La Obediencia Activa de Cristo

Aprenda a Vivir

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Serie: Justificación #4

Por Milton Villanueva

La Obediencia Activa de Cristo

Hoy queremos dedicar nuestro espacio a la “obediencia activa de Cristo”.

Confieso que he tenido ante mi excelentes escritos acerca de la obediencia activo de Cristo, pero ninguno me ha cautivado más que el que corresponde a Gresham Machen, líder principal en la formación de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa. Fue un mensaje radial que pronunció pocas semanas antes de su muerte en 1937.La semana anterior había hablado acerca de los sufrimientos de Cristo por nuestros pecados. Pero no había dicho nada acerca de la obediencia activa de Cristo. Y se sentía en deuda con hacerle justicia a este aspecto de su obra para salvarnos.

Con los sufrimientos y muerte de Cristo, quedó satisfecha la justicia de Dios al castigar nuestros pecados en él. Somos libres de condenación. Pero, ¿qué de la obediencia perfecta que le debemos a Dios? ¿Es que acaso hemos olvidado que la vida eterna demanda una obediencia personal, perfecta y perpetua? ¿No fue eso lo que Dios le requirió a Adán como cabeza pactual de la humanidad?

Cristo como postrer Adán, y nuestra cabeza representativa en el pacto de gracia, debía cumplir con este requerimiento en nuestro favor. De lo contrario ¿cómo podríamos cumplir nosotros con este requerimiento divino? ¿Cuál de nosotros se atrevería a presumir delante de Dios que hemos vivido una vida cristiana perfecta y sin pecado? Algunos cristianos han vivido toda una vida frustrada tratando de presentarle una justicia a Dios post-conversión. Es decir, creen que luego de haber recibido el perdón de los pecados el día en que fueron salvos, en lo sucesivo su salvación depende de cuán obedientes ellos puedan ser.

Aparte de ser un mal entendido de lo que es la justificación, desvalorizan la obediencia activa de Cristo. La obediencia perfecta de Cristo nos es imputada como su fuera nuestra por la fe. Cierto es que Dios demanda obediencia a todos los creyentes, pero no para ser salvos sino por amor y gratitud. Pero esta obediencia nuestra no tiene ningún mérito para salvación, porque la única que los tiene es la de Jesucristo.

Posiblemente sea usted uno de esos cristianos que luchan por ser fieles porque temen perder su salvación. Bueno, a base de la obediencia perfecta de Cristo, aprenda a confiar completamente en que esa es la única justicia aceptable por Dios. Y que su obediencia, por más trate, siempre será imperfecta. Afortunadamente, su salvación no depende de su obediencia sino de la de Cristo.

Y finalmente no olvide que aunque distinguimos la obediencia pasiva y la obediencia activa de Cristo, en realidad ambas son inseparables y constituyen la única satisfacción aceptable para Dios. Además, por ser perfecta no podemos añadirle nada, que no sea nuestro amor y gratitud.

¡Aprenda a Vivir!

Presentado a usted por Primera Iglesia Presbiteriana Ortodoxa
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