P. 77 Confesion de Fe de Westminter

P. 77 ¿Qué exige el noveno mandamiento?

 C-  El noveno mandamiento exige que sostengamos y promovamos la verdad entre unos y otros como también nuestra buena fama y la de nuestro prójimo, especialmente al dar testimonio.

 Lunes

            Lo que la gente cree de nosotros se le llama nuestra reputación. Alguien puede tener la reputación de ser un buen trabajador. Otro puede tener la reputación de ser deshonesto. Algunas veces la reputación se basa en hechos. Otras veces se basa en mentiras que la gente ha dicho. Nuestras reputaciones son importantes. Si tenemos una buena reputación, los demás nos respetarán y le darán gloria a Dios, ya que decimos que le pertenecemos a Él.

            Este mandamiento nos llama a hacer todo lo posible para proteger nuestra reputación y la reputación de otros. Dañamos la reputación de otro cuando compartimos las cosas malas que hemos escuchado de él o de ella. Si amamos a otros, no seremos ligeros en creer las cosas malas que hemos escuchado de ellos y no querremos compartirlas con otros. Si nos enteramos que alguien que amamos ha hecho algo que no debió haber hecho, querremos hablar con él sobre eso antes de hablar con los demás. Querremos saber porqué lo hizo. No llegaremos rápidamente a la conclusión de que su intensión era hacer lo malo. Lee 1 Pedro 4:8.

MARTES

            Proteger la reputación de otros no significa que no debemos hablar abiertamente la verdad. Amar a otros exige que hablemos cuando hacen algo malo. El amor no ignora lo que está mal hecho. Pero hay formas amorosas de hablar la verdad. Lee Mateo 18:15-18.

            Cuando sabemos que alguien ha hecho mal, le debemos hablar de ello, pero solamente a él. No debemos hablarles a otros primero. Para proteger la reputación de la persona, le debemos hablar solamente a ella. Debemos hablarle cuando este a solas, para

que otros no oigan. Esperamos que se arrepienta de lo que ha hecho y cambie. Pero si no, no dejaremos de intentarlo. Le amaremos lo suficiente para traer a unos cuantos más con nosotros para tratar de cambiar su forma de pensar. Si aun no escucha, no nos daremos por vencidos. La Biblia nos dice que lo digamos a los líderes y a la iglesia, los cuales también trataran de que desista de hacer el mal. Si continúa pecando, no debemos considerarle parte de la iglesia. Por supuesto, la iglesia debe siempre recibir a quien se arrepiente de lo que ha hecho mal.

MIÉRCOLES

            Protegemos la reputación de otros al tener cuidado de lo que decimos de ellos. También tenemos que proteger la reputación de otros al cuidarnos de lo que escuchamos de ellos. Como somos pecadores, nos es siempre interesante escuchar malos rumores acerca de otros. Podemos imaginarnos que lo que hacemos no es malo porque no estamos diciendo nada. Pero, cuando escuchamos sin detener a alguien que está arruinando la reputación de otros, pecamos. Lee Proverbios 18:8.

            Los bocados suaves son sabrosos pedacitos de comida. Un bocado suave es difícil de resistir. Cuando vemos un bocado suave que se ve delicioso, lo queremos comer. Las cosas malas que otros dicen de la gente son como esos bocados suaves. Queremos escucharlas y es muy difícil decirle a otros: “No voy a escuchar eso”. Así como un bocado suave entra en nuestro cuerpo y se convierte en parte de nosotros, las cosas malas que escuchamos de otros se quedan con nosotros e influyen en lo que pensamos de ellos. Aun cuando no estamos seguros de que lo que escuchamos es cierto, se mantiene en nuestras mentes y afecta lo que pensamos de esa persona.

 JUEVES

            Cuando la ley de Dios prohíbe una cosa, ordena lo opuesto. No debemos escuchar con entusiasmo las cosas malas que la gente tiene que decir de otros. Nunca diríamos que deseamos que la gente haga lo malo, pero la forma ansiosa en que escuchamos rumores perversos de otros hace parecer que nos regocijamos en el mal. Lee 1 Corintios 13:6. Debemos regocijarnos en escuchar  cosas buenas de otros, no en rumores de cosas malas. Lee 3 Juan 3-4.

 VIERNES

            No solo debemos tener cuidado de proteger la reputación de otros, debemos proteger nuestra propia reputación. No nos debe importar tanto lo que otros piensan de nosotros como para hacer cualquier cosa, incluso lo que está mal, para que la gente piense bien de nosotros. Pero debemos querer que la gente piense que somos honrados, confiables y generosos. Debemos quererlo lo suficiente como para que siempre tengamos cuidado de hacer lo que es honesto, confiable y generoso, aun cuando no sea fácil. Si siempre  tenemos cuidado de hacer lo que es correcto y de evitar hacer el mal, tendremos una conciencia limpia. Entonces, aunque la gente mienta acerca de nosotros y diga que hemos hecho lo malo, pronto será claro a todos que no es cierto. Lee 1 Pedro 3:15-16.

SÁBADO

            A todo el mundo le gustaría tener una buena reputación. Nos gusta pensar que la gente tiene una buena opinión de nosotros. Nos es grato saber que la gente nos pedirá que hagamos un trabajo  porque están seguros que lo haremos bien. Pero la razón más importante para mantener una buena reputación no es porque nos agrada tenerla. La razón más importante de proteger nuestra reputación es que, si somos cristianos, la gente ve lo que hacemos y piensa en Dios. Si proclamamos ser cristianos y tenemos la reputación de mentir o de ser poco amables, la gente piensa menos de Dios, y no le honra. Dios es puro y santo y bueno. Nunca le podremos mostrar a la gente con nuestras vidas lo bueno que realmente Dios es, pero debemos siempre tener cuidado de hacer todo el bien que podamos. La gente le dará gloria a Dios cuando tengamos cuidado de vivir como debemos. Lee Mateo 5:14-16.