el momento mas bajo de su vida los propósitos de Dios se mostraban para su restauración futura:

“Vuélveme el gozo de tu salvación,

Y espíritu noble me sustente.

Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,

Y los pecadores se convertirán a ti.”

-Salmos 51:12-13 (RV1960)


La verdadera adoración proviene de un corazón agradecido

Todos los que miran el rostro de Jesús para salvación, están destinados para vivir para la alabanza de la gloria de su gracia (Ef. 1:6). Es decir para alabar lo glorioso de su gracia. Es por esto que la verdadera adoración se expresa no solo en un corazón arrepentido, sino de un corazón perdonado, rescatado y agradecido, restaurado y lleno del reconocimiento de Dios.

“Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;

Cantará mi lengua tu justicia.

Señor, abre mis labios,

Y publicará mi boca tu alabanza.

Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;

No quieres holocausto.

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;

Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”

-Salmos 51:14-17 (RV1960) 

Que el Dios de toda gracia hoy pueda hacerte entender que tú restauración no solamente es probable, sino que es posible. Que puedas reconocer que solo Él puede devolverte el gozo de la salvación y que sean muchos los que puedan ser beneficiados por el testimonio de la gracia de Cristo en ti para la alabanza de la gloria de su gracia.